Mario de las Heras: 300 galernadas y sigue

Nuestro colaborador Mario de las Heras ha alcanzado la cifra de 300 artículos con nosotros. Estamos de enhorabuena. Le felicitamos pero, sobre todo, nos felicitamos por tan fructífera cosecha y por poder seguir contando con él.

José María Faerna ha escrito: "Así que 300 ya, como los de las Termópilas. Y lo que es peor, 300 que valen uno a uno tanto como cada uno de los 300 de las Termópilas. Esto no se le hace a un amigo, Mario, a ver dónde queda ahora nuestro palmito juncal. Cantidades industriales, pero calidades de orfebre; tallas y pulidos como de Koh-i-noor pero en ristra charcutera. O una cosa u otra, hombre ya, Mario, que todo a la vez solo puede ser para dejarnos en evidencia. Enhorabuena, amigo, pero ya te vale. Un poco de caridad".

Fred Gwynne ha escrito:

“Cuando emprendas tu viaje a Ítaca
pide que el camino sea largo,
lleno de aventuras, lleno de experiencias.”

Mario acaba de partir, no ha llegado ni a la esquina y ya nos ha mandado 300 postales llenas de “hermosas mercancías, nácar y coral, ámbar y ébano”. Mario es nuestro pintor, el viajero que no se mueve de la playa y capta los emporios de Fenicia o el atardecer del Cherengueti, es el fiel amigo que mata unicornios a mi lado en las marismas de Cádiz.

“Ten siempre a Ítaca en tu mente.
Llegar allí es tu destino.
Mas no apresures nunca el viaje”

Felicidades, amigo, sigue mandando esas postales de lugares exóticos que nos llenan de amor y vida. Nosotros las leeremos y viajaremos a tu lado en busca de esa Ítaca que todos sabemos que es La Galerna.

Lo he intentado, Mario, ya lo ves, he tenido que recurrir al manido Ítaca para hacerte un homenaje digno, yo, un curtido cazador de unicornios, recurriendo a Kavafis para darme cuenta una vez más de que no puedo imitarte porque eres inimitable".

Hechi ha escrito: "Recuerdo el primero, en el que nos hablaba de Candela, a la postre madrina de honor de La Galerna. Lo imaginaba escribiendo entre biberones y nanas, regalándonos cuentos que creaba para que en el futuro ella leyera, en lugar de rellenar esos álbumes que describen los primeros gestos, palabras y travesuras de los niños. Madridismo y pluma, madridismo y sintaxis. Madridismo y Mario. Fue nuestro primer cronista y por un tiempo el único. Yo esperaba sus crónicas para recrear los partidos como si estuviera sentada en el cine. La expectativa de cómo nos contaría lo que hizo el equipo bailaba entre aventuras o épicas, western o thrillers... Un día había guiños a Coppola, otros a Scorsese, Bergman o Kubrick, Ford o Hawks. Decía Fellini que “un buen vino es como una buena película: dura un instante y te deja en la boca un sabor a gloria", así eran las crónicas de Mario, que luego las hacía para las cenas galernautas, presentaciones de libros o eventos madridistas al que asistiera. Cuando un jugador cumple una cifra redonda de partidos se le regala una camiseta con el número impreso; aquí en La Galerna entregamos textos dedicados como homenaje. Yo quiero seguir leyendo a Mario más allá de la mayoría de edad de Candela, seguir viendo películas en sus letras, seguir imaginando el Madrid de De las Heras".

Athos Dumas ha escrito: "300 textos en La Galerna. 300 obras maestras. Como pasear por el Musée d’Orsay parisino e intentar elegir entre un Monet, un Gauguin, un Pissarro, un Renoir o un Toulouse-Lautrec. Me los llevo todos. Cuando sale un De las Heras en la web de La Galerna, lo dejo todo, y me pongo a bucear en esa prosa elegante, enhiesta, sorprendente, mágica. Profundo madridismo, sutil y contundente a la vez. En donde Benzema suele ser protagonista en parajes tan insólitos y grandiosos como la selva costarricense o el Serengueti africano. O aquella fabulosa serie de las bellezas madridistas descritas con más sutileza que con el pincel de Degas. Esperaremos los próximos 300 artículos de Mario: con fruición y sana envidia, quién pudiera escribir la mitad de bien que él".

John Falstaff ha escrito: "Mario de las Heras y de las letras y de la pluma y del teclado. Mario no escribe; crea, dibuja imágenes en el aire que son como el amor en el brindis de Violetta Valéry, un fior che nasce e muore, alegorías breves que brillan y se desvanecen y dejan tras de sí el aroma limpio e inaprehensible de lo fugaz. La escritura de Mario es como el Falstaff del octogenario Verdi, una sucesión de melodías que mueren apenas han sido apuntadas para dejar paso a otra todavía más bella e igualmente efímera, de forma que todas juntas constituyen una jocunda celebración de la vida, porque qué otra cosa podría ser el Real Madrid (Mario es madridismo por los dieciséis costados). Decía Pla que él fumaba para buscar adjetivos, y a Mario no le hace falta encender el cigarro para que los adjetivos y las metáforas le broten de una imaginación apabullante que se despliega caprichosa entre el césped y el séptimo arte, previo paso por los seis anteriores. Y de pronto te sorprende con esa capacidad -que sólo tienen los elegidos- para condensar las sensaciones y los conceptos más etéreos en dos o tres breves palabras que suenan a estocada, a escritura nítida como el acero atravesando certero el hoyo de las agujas, y te acuña un saloncito de Benzema como si nada, como si fuera fácil. Mario escribe hermosuras como el Real Madrid escribe gestas: porque está en su naturaleza. Que los galernautas sigamos disfrutando muchos años del privilegio de leerle, y yo del de llamarle amigo.

Jesús Bengoechea ha escrito: "Yo sólo quería montar una web donde escribiéramos unos cuantos madridistas, y a tal efecto me fui reuniendo con ellos en diferentes fechas en el Six, local ya inexistente situado en la mismísima Concha Espina y frente al estadio donde uno a uno los desvirtualicé tras haberlos admirado por su prosa y sabiduría y madridismo en otras webs ya existentes. A Mario no lo desvirtualicé en el Six sino el el Café Fiat, en la confluencia de la propia Concha Espina con Serrano, es decir, en el mismo segmento de la ciudad que a los otros pero, al describir en ese tramo una aguda cuesta arriba la emblemática calle, unos cuantos metros sobre el nivel del mar con respecto a los demás. La topografía a veces es de un elocuente que para qué, no porque Mario sea el mejor de todos ellos (todos son muy buenos), sino porque de algún modo se eleva por encima de los lugares comunes y de los modismos y de todo lo zafio, levita sobre el fango de lo ordinario y de los hashtags con una ingravidez altanera y a la vez discreta que sólo está a su alcance. 300 artículos lleva el tío, lo mismo crónicas que cherengetis que prospectos de medicamentos, y (si bien es verdad que es discutible si es o no el mejor de todos) lo que no es discutible es que pocos representan como él la esencia de La Galerna. Gracias, Mario, que Dios te bendiga".

Ramón Álvarez de Mon ha escrito: "De la maravillosa pluma de mi amigo Mario hablarán mucho y mejor mis compañeros dé La Galerna. Realmente ni siquiera debería ser necesario recalcarlo puesto que salta a la vista su talento. A mí me gustaría centrarme en su inasequible madridismo en su vertiente más optimista, es decir más madridista. Cuando todo va objetivamente mal, Mario siempre logra encontrar una luz con la que animarnos a todos. Para él siempre la mejora está al alcance de nuestra vista y lo cierto es que, no sé cómo, pero el tío acierta y cuando no acierta, al menos, ha disfrutado como un buen madridista".

Andrés Torres ha escrito: "300 es una cifra que solo está al alcance de los más grandes. Leonidas de Esparta y sus 300 hombres de torsos esculpidos. Marujita Díaz y sus muy bien llevadas tres centurias. Y Mario de Las Heras, una pluma que no solo escribe fenomenalmente bien, sino que ha trascendido el estilo, dibujando un nuevo género literario desde la crónica y la columna deportiva. Genuino y diferente. En ningún sitio hallará usted algo parecido al sortilegio de Mario en La Galerna".

Jorgeneo ha escrito: "Para alguien tan sumamente racional como yo, la escritura de Mario supone una ecuación irresoluble. Su sensibilidad, su imaginación y la forma tan creativa y diferente con la que es capaz de describir cualquier cosa, me parecen de un nivel no solo altísimo sino brillante e inimitable. Y digo cualquier cosa porque Mario es capaz de transmitirte en una líneas lo que hay detrás de un gesto de Zidane en el banquillo, es capaz de convertir el regate de Redondo en Old Trafford en un artículo en el cual conviven Umbral y Joy Division y es capaz de encontrar la felicidad de ser madridista debajo de cualquier pequeño detalle cotidiano. Y, como me pasa con todo aquello que no entiendo, yo lo admiro. Si alguno no ha descubierto aún la fantasía que se esconde detrás de su escritura, tiene en La Galerna 300 maravillosas razones para hacerlo".

Alberto Cosín ha escrito: "Mario, el niño que veía VHS de tenis y NBA y el hombre que plasma su madridismo en cada artículo. La persona capaz de crear una obra maestra como Los diarios del Cherengueti. En definitiva un señor brillante, talentoso y genial con 300 magníficas piezas en La Galerna y con otras cientos más en el horizonte en este gran espacio donde tengo la fortuna de ser su compañero".

Rafa Moreno ha escrito: "Yo sé que Mario De Las Heras vive en Madrid, pero eso es una circunstancia meramente biográfica y aquí no hemos venido a hablar de biografías, sino de vida, de pura vida que se escribe porque se vive, que se vive para ser escrita y que Mario escribe para que sus lectores vivamos tal vez no más, pero sin duda mejor, a todo lo ancho que dan de sí sus liberadoras asociaciones de ideas, sus estimulantes sugerencias, los aromas, las brisas y los recuerdos luminosos de sus textos.
Yo sé que Mario vive en Madrid, pero en realidad vivo con él en el París de Hemingway, Gertrude Stein y Scott Fitzgerald, en el París de la Generación Perdida, ganada para la Historia. Porque la historia sigue siendo la de ganar por la noble vía de la alegre metáfora que vuela y viene desde los textos de Mario De Las Heras. Porque Mario es una fiesta".

Manuel Matamoros ha escrito: "Los 300 artículos de Mario en 3 palabras: cultura, inspiración, madridismo".

Nacho Faerna ha escrito: "Dice Nabokov en Lolita, o le hace decir a Humbert, que siempre se puede contar con un asesino para una prosa fantástica. “A fancy prose style”, en original. Yo lo habría traducido por “una prosa florida”. Y florida, exuberante, es la que brota de la pluma de Mario, que es una pluma de ganso. Mientras el cálamo garabatea palabras sobre el papel, con el otro extremo te hace cosquillas en la planta de los pies. Así lo leo yo siempre, con la sonrisa puesta, maravillado por la hemorragia de metáforas que no cesa de manar de su magín. El mérito de Mario es que escribe florido sin haber matado nunca ni a una mosca. Un asesino inmaculado, sin estrenar, envuelto todavía en papel de regalo. Trescientas muescas en el revólver de Sundance Kid y ni un sólo cadáver a cuestas. No lo intenten en casa; acabarán perdidos de sangre. Sigue matándonos suavemente, querido Mario.

Pepe Kollins ha escrito: "En Amanece que no es poco es verdadera devoción la que sienten por Faulkner y en este pueblo que es la Galerna nos sucede lo mismo con Mario de Las Heras. La comparación no es aleatoria ni caprichosa. Es la de Mario una prosa sofisticada y elegante, con un impulso más emotivo y sensorial que aleccionador, una mirada impresionista en la que cada palabra responde, en última instancia, a un último objetivo: la belleza. Uno de los textos más definitorios de Mario era aquel en el que explicaba cómo, hasta en las derrotas del Madrid, él buscaba un refugio de felicidad en un ademán de Bale o una sonrisa de Benzema, en definitiva, en ese placer estético que él luego recrea en cada uno de sus textos. Y es que mientras que la mayoría vemos en el club blanco un paradigma de fe en la victoria, Mario siente, comprende y expresa al Real Madrid desde su hermosura, que abarca desde el esplendor de sus triunfos a la sutileza de cada detalle. Y para belleza en La Galerna la de Mario. Nada más madridista ni galernauta".

Lucía Corregel ha escrito: "Mario es optimismo e ingenio. Así es su madridismo y así son también sus artículos. Crípticos algunos, ¡y qué maravilla el proceso de descifrarlos! Inolvidables son sus crónicas de nuestras cenas, unas veces delicadas y otras cherenguiteras. Humor inteligente. El Nadal de La Galerna en versión mejorada. Hay algunas cosas mejores que un artículo de Mario. Su amistad es una de ellas".

Fantantonio ha escrito: "Mario es un lírico, un lírico que cumple 300 artículos en La Galerna. Si La Galerna es una trinchera, un baluarte madridista en la frontera, él y sus 300 piezas son Leónidas y 300 espartanos, pero no guerreros, sino poetas. 300 estetas apostados en un desfiladero enfrentando al bárbaro con imágenes oníricas de benzemismo y amor, al fin y al cabo lo mismo. Cumple 300, que es una cifra formidable, precisamente en el momento en el que la noche más oscura se empieza a abrir con un chispazo de luz, que es Zidane. Claveles rojos en la boca de cañones, por 300 artículos más".