-Pero entonces ¿Mbappé viene o no?
Aún no había llegado el último comensal y la pregunta del verano ya estaba encima de la mesa. La terraza del restaurante marbellí estaba a pie de playa y mi cara se reflejó en las gafas de sol de María al responderle.
Emilio, aka Athos Dumas, refrendó mi aserto antes de dar un nuevo trago a su cerveza helada. Arturo, el encantador marido de María, hizo visible acopio de entereza ante la que, ya desde sus prolegómenos, se antojaba como una comida eminentemente futbolera. A Arturo no le interesa el fútbol, pero sobrelleva de manera admirable la pasión obsesiva de su esposa por el Real Madrid. Es famoso en el entramado de peñas internacionales madridistas por su generosidad al dejar acudir a María (presidenta de la de Miami) a cada cita del Madrid con una Final de Champions. Miami-Boston-Madrid-Ginebra-Kiev -y cosas así- para volver invariablemente con la Orejona bajo el brazo. Por lo menos el sacrificio no es en vano. El de María pero sobre todo el de Arturo, que se queda con los niños para que María pueda ejecutar chilenas o rematar córners en el minuto 93 del mundo.
-No me hables desde los deseos, que soy psicóloga y te cazo. A mí dame hechos. ¿Qué evidencias tienes de que Mbappé viene este verano?
-¿Qué tal? Perdón, llego tarde- dijo de pronto una voz desde las alturas. Era Lorenzo (Sanz), que misteriosamente es todavía más alto ahora que cuando jugaba al baloncesto.
-Siéntate, cabrón, no humilles- se le indicó a Lorenzo, supongo que como siempre. Y se sentó, en parte para no humillar y en parte, también, para apretarse junto al resto, en cuestión de minutos, dos raciones de dorada, una de pulpo, otra de adobo, otra de boquerones fritos y una ensalada, todo ello regado con abundante vino blanco.
-¿Deberíamos haber pedido más?- había preguntado Lorenzo desde las alturas más modestas del Lorenzo sentado.
-Yo creo que con eso está bien- había respondido María.- Luego pedimos un postre y ya está.
-¿Tendrán helado de turrón?- se preguntó Arturo en voz alta. Resulta que Arturo es un verdadero entendido en dicho dulce, un connoisseur de las distintas variedades y un ciudadano que otorga sus calificaciones hosteleras en función -no exclusiva, pero sí primordial- del factor helado de turrón, si el restaurante tiene o no, y si es bueno o malo según sus criterios. No compararemos la predilección de Arturo por el helado de turrón con la que su amada siente por el Real Madrid, pero sí consignaré mi esperanza de que el restaurante lo tuviera, aunque sólo fuese por compensar el acuciante coñazo monotemático que el pobre Arturo se disponía a sufrir.
"Está claro que está como loco por venir, hará todo lo posible"
-El PSG no tiene por qué dejarle ir. El jeque suda billetes- arguyó María, haciendo un gesto que lo mismo podía ser de sudar que de dejar caer las trenzas para que Mbappé las recoja debajo del balcón.
-Pero, ahora que tiene a Messi, ha de liberar 180 millones por el Fair Play Financiero- repuso Emilio, boquerón va, boquerón viene.
-Lo malo- apuntó Lorenzo sabiamente- es que con los manejos entre Ceferin y el PSG no sabemos realmente si tiene que liberarlos o no.
-Otra de vino, por favor- demandé brazo en alto, realizando de este modo una valiosísima aportación al debate. Era una de esas mañanas engañosamente nubladas del litoral agosteño, de manera que pronto, muy pronto, mis mejillas sonrosadas de guiri descuidado tendrían no sólo por culpable al vino. Hablando de guiris, la señora alemana que tuvo la gentileza de hacernos la foto se reivindicó ante su escéptico marido, que la acusaba de ser la peor fotógrafa de Baviera, con una captura muy competente del momento.
-¿Y qué vais a hacer si no viene Mbappé?- preguntó Arturo. Siempre conviene una voz ajena al tumulto para poner las cosas en perspectiva.
-Seguir viviendo nuestro madridismo como siempre- respondió Emilio-. Colgados del cuello desde lo alto de una de las grúas del Bernabéu, pero como siempre.
-Soy muy escéptica- declaró María.- No creeré que esto sea posible hasta que no vea a Kylian vestido de blanco.
-Creo que por él no va a quedar- intervino Lorenzo.- Está claro que está como loco por venir, hará todo lo posible.
"Si tienen helado de turrón, eso es que Mbappé viene. Si no tienen, es que se queda en París"
El tiempo transcurría de manera lánguida, con el fragor de la conversación en primer plano y, de fondo, el vago rumor de un mar inquietantemente calmo. Fluían las risas en paralelo al vino y la amistad reinaba triunfante y desvergonzada, jactanciosa de sí misma.
-¿Hemos pedido postre?- preguntó alguien.
-¿Habrá helado de turrón?- insistió Arturo.
-Claro, ¿cómo no va a haber?- replicó su cónyuge.- En todas partes hay.
-En absoluto, ¿no recuerdas aquel restaurante en Mijas, hace tres días?
-Hombre, yo creo que el helado de turrón es una cosa bastante estándar, deberían tener- apuntó Lorenzo.
-En todas partes deberían pero no en todas partes tienen- habló la dolorida voz de la experiencia, aka Arturo.
-Tengo una idea. Acabo de tener una epifanía.
Todos los ojos se movieron en dirección a quien acababa de hablar de forma tan pretenciosa, es decir, yo mismo.
-Hagamos lo siguiente, para satisfacer de una vez nuestra angustia. Si tienen helado de turrón, eso es que Mbappé viene. Si no tienen, es que se queda en París. ¿Os parece?
Creé un cierto revuelo en la mesa con mi propuesta. Algunas voces empezaron a objetar que eso era jugárnosla demasiado. Otras protestaron contra la temeridad de tentar a la suerte, como si dejar el asunto en manos de la respuesta del camarero no solamente fuese algo que mereciera crédito, sino como si fuese esa respuesta, de hecho, la que fuera a conducir los acontecimientos en un sentido o en otro.
La polémica entre los comensales desató, como digo, una conversación acalorada (nunca mejor dicho) y nerviosa, como si de verdad estuviéramos asomándonos al barranco del sí o no definitivo y la perspectiva produjese una zozobra insoportable. Había risas histéricas y una creciente oposición a mi sugerencia, por puro miedo. Comprendí que no habría consenso y decidí, temerario, aplicar una política de hechos consumados. Refrené el temblor en mi mano a base de alzar el brazo y llamar al camarero, que justo en ese momento pasaba por ahí y que se volvió solícito ante mi llamada.
-Disculpe. ¿Tienen helado de turrón?
Vale,pero tenían o no tenían ???,ja , ja,ja….
Puix- jeje je- , ¡ qué casualidad !, este mediodía hemos estado unos amigos madridistas compartiendo mesa y mantel a unos muy pocos kilómetros del mar. Y hemos hablado de lo humano y de lo divino. De la Galerna, de los clickbaits, de Sergio Ramos, de Bengoechea (don Jesús), de Ramón, de Pepe Kollins, de Skorzeny, de Rommel, de Mbappé, de Florentino...
Sobre Mbappé , mis amigos coinciden en que viene. Aseguran que el mismo morito que vaticinó ,hace un par de semanas ,que cuccitini se piraba a Paris , asegura que lo de Kylian está hecho... Personalmente, me he pronunciado al respecto; no pensaba, sobre todo, hasta esta mañana que el francés vaya a recalar en el club de la capital. Curiosamente, y a la hora de los postres , ha salido a la palestra el helado de turrón. Y, no es por generar misterio ni mayor cariño entre mis seguidores-amics de Mundo Divertío, no podía aseverar si al final han servido el “susodichoso” (sic) helado. Digo bien, no sabía . Porque tras leer este buen artículo he inquirido sobre ello y ahora ya sé la respuesta.
¡ Hala Madrid !. No es incompatible con el boicot a la LFP, antes al contrario.
Hasta finales de agosto no lo sabremos. Ojalá sea antes porque estoy nerviosa, confieso que me hace muchísima ilusión que venga.
Como estoy de vacaciones, por un lado no quiero que se acabe agosto y por otro, sí.
¡Ven con nosotros, Mabppé!
Por cierto, ayer -sin saber por qué, como muchos pensamientos que te asaltan- , me vino a la mente la que he visto hoy es presidenta de la Peña de Miami. Además me acordé de sus vídeos, sobre todo del último. Y al día siguiente me encuentro con este ilusionante y esperanzador artículo dónde aparece , he buscado en autores, María García-Mella Cid. Me parece una casualidad bastante llamativa.
Me preocupa bastante más, sobre todo si no viene ni él ni nadie, quién se va a comer el turrón este año en el equipo.
Ja, ja, ja, no me extraña la preocupación...
Ya se que no es el sitio, pero alguien puede explicar por qué hoy había 50.000 personas en Stanford Bridge y en Paris otras tantas sin mascarilla???. Es que somos los tontos de Europa o qué??. Hasta cuando nos vamos a comportar como becerros??.
En la Eurocopa igual, en unos sitios como si nada y en otros con mascarillas o casi sin gente. Por no hablar de los Juegos Olímpicos.
Quizá se deba al número de contagiados o vete tú a saber. Creo que en el Reino Unido han quitado todas las restricciones, pero no sé qué resultado habrá dado. A estas alturas, y aún no sabemos a qué atenernos con este maldito virus. Es un sinvivir...
Artículo aburridísimo, por un lado, eso ya no tiene solución.
Por otro, publicar las fotos así es una falta de respeto y una falta a la intimidad para el resto de comensales del local, y eso debería tenerla, porque esa gente que está de vacaciones no tiene por qué aparecer en un medio público sin ningún permiso. Una muestra más de la decadencia desde que no está Pepe Kollins.
Si esto no es poesía, dime tú qué es...