Hoy dará comienzo una nueva edición de la Copa del Rey para el Real Madrid con una eliminatoria ante el Cádiz. En la actualidad el equipo blanco es con 19 títulos el tercer club con más entorchados por detrás del F.C. Barcelona y el Athletic Club. Sin embargo hubo una época en que fue la entidad más laureada. Ha pasado más de un siglo desde aquello.
En 1903 comenzó a celebrarse el Campeonato de España o Copa del Rey con un torneo anual que instauró Carlos Padrós (uno de los fundadores del club merengue). El rey Alfonso XIII donó un trofeo y el Madrid F.C. se encargó de la organización en las primeras ediciones junto a la Federación Madrileña, al no existir aún la Federación Española. La sede de todos los encuentros se estableció en la capital hasta que en 1909 se acordó que fuese el equipo campeón el que acogiese la competición.
El Athletic Club se hizo con el triunfo en los dos primeros torneos (en el segundo sin jugar un partido) pero fue el Madrid el que encadenó un periodo hegemónico en el balompié español con cuatro títulos consecutivos, de 1905 a 1908. Fueron años de gran rivalidad con los bilbaínos, que contaban con jugadores de gran prestigio como el extremo izquierdo inglés Evans, Manuel Ansoleaga, su capitán Astorquia o el portero Alejandro Acha.
El cuadro capitalino conquistó el Campeonato Regional Centro ante el Moncloa y eso le permitió participar en la Copa del año 1905. Ya formaban parte de la plantilla pioneros de la casa blanca como Manuel Alcalde, primer gran arquero de la entidad, el contundente defensa José Ángel Berraondo, el medio galo Henri Normand, el fabuloso extremo diestro Pedro Parages o el hábil “Quincho” Yarza. En el torneo del KO se disputó un triangular entre los madrileños, el Athletic y el San Sebastián Recreation Club. En el primer choque los merengues se impusieron con claridad a los donostiarras en una gran tarde de Antonio Alonso y en el segundo duelo frente a los vizcainos se coronó al campeón. La contienda fue dura y emocionante y la decidió Prast con un tanto a veinte minutos del final. El Athletic apretó mucho en los instantes finales pero la defensa blanca formada por Berraondo y Álvarez se mantuvo firme.
Un año más tarde volvieron a verse las caras madrileños y bilbaínos con la incorporación del Huelva Recreation Club, el equipo decano del país. Los onubenses, que tenían en sus filas a jugadores ingleses, causaban terror en sus dos contrincantes antes del torneo, pero finalmente cayeron derrotados en ambos partidos. El Madrid les derrotó por 3-0 y los vascos por la mínima. Por tanto de nuevo se jugaron el título los dos conjuntos que tenían el trofeo copero en sus vitrinas. En el estadio del Hipódromo, con 5.000 asistentes soportando la lluvia, los merengues cuajaron uno de los mejores partidos de su corta historia y barrieron a su rival por 4-1. Prast y Parages -futuros presidente y entrenador del club- firmaron un doblete, mientras que por el Athletic el medio Uribe hizo el del honor.
En 1907 la Copa celebró la mejor edición hasta la fecha con la participación del Madrid, el Vizcaya Club (un combinado con jugadores del Athletic vasco y madrileño y también del Unión), el Hamilton F.C. salmantino repleto de irlandeses, el Vigo FC y el Huelva Recreation. En forma de liguilla jugaron todos contra todos para dilucidar al vencedor de la competición. El torneo no empezó bien para los blancos al caer en un igualado choque con el Vizcaya, en una tarde de fútbol duro y agresivo por ambos bandos. Este resultado hacía favoritos a los vascos, pero un tropiezo inesperado ante los vigueses cambió las circunstancias. El Madrid venció en todos los demás duelos y, tras empatar los dos equipos a puntos, se disputó un partido de desempate. El encuentro no tuvo nada que ver con el de la primera jornada y en este primó el espectáculo. Los 6.000 aficionados presentes en las gradas disfrutaron de un enorme choque que desniveló Manuel Prast (gran héroe en la época al marcar en tres finales consecutivas) al igual que dos años antes con una diana en el minuto 80. Este triunfo además permitió a los merengues recibir el trofeo en propiedad y ser la primera institución en lograrlo (posteriormente lo consiguieron el Athletic Club, el F.C. Barcelona, el Sevilla y el Atlético de Madrid).
El ciclo dorado continuaría una campaña más, hasta el año 1908. En esta ocasión el Athletic declinó participar por lo acaecido el año anterior en las gradas del Hipódromo de la Castellana y otros clubes del país siguieron el mismo camino al no poder costear el caro viaje a Madrid. Únicamente se inscribió el Vigo F.C. (uno de los antecedentes del actual Celta de Vigo) y la final enfrentó a los dos conjuntos en el estadio de O'Donell. Las crónicas hablan de un choque parejo en un campo embarrado que se llevó el Madrid por 2-1 gracias a los tantos del magnífico delantero Neyra y del guatemalteco Revuelto, un atacante talentoso y eficaz.
A partir de entonces se abrió una gran sequía blanca en esta competición. En los siguientes 25 años sólo obtuvieron un trofeo en 1917 ante el Arenas de Getxo y eso permitió que el Athletic le arrebatase el trono de la competición copera al alcanzar los 13 triunfos en ese periodo.
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Vamos, pues menudo comienzo. Eliminado en el papeleo de entrada. Florentino, ya me tienes cansado con tus papelazos