Una decena de jugadores del Real Madrid le han hecho un triplete de goles al FC Barcelona en encuentro oficial. Desde Bernabéu y Belaunde a Vinicius y Benzema pasando por Lazcano, Barinaga, Pruden, Narro, Puskas, Amancio y Zamorano. El brasileño entró en la historia el pasado domingo en la Supercopa porque es uno de los que lo consiguió en la primera parte. Los otros tres fueron Barinaga, Narro y Zamorano.
El histórico choque de Copa del Generalísimo entre el Real Madrid y el Barça del 13 de junio de 1943, el del 11-1, también figura en las estadísticas por los cuatro goles que marcó Barinaga en los primeros cuarenta y cinco minutos. Su actuación la calificó así el diario MARCA: “Gran actuación de Barinaga en su demarcación en un partido soberbio de creación de juego y de movilidad. Extraordinario Barinaga que junto a Moleiro fueron los dos más calificados jugadores del Madrid”.
Barinaga fue uno de los grandes jugadores del Real Madrid en la posguerra. Durante la Guerra Civil embarcó junto a sus hermanos en el puerto de Santurce con destino Southampton. Allí se fue haciendo futbolista y tras finalizar el conflicto bélico fichó por los blancos en 1940. Se le conoció como ‘El inglés de Durango’ y era un todoterreno. Un interior fogoso, dinámico, con gran espíritu de sacrificio, una impresionante llegada al área y una magnífica alianza con el gol. Terminó su etapa madridista batiendo el récord de tantos que pertenecía a Luis Regueiro.
En aquel partido su triplete que terminó en poker lo hizo en apenas doce minutos. El primero de ellos llegó en el minuto treinta y, según relataba la crónica de ‘Pueblo’, se produjo cuando “Barinaga empalma un centro de Alsúa y marca el segundo gol”. El segundo tanto fue tres minutos más tarde al decretar una falta el árbitro Celestino Rodríguez y expulsar a Benito. El tiro libre lo ejecutó “Pruden sobre la puerta, rechazando Miró flojo, lo que permite a Barinaga, bien colocado, llevar la pelota a la red entre el entusiasmo general”. Por último, la diana que certificó el hat-trick fue en el 42’ cuando la defensa catalana rechazó un avance blanco “y Barinaga recoge y después de avanzar tira cruzado y logra el séptimo gol para sus colores”. El vasco redondeó su actuación con el cuarto en su cuenta particular en la última jugada del descanso: “Botella cambia el juego a Alsúa y el centro de este es rematado con precisión por Barinaga al fondo de la red”.
Vinicius entró en la historia el pasado domingo en la Supercopa porque es uno de los que consiguió un hat-trich en la primera parte. Los otros tres fueron Barinaga, Narro y Zamorano
En la temporada 1950-1951, en la jornada 18 de Liga, el 14 de enero de 1951, visitó el coliseo de Chamartín el Barça dirigido por Fernando Daucik. No era un buen momento para ambas escuadras que navegaban lejos de los puestos de honor de la clasificación. Los blancos eran décimos en la tabla y los azulgranas séptimos, solo un punto por encima de los merengues. Aquella tarde fue una de las mejores de Jesús Narro en su periodo madridista.
El tolosarra era un medio o interior izquierdo fuerte, atlético, impetuoso, de gran zancada, muy cumplidor, con llegada a posiciones de gol y poseedor de un disparo muy seco con la zurda que disfrutaba entonces de su tercera campaña en la entidad capitalina. Un habitual en el once anteriormente para Mr. Keeping y también en ese momento para Baltasar Albéniz. Aquel curso explotó en la faceta goleadora y por primera vez pasó de la decena de tantos repartidos en solo cuatro encuentros (poker al Lleida, tripletes a Alcoyano y Barça y un tanto al Sevilla).
El Real Madrid se hizo con la victoria por 4-1 y las dianas de Narro se concentraron solo en 22 minutos. El vasco fue el autor del primer, tercer y cuarto gol blanco. En la crónica de MARCA de Ramón Melcón fueron descritos así. El 1-0: “Siete minutos y medio de juego. Macala tira a puerta, Velasco desvía flojamente la pelota, y Narro, muy oportuno, la envía a la red”. El 3-0: “Diecisiete minutos y Macala lanza un golpe franco, bombeando el balón, Narro, de un buen remate de cabeza, lo introduce por uno de los ángulos superiores del marco”. Y el 4-0: “Veintinueve minutos y Molowny hace una de sus clásicas escapadas por el ala izquierda y, después de internarse, pone el balón en los pies de Narro, quien, con mucha serenidad, remata imparablemente”.
Hasta el triplete de la Supercopa de Vinicius, el último madridista en rubricar un hat-trick ante los culés en una primera parte fue Iván Zamorano. El chileno lo logró en un partido legendario que recuerdan todos los madridistas, el 5-0 el 7 de enero de 1995, en la Liga que conquistarían los merengues con Jorge Valdano como director técnico.
Hasta el triplete de la Supercopa de Vinicius, el último madridista en rubricar un hat-trick ante los culés en una primera parte fue Iván Zamorano. El chileno lo logró en un partido legendario que recuerdan todos los madridistas, el 5-0 el 7 de enero de 1995
El delantero centro nacido en Santiago de Chile aterrizó en la casa blanca con la difícil tarea de sustituir a Hugo Sánchez. Su bagaje en el Sevilla garantizaba goles y así lo demostró también en Madrid. Zamorano era un excepcional rematador, un magistral cabeceador y tenía un sexto sentido para situarse en el área. Además, era fibroso, potente, nunca rehuía el choque y la disputa y mostraba gran decisión, coraje y pundonor en todas sus acciones.
En la noche de pos-Reyes en la capital, Zamorano se vistió de héroe llevando el júbilo a las gradas con tres tantos en 34 minutos, poniendo el 3-0 en el marcador antes del descanso. Ángel Cabeza, en su crónica para el diario AS, los detalló así. El primero llegó “a los cinco minutos con Zamorano abriendo su cartilla de ahorros con un impresionante gol con la izquierda y por la escuadra batiendo a Busquets”. El segundo, en el minuto 21: “Amavisca pasa a Zamora, quien tras superar a Abelardo bate por bajo al guardameta azulgrana”. Y el tercero, en el 39’: “Laudrup roba un balón a la defensa del Barcelona, se escapa por la izquierda y, al llegar a la línea de fondo, centra al segundo palo para que Zamorano, esta vez a placer, marque su tercero”.
Fotografías: archivo Alberto Cosín.
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Vinicius, el que siempre se acojonaba cuando tenía a Araujo delante... en fin. El tiempo va poniendo a cada uno en su sitio.
buenos días
Buenas tardes
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