Dice Jovanotti que el vértigo no es el miedo a caer, son las ganas de volar. Así me siento, italiano y musical, en esta víspera del partido de vuelta de las semifinales de la Champions con el Bayern. La canción del romano se titula “Mi fido di te”, confío en ti, y hoy toda su letra me parece escrita en clave para el madridismo. Les traduzco el estribillo:
Quizás hace daño, pero me apetece / estar conectado / vivir en un suspiro / tumbarme en el borde del barranco / y mirar abajo.
Y entonces, lo del vértigo. A mí me parece una descripción muy precisa de lo que estamos viviendo esta temporada. Al Madrid no le va el senderismo, ni las carreras de fondo; al Madrid le va asomarse al precipicio y tirarse como esos chalados del salto base. Hacer fácil lo difícil, e inalcanzable lo accesible. Ya, ya sé, hace daño. Pero nos gusta, no nos engañemos. Así, así, así gana el Madrid.
Mañana más que nunca toca confiar. Yo confío en Zidane, sobre todas las cosas. Y confío en todos y cada uno de los jugadores de la plantilla. Bueno, en Cristiano creo, porque no corresponde confiar en lo infalible. Confío en que al final siempre ganan los buenos, en que el amor triunfa y en que los planes salen bien, ya sea con el Equipo A o con la segunda unidad. Confío, ahora y siempre, en Karim Benzema. Confío en la suerte, o sea, en Ramos subiendo a rematar un córner en el tiempo de descuento. Confío en Lucas haciendo girar el balón en un dedo, en las plegarias de Keylor, en la diadema de Modric. Confío en el moño de Bale, en la locura de Marcelo, en la guillotina exquisita de Varane. Confío en los muros que levanta Casemiro, en los que derriba Kroos, en los túneles que horada Asensio. Confío en mi tocayo y sus recortes tan precisos como los de su barba. No sólo confío en ellos, claro. Confío en la afición que acudirá al Bernabéu, especialmente en esos madridistas ejemplares e incansables de la grada de animación, en sus cantos y sus tifos. Confío en las diosas de La Galerna, en Hechi y Lu, y en el resto de galernautas que estarán en el campo. Confío en el presidente y en la directiva, en los recogepelotas, en los fisioterapeutas y en los que cuidan el césped. Confío en el miedo escénico, en Juanito y sus noventa minuti, en el abrigo del míster, en mis calcetines rojos, en la muda del monstruo y en los muñequitos y las pantuflas de Andy. Confío en que sabremos sufrir. Y confío en que no nos confiaremos.
Apuesten todo al tres. Es mi ordinal en esta fraternidad madridista. Tres veces repetimos que “así” gana el Madrid. Tres veces encadena Jova el título de su canción: Confío en ti / confío en ti / confío en ti / ¿Qué estás dispuesto a perder? Tres veces negaba Pedro a Jesús para convertir en irreversible su traición. Nuestro compromiso con el equipo también ha de ser por triplicado. Hemos de confiar ciegamente, como Trinity (otro tres) confiaba en Neo. Como Neo en sí mismo. Cuando ella le dice que nadie nunca ha hecho lo que ellos van a intentar, él responde: por eso va a funcionar. Está en juego la tercera Copa de Europa consecutiva. Eso es lo que tenemos que estar dispuestos a perder. Porque la gloria sólo se alcanza arriesgándose a perderlo todo, tumbándose en el borde del barranco, mirando abajo y entendiendo que el vértigo no es miedo.
Es ambición.
Número Tres
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No termino de acostumbrarme al equipazo que tenemos. Sigo teniendo ese miedo antes de cada partido importante en champions a caer, a que nos eliminen, a que salga todo torcido...pero la verdad es que el equipo lleva años mostrando que su grandeza en Europa es tal que gana hasta cuando juegan mal.
El año pasado estuve en el campo el día del Bayern (precisamente) y estuve angustiado mucho tiempo pensando que estábamos más que eliminados, se me secaba la boca. Era tal el estado de nervios, que cuando Cristiano empató a 2 y me levanté a gritar, noté que me mareaba, producto de la tensión y levantarse tan rápido a gritar a más no poder. Es la forma que tiene uno de liberar tensión. No grité por gritar gol, grité porque tenía que liberar una tensión de más de hora y media. Porque, a pesar de lo que dicen los listos que ven tanto robo, y que dicen que Kassai benefició al Madrid, lo cierto es que desde donde estaba en el campo el fuera de juego del 1-2 en propia meta lo vi claro, así como las veces que perdonó la expulsión a Vidal.
Y es inevitable sufrir y sentir esa sensación de miedo, de incertidumbre, de no saber si estaremos en Kiev o no. Este año me ha pasado contra el PSG aquí, y antes de jugar allí, me pasó antes del partido de Turín, y en la vuelta tenía alguna duda pero confiaba, y con el 0-3 sentía que arrancaban el cuerpo y lo transportaban a otro sitio. Y vuelven entonces a hablar del árbitro y el penalty, cuando si hubiera dado el gol de Isco y expulsado algún juventino antes del minuto 60 (hubo motivos) no hubiéramos sufrido nada.
Y pienso que mañana el Madrid va a dar un puñetazo en la mesa, para demostrar que el Bernabeu es nuestro fortín, y que ya está bien de hacer malos partidos en él esta temporada...pero tengo miedo igualmente.
Aún así, algo tengo claro: somos tan grandes, que son los rivales los que más miedo tienen. En los 80 íbamos a Munich, Turín, o cualquier campo complicado en Europa, y por bien que jugáramos perdíamos. Hoy vamos a cualquier campo del mundo, y aunque jugemos mal ganamos. Las tornas han cambiado, tenemos aura de campeón,y estoy confiante (usemos la forma de hablar de Cristiano) en que mañana los jugadores no cometerán los errores de otras veces.
Tenemos que ir a Kiev, y una vez allí hacer lo que hacemos normalmente con las finales (sobretodo las de Europa): ganarlas.
Así será Yebrita.
Mañana tendré la suerte de estar en el Bernabéu! , mañana no va uno al campo como otras veces , mañana vamos a ser el número 12 ! Hoy mañana y siempre :
HALA MADRID
Nacho,te falto una palabra:
ESTAMOS CONFIANTES.
Saludos y HALA MADRID.-
Al Madrid le no le va el senderismo, claro que no....
Estamos confiantes que diría nuestra estrella como bien recuerda Alfred.
¡Hala Madrid!
Nacho, que subidón leerte en esta previa con sello Faerna. ¡Y qué sello! Muchas gracias por la mención, todo un honor para mí.
Mira, sigamos con el número 3: mañana voy a otra semifinal del Real Madrid en Champions por tercer año consecutivo; iré de la mano de un patrocinador de la competición, también por tercer año consecutivo; e iré acompañada de 3 amigos, uno de ellos portanalista de esta santa casa, y será la tercera vez que vaya al Bernabéu con él y justo a semifinales. Y llevo mi camiseta de Bale, la misma de la final de la Copa del Rey y su gol antológico; la misma de Da Luz y San Siro, la misma de la décimosegunda en Madrid. Y estoy muy confiante en que será protagonista de la décimotercera.
Todo encaja, todo está perfectamente organizado por el universo para que volvamos a gritar y darlo todo para aupar al equipo a una nueva final, la tercera consecutiva. ¡Hala Madrid!
Hechi
El único vértigo que tengo es, si caemos (que no caeremos), tener que soportar durante meses las pegajosas, lacerantes, fétidas e insoportables babas de los Relaños, Castaños, Segurolas, Maldinis y demás señores de sábana y cadenas.
Gracias a todos por los comentarios. Hicimos bien en confiar.