El Madrid regala a Quino una victoria

Buenos días. En el fallecimiento del extraordinario Quino, se nos vienen a la mente aquellas viñetas en las que un consternado Manolito permitía a Mafalda leer la nota que la maestra había escrito para los padres del primero. “Señor Goreiro, más que hacer los deberes, su hijo los perpetra”.

Ay. Qué pena lo de Quino, lo primero, y cuántas veces podríamos haber resumido así la mayor parte de las primeras planas del día en los más de cinco años que ya llevamos dedicados a esta ardua labor del portanalismo.

Por ejemplo, está Sport. Con mucha frecuencia Sport no hace portadas, sino que las perpetra. Hoy es un magnífico ejemplo.

No es ya que se nos arroje azúcar a paladas con la supuesta nueva máxima implicación de Messi en el equipo (sus palabras pidiendo unidad, en plan mensaje navideño del rey, resulta que han sido “un bálsamo” en el seno de la plantilla, a pesar de que no fueron palabras enviadas por burofax y dudamos por tanto de la oficialidad de las mismas). No. Eso no es lo peor de la portada.

Lo peor es cómo ventila Sport, en su esquina superior derecha, la sufrida victoria del Madrid ayer ante el Valladolid (leed la estupenda crónica galernauta de Andrés Torres). “El Valladolid le regala la victoria al Real Madrid”.

Repetimos. “El Valladolid le regala la victoria al Real Madrid”. Podríamos decir que esto es el acabóse, pero parafraseando a Susanita en conversación con Mafalda matizaríamos que es solo el continuóse del empezóse de Sport, que es un rotativo que lleva décadas tratando de enfangar de modos irrisorios todos los éxitos blancos, moviendo a la hilaridad en sus intentos de forma invariable. No sabemos qué partido vieron en la redacción de Sport para concluir que un equipo “regaló” la victoria al otro. El Valladolid se empleó con enorme solidez y denuedo, forzando a los de Zidane a un esfuerzo extra para alcanzar la victoria. Sí algo no hizo de ninguna de las maneras el Pucela es “regalar” los tres puntos en el Di Stéfano. Podríamos adentrarnos en las procelosas páginas interiores de Sport para saber cómo justifican (?) sus cronistas la colocación de un titular semejante, pero pensamos que seremos capaces de resistir la tentación como Felipe resistía la de leer sus tebeos en lugar de hacer los deberes. (“¿Qué soy al fin, un hombre o un ratón?, se decía a sí mismo, tratando de envalentonarse para verse al fin, en la última viñeta, leyendo un tebeo y comiendo un trozo de queso).

Otro que tiende a perpetrar las portadas en lugar de hacerlas es As, y eso que nos parecía que había mejorado últimamente, ya sabéis, desde que Relaño bajó un escalón jerárquico. A Relaño le gusta Florentino menos que a Mafalda la sopa, de ahí que cada mañana As (o Ouija Daily, como en su momento fue bautizado el diario por cierto medio satírico-deportivo) nos brindase una andanada de torpe piperismo. Pensábamos que esos tiempos habían pasado, pero leed con algún detenimiento la portada de hoy.

Aparte de constatar el hecho irrefutable de que Vinicius marcó el primer gol del partido (“Vinicius al rescate”, se titula, con más dramatismo del que en realidad arrojó el choque), observad y sonreíd con nosotros ante lo de “Dos paradas salvadoras de Courtois”. Una media verdad puede ser tan lesiva como una patraña completa, y si a la información de (en efecto) las cruciales intervenciones de Courtois no añades que el meta pucelano Roberto tuvo que intervenir muchas más veces, y con la misma brillantez, estás deslizando sibilinamente la sensación de que el Madrid estuvo a merced de los de Sergio, cosa que en modo alguno refleja la verdad de lo que sucedió en el partido. Una vez le preguntaron a Cortázar qué opinaba de Mafalda. “Lo que importa no es lo que yo opine de Mafalda, sino lo que Mafalda opine de mí”, respondió el escritor. Sabias palabras, aunque a nosotros, en este caso, nos dé completamente igual lo que As opine de La Galerna.

También, ya puestos, nos da completamente igual lo que Mundo Deportivo opine de nosotros. Hoy nos trae uno de sus inefables juegos de palabras, con Sergiño Dest sentado al volante, según se nos quiere hacer creer, si bien en este aciago mundo de distancia y mascarillas el de la foto podría muy bien ser cualquier otro. Pero lo que importa no es lo que nosotros digamos de las mascarillas, sino lo que Mafalda (ay) hubiera podido decir de este suerte de distopía chunga en que el maldito Covid nos ha convertido.

Acabamos con Marca, que rinde un precioso tributo al maestro Quino dejando que sea Mafalda quien comente la trabajada victoria de los blancos. Sí, querida Mafalda: a veces cuesta mucho que entre la pelotita, pero no tanto como nos va a costar seguir adelante en este mundo hoy de mierda en el que, encima, ahora nos falta tu creador.

Pasad un buen día.