Mas de 90 días sin fútbol, sin mariposas en el estómago, sin gritar gol, sin abrazarme a los míos fundidos en un grito de alegría. Han sido días muy duros. Días llenos de tristeza y lágrimas al perder a muchos seres queridos y allegados. Seis personas he perdido por el Covid-19. Seis personas que estaban vivas hace 16 semanas y que hoy ya no están con nosotros. Sin poder despedirme, sin poder dar ese último adiós.
Muchos momentos preguntándome por qué y cuándo voy a dejar de sentir este dolor tan profundo que siento en mi alma. Días en las que las video-llamadas con mis amistades en USA, España y familia en la Republica Dominicana literalmente me han dado la vida, una bombona de oxígeno cuando realmente me costaba respirar.
El mundo es otro, ya nada es lo mismo, pero hay que seguir adelante, porque sí, porque un madridista nunca se rinde y porque estoy segura de que eso es lo que me diría el gran Nevito (DEP), peñista de la Pena de NYC que falleció hace 3 semanas después de luchar contra el Covid-19 más de 50 días. Hay que seguir adelante, sin bajar los brazos, y el regreso del Real Madrid, precisamente, significa eso para mí.
Ayer, durante los 90 minutos del partido, olvidé un poco ese dolor que me invade y desgarra. Grité el primer gol junto a mi hijo como si se tratase de una final de Champions. Un grito de rabia, de desahogo, de felicidad. PORFIN regresaba lo más importante de las cosas menos importantes. El equipo de mi vida, de mis amores. Y lo hacía marcando un gol nada más empezar el partido. Debido a las cifras de contagios en Florida la junta directiva de la peña votó no reunirnos en nuestra sede oficial ya que no dispone de terraza para poder sentarte afuera. Decidimos seguir el partido reunidos vía Zoom, junto a la Peña de Los Ángeles. Madridismo de costa a costa. Durante 90 minutos compartimos, gritamos, nos reímos y recuperamos un poco de “normalidad” después de tantas semanas de tristeza.
Vivir lejos del país al que amas y ver como el Covid-19 ha causado tanto daño y tristeza no ha sido nada fácil. Contemplar las imágenes de Madrid vacías, saber de amistades que perdían a sus padres, familiares y amigos, me ha llenado de una inmensa impotencia. Igual a la que sentía y siento aquí al ver esas mismas pérdidas de “este lado del charco.” Pero ayer, durante 90 minutos, todos los madridistas alrededor del mundo éramos UNO en un solo grito: ¡HALA MADRID!
GRACIAS REAL MADRID, GRACIAS por existir y por devolverme un poco de felicidad.
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¡¡Felicidades María!! ¡Qué grande la afición madridista de los Estados Unidos! Como la de todo el mundo que siente la camiseta del mejor club del mundo... ¡¡Hala Madrid!! ¡¡Siempre!!
Muchas gracias!
¡Me encanta! Es impresionante lo que consigue el Real Madrid para unirnos en un sentimiento común. Desde La Gran Familia de Madrid mi más sincera felicitación.
Mucho ánimo y Hala Madrid.
GRACIAS Y HALA MADRID!
Mucho ánimo , sé fuerte y mejor en justa correspondencia a los que se han ido . Hay que seguir adelante , aunque solo sea por curiosidad.
Muchas gracias Cristobal!
Me ha encantado tu artículo, María. Muchos ánimos y ya verás como volvemos a disfrutar y a soñar con nuestro equipo.
Gracias!