Hay victorias cuya importancia trasciende la relevancia coyuntural que tienen en la consecución de títulos. Efectivamente es muy probable que el Barcelona gane la liga y el Madrid, por tanto, la pierda. Como consecuencia de ello, los tres puntos logrados en el Camp Nou por el Madrid probablemente serán, en términos prosaicos, totalmente estériles.
Sin embargo el alma y el amor propio del Madrid pendían de un hilo. Tras el 0-4 de la primera vuelta y el triplete del Barcelona en la temporada anterior, el Madrid necesitaba demostrarse que su grandeza está más que vigente. El Madrid afrontará este final de temporada sabiendo que el principal rival a batir está al alcance de la anarquía de Marcelo, la bravura de Casemiro, la superioridad de Bale o el oportunismo de Cristiano.
Los augurios de muchos no eran precisamente esos. Esos muchos daban por sentado que el Madrid viajaría a Alemania tras sufrir otra paliza blaugrana y sabiéndose acomplejado e inferior al eterno rival.
Por si fuera poco, el guión del partido, que exigió la épica, debe reforzar este auto convencimiento renacido del Madrid. Tras tener controlada a la MSN, el Madrid recibió un gol a balón parado de Piqué. La crueldad es evidente, hasta Joan Gaspart reconocería la superioridad blanca en ese aspecto. Una vez conseguido el empate tras una bendita locura de Marcelo, el arbitro decidió que un jugador de ciento ochenta y ocho centímetros no puede imponerse en un salto a un bajito, estaba feo. Sin dejar que los habituales demonios asomasen y empantanasen todo, el Madrid continuó empujando sin reparar en que tampoco el larguero iba a ayudar. Era tan arrebatadora la mentalidad de los blancos que la expulsión de Ramos (sólo había dudas de en qué minuto se produciría) fue interpretada por el Madrid como un refuerzo, el equipo ya no se tendría que preocupar por ninguna imprudencia más de su capitán. El Madrid por primera vez en bastante tiempo había olido la sangre de su mayor enemigo y no iba a soltar la presa. Fue Ronaldo, claro, tanto menosprecio no debía quedar impune ni un partido más. Cómo sería el asunto que en el noventa y dos, Pepe pisaba el área rival siendo el único central puro en el campo del equipo que jugaba con diez jugadores.
El Madrid no precisó de un gran partido para ganar en el campo más inaccesible del mundo. Necesitó competir, esperar su momento e ignorar todas las dificultades exógenas y endógenas que el partido le deparaba. El Madrid siempre ha sido eso. El camino de la Undécima sigue en Alemania, pero quizá haya tenido en Barcelona un paso decisivo.
Y que lastima que el partido no durase media hora más, que si es así les metemos cinco. Bueno, o un par mas, tampoco vamos a ir de sobraos. La verdad es que era necesario bajarlos de la nube blaugrana de excelencia en la que se encontraba esta gente. Aunque por mi, que se lo sigan creyendo contra el Atleti y se caigan de la champions si es posible. No estaría mal. Pero mejor todavía sería tener el placer de rematarlos nosotros mismos en "nuestra competición".
Pase lo que pase, Hala Madrid y nada más
Completamente de acuerdo, estimado Ramón. La mejor noticia del partido de ayer es que el Madrid, en la media hora final, se reencontró consigo mismo y con ese espíritu épico que le ha llevado a ser el modelo de los que no se rinden hasta el final. Y que esa sensación es la que debe alimentar la moral del equipo hasta finales de mayo.
El Madrid decidió homenajear a Juanito el día que le tocaba a Cruyff..
Un saludo!
Yo estoy muy contento porque ganamos y por cómo lo hicimos, pero no olvidemos el primer tiempo, fue infame.
Saludos
En la primera parte, hubo tres oportunidades, con dos buenos tiros de Cris y uno de Bale, en jugadas. Hubo otra jugada extraordinaria de Cristiano, por la izquierda, que se fue de todos y dio un pase de la muerte al que no llegó Bale, por poco. Se forzaron varios saques de esquina por ninguno de la farça y, las dos únicas ocasiones de los esquiniteros fueron el tiro de Rakitic (a pase de Pepe) y el de Messi (no hizo nada más en todo el partido) que sacó Keylor.
Sí hubo más posesión absurda y sin peligro de la farça, muchas veces propiciada por los fallos de Ramos y Pepe. Pero, por ocasiones, podríamos habernos ido al descanso con un 0 a 1. Sobre todo si se sanciona el escandaloso penalty de Mascherano sobre Bale. Mucho más claro que aquél que señalaron a Varane contra el Sevilla.
No hablo de la estéril posesión de los culerdos sino de nuestra actitud, a mí me pareció q salieron con miedo o con muchas reservas. No salimos como en la segunda parte y no digo ya después del gol del Sakiro que nos vinimos arriba de verdad y fuimos a por el partido.
Yo creo que se equivoca en su apreciación, y para nada merece el calificativo de infame la primera parte.
Cierto que no fue un festival, pero creo que Zidane hizo una lectura perfecta del partido, e hizo lo que hay que hacer en este tipo de encuentros, sobre todo cuando el rival se supone es superior, y los tuyos pueden venir con la moral un poco endeble: apretar el culo, desgastar, y dar la estocada en la segunda parte.
Lo más importante de ayer es que el equipo demostró que sabe competir y que físicamente están bastante bien. Si no vuelven las lesiones otra vez veo la Undécima muy factible.
Quizá no debí decir infame sino infumable
El Madrid es exactamente eso.Creer que somos los mejores.Porque lo somos.
Me ha encantado su crónica, Ramón, enardece y eso mola. Y me ha hecho gracia algo que comentaba con mi padre y lo veo reflejado aquí: "la expulsión de Ramos (sólo había dudas de en qué minuto se produciría) fue interpretada por el Madrid como un refuerzo, el equipo ya no se tendría que preocupar por ninguna imprudencia más de su capitán." Y tanto, jajaja. 😉
Eso es el Madrid ir por el Partido y nunca rendirse así nos anulen un gol legal y nos expulsen un jugador
Muchas gracias a todos.
Un abrazo.