Escuchaba en la radio de mi coche a un periodista deportivo que se gana la vida con su profesión decir que el Bayern había fichado “mucho mejor” que el Madrid este año. Lo dijo claramente. Hasta yo sé que el Madrid este año no ha fichado. Sin querer, ni mucho menos, ningunear a Danilo o a Casilla. Eso, por cantidad, no es fichar. Y en este caso no se trata de fichar "mucho mejor" sino de fichar o no. Debía de estar leyendo en el trabajo el manual radiofónico del año pasado, o quizá el de hace dos.
Cuando llegué a casa transcurría el minuto veinte e Isco pisaba la pelota y caracoleaba en el área como un bailaor zapateando. No debió de gustarle ese folclore a los muniqueses porque enseguida se la robaron y se pusieron a tiquitaquear en represalia. Pepe se había lesionado y en su lugar jugaba Nacho que a veces muestra unas señales de contundencia esperanzadoras, aunque es de una juventud entrañable a pesar de sus intentos por ocultarla. A Nacho le quitas esa barba de guardabosques y aparece un niño con pantalones cortos de uniforme.
En ausencia de la BBC, Benítez alineó un tridente de españoles bajitos, de los que Müller tiene pinta de reírse con toda su largura de bávaro pijo, y que sin embargo conformaban un juego muy inglés, de una intensidad desconocida por estos lares y pareja a su escasa efectividad.
Combinaba y combinaba el Bayern al borde del área madridista. La sacaba Götze para Lahm y éste para Müller que tiraba colocado en diagonal en vez de disparar a bocajarro. Definitivamente a este delantero le han refinado y Guardiola ha llegado a Alemania para enseñar buenas costumbres. Pep es la civilización mediterránea infiltrándose en una cervecería de la Marienplatz para impedir que el parroquiano acaricie con su mano grande a una camarera afable y pechugona.
Por el otro lado, como he dicho, actuaban de atacantes Alfredo Landa, José Luis López Vázquez y Joselito. Isco en acción parece que va cantando Siete Cascabeles y de ahí el fervor popular patrio. A Xabi eso no le debía gustar y por eso pidió el traslado a Baviera. Ahora el tolosarra es más alemán que Schwensteiger (y eso que Bastian ahora es inglés, vaya lío), y ya lo hemos visto con falda y sólo nos queda verle con levita como a Guardiola. Herr Alonso y Herr Guardiola.
El esquema de éste último se saltaba a todo el Madrid menos a su defensa, y Casemiro debía de estar pensando si había muerto con todos esos jugadores atravesándole. Los blancos se mostraban muy ordenados, y casi la única concesión a la fantasía era ver correr a Marcelo con el balón en los pies dando vueltas al mismo tiempo que su cabeza, que es el truco con el que desconcierta a los rivales. Costa era Bucéfalo sin ningún Alejandro cerca que lo domase. Se encabritaba a cada instante y Keylor le hacía la competencia con sus escorzos espectaculares, incluso quitándose de en medio a empujones, como hizo con Müller, cualquier intruso que le estropease la foto.
Salió Marco Asensio en la segunda parte y enseguida le robaba un balón por fuerza a Lewandowski, que ya sabe quién es. Los bajitos no paraban de caerse al suelo (aunque también se colaban entre las piernas alemanas), y Kroos se probaba con el libre directo que encontró, cómo no, a Neuer. Jesé quería robarle la cartera a alguien a toda costa y se paseaba entre la muchedumbre palpando pantalones y levantando chaquetas sin demasiado éxito. Mientras tanto Illarra, que no es isleño sino del norte y nunca parece saber qué es lo que está haciendo en el campo, como si se acabara de despertar de repente allí, levantaba la pierna a cada ocasión como una bailarina de can can.
Si el otro día me di cuenta, gracias al plano cenital, de las dimensiones del terreno de juego, ayer me percaté de la auténtica velocidad de los pases y de los disparos. En un campo de fútbol todo ocurre con el FWD pulsado aunque no se note desde fuera. Yo no podría ser futbolista igual que no podría vivir en Nueva York, donde moriría pisoteado.
Keylor saltaba todo el rato y a Lewandowski se le torcía la bota en la boca de gol. El Madrid no se acercaba a la portería rival y eso que ya estaba Modric, obligado en este curso que comienza a deslumbrar por su cuenta sin el cariño aparente que le profesaba Ancelotti. Yo confieso que le puedo perdonar cualquier cosa a Benítez menos que le quite la alegría a Lukita, el flautista de Hamelín que se llevó consigo a los rivales para que se ahogaran en el río Weser, cuenta la fábula.
Lo de menos fue el gol en el minuto ochenta y siete, porque la banda derecha se le ponía cuesta arriba a Lucas Vázquez, aunque no parecía importar en aras del dichoso orden. El orden inglés por el que uno ni trasnocha, ni se ríe, ni se indigna: sólo trabaja, decía Camba, lo que es un contraste enorme con ese equipo teutón de Guardiola que juega en mangas de camisa. Aquí nos han cambiado los papeles. La creatividad muniquesa y la disciplina madrileña. Müller, ese estirado, dando pases de tacón en el área. Adónde vamos a llegar. El mundo está cambiando y debe de ser culpa de Pep, que iba vestido como yo hace veinte años un sábado por la tarde en la puerta de Jácara.
Muy bueno.
Gracias, Marco Atilio.
Una frase gloriosa: "Isco en acción parece que va cantando Siete Cascabeles y de ahí el fervor popular patrio".
Muchas gracias, José Luis.
Me gusta mucho tu estilo y además suscribo el fondo. Por cierto, a mí también me ha parecido brutal lo de los siete cascabeles, me he descojonado...jajajajaja...veía al pequeño ruiseñor con la cara de Isco y esa España en blanco y negro con nadita de glamour jajajaja..
Saludos
Muchísimas gracias Uxi. Saludos para ti también.
Buenos días D. Mario he leído como siempre su divertida y atinada crónica, sobre el partido del Madrid, con el Múnich, con ese estilo tan pictórico que usa usted, para describir un partido de futbol, -una pincelada por aquí, una pincelada por allá,- y que en mi opinión definiría como impresionista, ( aunque lo reconozco de pintura ni idea), si no es así pues le ruego me lo aclare; pero he notado que en su delicioso artículo no hay ninguna referencia, a la camiseta que luce "nuestro" amigo Pep, y que luce una leyenda, -CAT- que no habría mostrado de no ser el Madrid el equipo contrario y que evidentemente le ha dado notable repercusión mundial a la dichosa camiseta. ¿Qué opinión le merece el asunto ? ¿Hace bien o mal el entrenador muniqués en mezclar futbol y la defensa de los derechos nacionales de Cataluña? ¿ Por qué Cataluña siempre tiene quien la defienda ? ¿ Porqué los castellanos somos la última mierda del estado?. Por supuesto la respuesta a estas preguntas es absolutamente voluntaria, con deleitarnos día si, día también con sus crónicas, tiene usted bastante, pero la curiosidad me mata.
Saludos blancos y comuneros
Pues yo, comentarios jocosos aparte, ví una repetición de los males del año pasado, un entrenador que coloca dos laterales (Marcelo y Carvajal) que no defienden muy bién que se diga, brindando al contrario dos autopistas por las cuales lanzar sus ataques en lugar de colocar al menos un buen lateral defensivo que cierre uno de los dos canales.
Esta disposición estratégica obligaba a los centrales a desplazarse contínuamente a tapar los huecos que dejaban los laterales dejando un nuevo agujero en el centro de la defensa, el cual a su vez tuvo que ser tapado por los mediocampistas.
Y como decía Cantinflas: ahí está el detalle!, si los mediocampistas tienen que andar defendiendo todo el partido no tienen mucho tiempo para crear ofensivas que permitan a los delanteros "bajitos o altitos" lanzar pelotitas a la portería rival.
Espero que haya sido una especie de estudio hecho por Benítez para verificar la capacidad defensiva del equipo y no otra cosa.