El tiempo es ese dios de las pequeñas cosas que camina con pasos cortos y a veces torpes, pero indefectibles. El mismo que aparece como un área umbría sobre la carrera de Luka Modric. No es una excepción porque esa sombra nos amenaza a todos en cualquier orden, solo que la juventud y su pérdida, que tan bien contó Jaime Gil de Biedma, no parecen una amenaza cuando ese tiempo es mucho y las fuerzas no escasean. Un tiempo en el que la curiosidad reclama respuestas urgentes y todo puede diferirse menos el ahora.
El ocaso de Santillana, que mencionaba de un modo enternecedor Quique González, es un ejemplo; hablaba de cómo presenció a los niños arremolinarse en torno a la nueva sensación, un joven querubín, al que apodaban El Buitre, mientras él abandonaba la Ciudad Deportiva apenas percibido. Ese tiempo también se agotó para Butragueño como para quien le precedió pero, del mismo modo, para quien le sucedió, y así sucesivamente. Y para un Fernando Hierro, del que recuerdo, como aficionado, su particular testarudez ante el relevo inapelable.
a Luka muchos no le permitirán esta transición de jugador mítico a leyenda en soledad y recogimiento, como tampoco le harán saber que un poco de él sigue siendo mucho. Hurgarán hasta construir una realidad de cartón-piedra para enfrentarle a Ancelotti y al club
Todos hemos tenido especial afinidad con los perdedores, club del que me considero miembro, porque todos perdemos alguna vez. Por eso, la música, con sus himnos de vinilo, igual que los bares o el yodo, nacieron para cicatrizar. No me atrevo a pontificar, recomendando desde aquí a Luka una canción para esta etapa, que no es, en su caso, de derrota sino de cambio. Mucho menos un whisky. Tan solo espero que sea plenamente consciente de ella. Entonces, no debería haber lugar para desengaños ni decepciones. Pero habrá, sobre todo sabiendo como sabemos que el tiempo que vive Modric es un tiempo viciado en cierto modo, porque la voracidad por el titular de los medios y de las RRSS, no existían entonces, por fortuna para Don Carlos Alonso y sus coetáneos.
Para su mal, sin embargo, a Luka muchos no le permitirán esta transición de jugador mítico a leyenda en soledad y recogimiento, como tampoco le harán saber que un poco de él sigue siendo mucho. Hurgarán hasta construir una realidad de cartón-piedra para enfrentarle a Ancelotti y al club con el fin de aprovechar los frutos de la ira y la polémica, de las que viven. Los mismos que evangelizaban hace no mucho sobre el relevo generacional, paradójicamente.
Luka debe salir del foco con la dignidad y elegancia con las que juega, menudo y tímido pero agigantado por este nuevo papel de revulsivo, aún dueño del tiempo y escultor de pases imposibles. Ser consciente, en resumen, de que las transiciones hacia el punto de fuga son tan crueles como necesarias, un paso a nivel que ya cruzaron otros pocos tan grandes como él y muchos, muchísimos, con menos jerarquía y talento.
Seguirá siendo ad aeternam un jugador de poste central a toda página, tan relevante como su inolvidable trayectoria en la historia del Real Madrid. Y dejará las emociones que provoca esculpidas en el tiempo. Si tan solo disfruta hasta el final de su salida, sin oír las voces que le invitan interesadamente a dejarse llevar por el agravio, y nos permite seguir apurando esta copa como aún disfrutamos de Llull, Toni o Rudy, llegado el momento, puede que inminente, bows taken, el retrogusto perdurará por siempre.
Quizás Modric tuvo que haberse ido éste verano y más con la renovación de Ceballos más la de Kroos y el fichaje de Bellingham pero decidió seguir y con 38 años debe saber y comprender que no puede ser titular y aprovechar todos los minutos que tenga y hacer que sean de calidad que al final es lo importante, igual en su cabeza pensaba que tenía piernas para seguir siendo titular y eso le lleve a frustrarse y quererse ir en invierno, si es así hay que darle salida y decirle hasta pronto, Luka.
Es y siempre será uno de los nuestros.
Excelente recogida del sentimiento de la parroquia. Han sido muchos, vendrán otros tantos, pero pocos han encarnado el espíritu del Real Madrid como el Sr. Modric
Totalmente de acuerdo, Jose. Y creo que,de un modo u otro,debería quedarse en el Club cuando se retire profesionalmente. Es mucho más que un maravilloso jugador y aportaría valor añadido.