Aunque el gran y prolífico novelista Alejandro Dumas murió en 1870, 32 años antes de que se fundara el Real Madrid CF, no se me ocurre nadie más madridista, avant la lettre, que Don Alexandre. En efecto, reinó durante todo su siglo como top de ventas europeo (lo que significaba top mundial en el siglo XIX), y algunas de sus novelas (la Trilogía de los Mosqueteros compuesta por Los Tres Mosqueteros + 20 años después + El Vizconde de Bragelonne, El Conde de Montecristo, La Reina Margot, etc) se vendieron en su momento mucho más que la Biblia. Sin duda, de haber una estadística fiable de ventas, Alejandro Dumas habría sido proclamado “Escritor más exitoso del siglo XIX”, por delante de Dickens, Zola, Tolstoi, Pérez Galdós y Víctor Hugo.
Como el Real Madrid, era capaz de triunfar en cada género literario que tocaba: triunfó en el teatro incluso antes que Víctor Hugo (su Enrique III fue más exitoso que Hernani), en el relato corto, el ensayo, la novela histórica, los relatos de viajes… Así como el Madrid también puede ser el mejor (de hecho, ahora mismo, lo es en todas las facetas) con juego de contragolpe, con dominio del juego, tocando sin parar, sufriendo hasta la extenuación o gozando al infinito… pero con el objetivo único y notorio de tratar siempre de ganar. Dumas era capaz de escribir cualquier tipo de literatura (en algunos casos con la ayuda de colaboradores valiosísimos como Augusto Maquet, Gérard de Nerval, Teófilo Gautier o el mismísimo Hugo) con el objetivo principal de llegar al mayor número posible de lectores lo cual, para un escritor comercial, es lo mismo que la victoria en un club de fútbol.
Su vida particular fue por momentos incluso más apasionante que su vida profesional: hizo infinidad de amigos, trató con lo más granado de la realeza o del poder (en Francia, en España, en Italia, en Rusia), ganó -y perdió- auténticas fortunas, se construyó un castillo de cuento de hadas (el Castillo de Montecristo, cerca de París, que sigue en pie y es la sede de la Asociación de Amigos de Alexandre Dumas), tuvo innumerables amantes (cuando murió, a los 68 años, su amante apenas tenía 30), numerosos hijos ilegítimos (legitimó a dos, el célebre Alejandro hijo, autor de La Dama de las Camelias, y a su hija Marie), escribió varios Diccionarios de Cocina, se batió en duelo a muerte varias veces, y acompañó a Garibaldi en su aventura que culminó en la Independencia de Italia allá por 1860. ¡Estaba en todas partes! Como el Madrid, que ya en 1904, apenas dos años después de ser fundado, fue uno de los miembros fundadores de la FIFA, en París, único club de fútbol fundador junto a las primitivas federaciones de Francia, Bélgica, Suiza, Holanda, Suecia y Dinamarca. O como en 1955, cuando, ya con Don Santiago Bernabéu manejando las riendas, el Real Madrid también estuvo en la génesis del campeonato de clubs que, hoy en día, sigue siendo el más importante del mundo: la Copa de los Clubes Campeones Europeos, la Copa de Europa de toda la vida.
El Real Madrid fue uno de los miembros fundadores de la FIFA
A Alejandro Dumas, pese a ser con diferencia el autor más exitoso de su tiempo, al que cada vez que visitaba un país distinto al suyo era inmediatamente aclamado y agasajado por numerosos fans y lectores (recomiendo la lectura de uno de sus libros de viaje, De Paría a Cádiz, en el que recorre España de Norte a Sur, allá por 1846, y en el que fácilmente es reconocido y vitoreado en ciudades como Madrid, Granada, Córdoba o Sevilla, en un tiempo en el que sus libros, altamente demandados, se imprimían en Madrid prácticamente al mismo tiempo que en París, un auténtico fenómeno editorial y estamos hablando de hace 170 años!), le pasaba en cierto modo como a nuestro Real Madrid: pese a ser indiscutiblemente el más laureado de su tiempo, no se le reconocía suficientemente su calidad y su categoría en diferentes estamentos puristas: no era considerado un autor de calidad, como sí lo eran por ejemplo sus coetáneos Hugo, Balzac y Flaubert, los autores por aquél entonces de un tiki-taka literario para minorías. Cierto es que estos autores tuvieron puntualmente grandes aciertos editoriales y que cuentan en sus bibliografías con auténticas joyas literarias. Los gurús de aquella época, la Academia Francesa o los más prestigiosos críticos literarios (lo que podría ser en comparación la RFEF, la prensa especializada o el colectivo arbitral), siempre trataron de ningunear a Dumas, supuestamente porque escribía para públicos adolescentes o poco exigentes. Pero las cifras están ahí: los millones de ejemplares que aún hoy en día se siguen vendiendo de la obra de Alejandro Dumas, como lo es el asombroso Museo del Real Madrid, que no tiene parangón, ni de lejos, con el de ningún otro club de fútbol del mundo.
La personalidad de Dumas se podría esbozar juntando los principales rasgos característicos de cuatro de sus héroes más conocidos por el gran público, y esto mismo nos puede dar numerosas similitudes con el Real Madrid: D’Artagnan, Athos, Porthos y Aramis, los tres mosqueteros que, como es bien sabido, eran cuatro (como el sistema del Madrid de Zidane, que a veces es un 4-4-2, pero en mitad del partido cambia a 4-1-4-1 o puede ser un 4-2-3-1 o un 4-3-3, o lo que toque en cada momento).
De D’Artagnan nos quedaríamos con su ambición sin límites y el siempre negarse a rendirse porque siempre hay que luchar en la vida hasta el final, hasta la extenuación, sea en la faceta que sea. Porque siempre, siempre, pase lo que pase, puede hallarse una esperanza o una recompensa (“Esperar y confiar”, con esta frase acaba la mítica novela “El Conde de Montecristo”).
De Athos, la experiencia, la sabiduría, el saber estar siempre, el mantener vigente unas tradiciones y un señorío. Señorío bien entendido, lo cual no significa ser un pardillo y aceptar que te abofeteen permanentemente. Athos es claramente el “Caballero del honor” del himno madridista.
Del gigante Porthos, su fuerza descomunal, fuerza mental y física, y una glotonería sin límites. Siempre querer más y más, nunca estar ahíto pese a ganar y a ganar y a ganar. De Porthos también destacaremos su gran generosidad y siempre su gran corazón.
De Aramis, finalmente, la inteligencia, la capacidad infinita de saber seducir – Aramis a las nobles damas de la época, el Madrid a propios y a extraños - y la forma de saber siempre superar todos los obstáculos que se le ponen por delante, que son numerosísimos.
En cierto modo, Dumas reflejó en estos cuatro memorables personajes parcelas de su propia personalidad. También tenían defectos, claro está. Pero lo que siempre tuvo Dumas enfrente de él era a una corte de envidiosos irreductibles, incapaces de escribir una línea por sí solos, pero expertos en criticar, menospreciar y minusvalorar todo aquello que hacía, decía o escribía. Y aun así, el gran público, la mayoría silenciosa, le adoraba y veneraba sus libros y a sus maravillosos personajes. Él nunca se creyó el centro del universo, ni el creador de los valores y de los estilos. Se limitaba a escribir para la mayoría, y sus libros apasionaban a dicha mayoría. Sin duda Alejandro Dumas, amante del teatro, de la pintura y de la ópera, amigo personal de Hugo, Lamartine, Delacroix o Rossini, entre otros muchos, habría sido un apasionado hoy en día del fútbol. Y un gran madridista, sin duda.
Gran articulo, me han parecido interesantes los paralelismos. Imagino que se lo habrán preguntado muchas veces, es usted familia?
(Ya sabe, de casta el viene al galgo) 😉
Algo hay, algo hay...Algún día comentaré sobre ello...
Me ha encantado la comparacion. Composicion literarria de un gran sucesor. Enhorabuena!!!, amigo Dumas
Mil gracias Javier!
En eso me encontré con: " (...) su ambición sin límites y el siempre negarse a rendirse". Entiéndase " y al minuto noventa y ramos, Dios descansó". Cuando leo maravillas como las suyas Sr. Dumas, siempre me viene a la memoria Cannavaro, en "En el corazón de la Undécima", recordándole a Pepe entre risas y anécdotas, que esto !!!ES EL MADRID!!!
Ps: Por cierto, para mí A. Dumas vió jugar a Cristiano y a Ramos. Si no, como hubo de invertarse semejante personaje, y al D’Artagnan me refiero. Un abrazo del tamaño del mar y un millón de sonrisas. HALA MADRID !!!!
Es usted muy pero que muy amable. Muy agradecido.
Los orígenes del Alejandro Dumas (el senior, el autor de los 3 Mosqueteros, etc) no pueden ser más curiosos: era hijo de un general francés mulato (que a su vez era fruto de la relación entre un militar francés blanco y una esclava negra) que fue vendido por su propio padre (es decir, el abuelo de Dumas sr) como esclavo (para luego recomprarlo y educarlo como un noble).
Haciendo analogías con el Real Madrid, podemos decir que el equipo es universal, no importan razas ni nacionalidades, hay seguidores por todo el mundo ( mestizos - como era el propio Dumas- caucásicos, negros asiáticos, árabes, etc, etc).
Y esa misma grandeza propia de la universalidad es la que suelen intentar derribar los periolistos, que invariablemente atufan a xenofobia cuando son constantes en despreciar a los "extranjeros" del equipo... (como ahora les toca a Bale o Benzema, o antes a James y Danilo y un larguísimo etc.) intentando desmerecerlos frente a los jugadores españoles (en pro de un falso interés por el "bien" de la Selección). Por desgracia, muchos pseudomadridistas caen rendidos ante esos argumentos xenófobos y terminan haciéndolos propios.
Mulato y madridista, orgullo! De ahí que digan aquello de: busco a mi padre, es negro y madridista.