Hay que reconocer que Kilian Mbappé, ahora, es mucho más interesante que en verano. O que nunca antes. Se ha transformado en una criatura literaria, en un cautivo del gran laberinto del mundo. Es el Genio Errante. Desde octubre yerra por ese poema tan hermoso con el que Borges describió el infierno como “la contemplación de ese inmediato rostro incesante, intacto, incorruptible”. Que, para Mbappé, “durmiente, inmóvil, fiel, inalterable”, es la cara de aquel futbolista joven y arrogante que pudo fichar por el Madrid en el verano del año 2017, y no lo hizo.
No hay nostalgia más jodida que la que se siente por lo no vivido ni tampoco pena más grande que por lo que nunca fue. El hombre que en sueños batía las alas como un dragón Targaryen es ahora uno sin atributos, dicen que deprimido y preso de la angustia, lo que haría de él el perfecto habitante del siglo XXI.
Mbappé, como Toni Soprano, se pasa las mañanas luchando contra la abulia del Prozac, en albornoz y sin afeitar, descifrando a duras penas la presencia de aquella bandada de patos blancos que tomaba por costumbre bañarse en la piscina de un chalé de Nueva Jersey. Aunque como delantero promedia ya más de medio gol por partido, en ocasiones da toda la impresión de que ha olvidado cómo se juega al fútbol. Lo de los goles, no nos vamos a engañar, se daba por descontado. Desde luego que uno no se compra un Lamborghini para ir a comprar el pan.
El Madrid crea su propio tiempo. Y en él no hay sitio para la indiferencia. Ni para la desesperanza. Las temporadas en el Real son los acantilados verticales de mármol por donde Miguel Ángel, en Carrara, buscaba a Moisés, con un pie en el mar y el otro en la demencia. A la misma distancia, siempre, el Triunfo y la Derrota, esos dos grandes impostores. Según Deschamps, que no lo llama con Francia por motivos que pertenecen al secreto de Estado, Mbappé puede estar con la cabeza dentro de una jaula. Las razones son ignotas. Zidane tenía viajes místicos en los que se marchaba a los confines de sí mismo y Ronaldo Nazario también transitó por los caminos de la epilepsia (territorio fronterizo entre la vesania y Dios: grandes epilépticos fueron Mahoma o Dostoyevski) antes de la final de París en el 98. Dicen que la depresión es un dolor asociado a la culpa. Quizá la culpa que atormente a Mbappé sea la de haber perdido tanto tiempo, ese traidor que no vuelve. Pero la culpa es un absceso que se debe sajar. Toda culpa requiere de una purga, de una catarsis, de la expiación. Mbappé debe recuperar la espontaneidad y el deseo, que es el alimento del fuego. Mbappé tiene que volverse loco.
Mbappé debe recuperar la espontaneidad y el deseo, que es el alimento del fuego. Mbappé tiene que volverse loco
La locura es un estado de excepción cuya esencia es la libertad. El loco es libre. Por lo tanto, puede hacer lo que quiera. ¡Que se lo pregunten a Rüdiger! De tan serio y formal, Mbappé en el Madrid hasta ahora ha sido la pura mediocridad. Para triunfar tiene que quitarse el corsé, partirse esa camisa de fuerza que lleva puesta como si fuera un gitano en la boda de Camarón y armar el taco, como se decía antes en la crónica taurina. Los gitanos se volvían locos cuando creaban y Benzema, que empezó siendo un futbolista frío, tuvo que abrazar la insania para culminar la apoteosis de su carrera con tres obras de arte llenas de agonía y éxtasis.
Reconozco que este aire de lucha en solitario contra el mundo que ha cobrado la presencia en el Madrid de Mbappé me ha hecho conectar con él. Su fichaje se dilató tanto que se convirtió en un pecado de hibris, un desafío de las leyes cósmicas elementales. Todos, en el fondo, lo sabíamos. Lo supimos en cuanto se hizo oficial: era demasiado tarde. El Madrid, conviene no engañarse, está sujeto a un imperium que no es de este mundo, a una autoridad sobrenatural que determina el rumbo del club, también las grandes catástrofes. Mbappé es mucho más interesante ahora, como decía antes, ahora que el viento no sopla de cara y que el cuento de hadas deviene en pesadilla. Ahora, Mbappé es humano. Podemos identificarnos con él: pertenece al inmenso rebaño de la grey doliente. También, por fin, es uno de los nuestros.
El penalty en Anfield fue un enorme, magnífico clímax, siendo anticlímax: el compendio de todas las cuentas que ya tiene por saldar, el barro en la cara del ídolo, la ofensa, la humillación y el escarnio, el antiguo alimento de los héroes, como bien supo el poeta.
Mbappé, por tanto, tiene que vivir de acuerdo consigo mismo. Su naturaleza era la del relámpago: violencia, desmesura y velocidad. No es que Ancelotti tenga que encontrarle hueco, eso es para los futbolistas normales. A Mbappé no se le fichó como un jugador normal. Los patriarcas juegan emancipados del medio, del esquema y hasta de los compañeros. Ellos marcan las normas. Él, como Vinicius, son superestructuras. Son la superestructura. Los madridistas podemos pasarnos el año embrollados en estériles discusiones técnico-tácticas o sentarnos, como los atenienses en tiempos de Pericles, en las gradas del teatro, preparados para disfrutar de una buena tragedia.
Getty Images.
Precioso
Mbappé está demostrando ser un jugador poco egoísta en el campo y eso ahora es s precisamente criticado por muchos, como que tendría que ir de estrellita y macho alfa del Madrid, que si hiciera así tb le criticarian...
Excelente artículo. Madridismo y sintaxis. Se lee y se disfruta
Alguien se ha parado a pensar que igual a Mbappe le afecta anímicamente ésto ?https://t.me/c/2049033170/2463
Pues yo no estoy de acuerdo en nada ya esra bien del temira oí mejor que podemos hacer los que de verdad amamos al Madrid es dejarlo en paz, si no vino en el 17 sería por algo y si no hizo antes fue porque no pudo, ya lo ha comentado en varias ocasiones el propio Florentino desde el descocimiento se habla y se escribe muy a la ligera, éste jugador es un peazo de futbolista lo ha sido lo es y lo será...dejar de dar la tabarra y aunque algunos comprenden la situación también dan la tabarra dejarlo en paz esto obedece a una campaña anti, como la hicieron antes con BALE cr7 b9 y la más cochambrosa con Vin...así que el mejor favor que hacéis al Madrid y al jugador es..
DEJAR YA EL TEMITA
Totalmente de acuerdo. Únicamente te ha faltado acabar el post con un "CANSINOS".
Totalmente de acuerdo. Mí abuelo era perico y me decía que si no era listo que al menos fuera fuerte, así que Yebrita no tienes razón,soy muy listo y puedo debatir de lo que sea porque tengo cerebro y soy librepensador
Ah que se olvidaba y recordar un día mad que el barcelona pagó una millonada a los arbritos durante décadas para adulterar la competición y obtener títulos de manera fraudulenta deberían de estar en segunda división y devolver los trofeos a sus legítimos dueños
Alguien fuma costo?