Magneto

En estos días aciagos en los que el madridista deambula por ese túnel de los horrores que es el ocaso de una liga perdida, la summeriana más larga de todos los tiempos y el regreso de ese pestiño rojo llamado selección a la vuelta de la esquina, la única luz en la oscuridad es Zizou, él es el frasco de Galadriel que empuña Frodo ante el arácnido más feo de todo Mordor.

Existe un completo consenso, incluso entre nuestros enemigos, en torno a las dotes sobrehumanas de Zinedine, una aureola mágica que eleva al hombre marsellés al Olimpo de los Dioses, al tiempo que lo aleja de nosotros, pobres mortales madridistas, pero menos que al colchonero pagano que blasfema a diario adorando a un cholo y un mono y al Falun Gong culé que idolatra a otro calvo, este obsesionado con el martirologio del lacito amarillo.

El caso es que, desde la ascendencia del buen imán sobre sus fieles, y la adherencia eterna del imán, pero el de la nevera, saludamos hoy la portada de Marca personificada en la sonrisa de Zizou. Pensábamos, como apuntaron en Héroes, la brillante obra que equipara superhéroes y futbolistas, con fastuosas ilustraciones de Ricardo Cávolo , que Zinedine era el Dr.Manhattan. "Todo está ordenado. Incluso mis reacciones. Yo sólo veo los hilos" que diría el más azul de los miembros de Watchmen, esa pandilla de superhéroes disfuncional que Alan Moore regaló al mundo.

Hoy Marca nos invita a discrepar. El nuevo Zidanes es Magneto. Carismático, implacable, poderoso. Todos quieren formar parte de su Hermandad de Mutantes Diabólicos. Pogba ha pasado de parecernos un reggaetonero de los de "dame más gasolina" a convertirse en Shaft en los callejones de Harlem. Hazard merienda rusos como Diablo Rojo al tiempo que nuestro descentrado Thibaut se come goles a dos Carrillos. Ni qué decir tiene Mbappé, la Tortuga Ninja que quiere dejar de comer pizzas en las alcantarillas para comer hombres-X en Avalon, junto a Magnus Zinedine.

Tras tamaño arranque superheroico de nuestro portanálisis, pasar por la primera plana de As conduce inevitablemente a la bajona, del mismo modo que todos los caminos conducen a Kylian, como aseguran en nuevo alarde de ingenio en su portada. Pero hoy el tesoro de la Ouija se cocina en la azotea y se sirve en el bochinche de Don Croqueto.

Dice Freddy en su editorial, con entusiasmo escolar y flema parvularia, que vayamos todos juntos de excursión al Wanda Panda a ver a Leo. Planazo. Partidazo. Venezuela y Argentina frente a frente en un partido amistoso en un estadio que ha visto grandes gestas que emocionaron al mismísimo Maldini. El calvo, no el guapo. Vamos, que solo falta que fuera un triangular con la selección de Catalunya para ver sobre el verde a ese politólogo, analista y tertuliano de todo llamado Geri.

Como no les veo muy convencidos, amigos galernautas, copio y pego a Relaño.

"Messi juega con ciencia e inspiración insuperables, llena el campo de belleza y emoción, ennoblece este juego que nació para la alegría."

¡Venga que nos quedamos sin entradas!

Ni siquiera las ecuánimes y siempre ponderadas cabeceras catalanas comparten el entusiasmo de la Ouija con el bolo de Messi. Tienen preocupaciones Laterales (y colaterales) mucho más importantes. Claro que después de ver a Magneto Zizou atrayendo a figuras rutilantes del fútbol mundial como Eden, Paul y Kylyan, ver el mejunje del diario de Godó, Grande de España, induce a la bajona tanto como la Ouija por mucho que titules como una peli de acción noventoide de Steven Seagal. Lateral, La Criba Final. Desafio Total. Carajal en el lateral, tanto da.

El único que se atreve a abrir un espinoso asunto culé en su portada es el siempre vigilante diario Sport. Cumbre por Coutinho dicen. En plan conferencia de paz porque de la Aldea del Arce blaugrana solo emana la bondad y los buenos sentimientos.

A veces también se evaporan 150 millones de euros en fichajes tan malogrados como Chygrinsky con coca cola, pero no leerán nada demasiado criticón al respecto. Ni allí ni en la famosa central lechera ni en la caverna mediática.

Así son los dioses entre insectos... que diría precisamente Magneto

¡Feliz fin de semana, amigos galernautas!