Luka Doncic cumple hoy 21 años. El hombre que siempre estuvo ahí por primera vez, podrá entrar en un bar de Dallas, sentarse en uno de esos taburetes de película frente a la barra y pedirle al camarero un whisky solo y una cerveza. 21 años en los que le ha dado tiempo a ganarlo todo en Europa, convertirse en un mito del madridismo, llegar a la NBA, ser rookie del año, alzarse como superestrella, all-star y candidato al MVP y, lo que es más increíble, que los madridistas le queramos cada día un poco más.
A Luka le queremos de manera natural, inevitable, automática. Le conocimos cuando era un chaval risueño que hacía números increíbles que no le correspondían, ni por edad, ni por los rivales a los que se enfrentaba. Es decir, por ser exactamente igual que es ahora mismo. Ésa es la gran cualidad del esloveno (Eslovenia, capital Madrid): no haber cambiado nada. Y mira que hay muchos que cruzaron el charco y si te he visto, no me acuerdo. Pero no nuestro Lukita.
Ese chavalín fue devorando categorías, ganó una Euroliga junior por el camino y un buen día, con 16 añitos, Pablo Laso le hizo debutar en el palacio de la calle Goya. Como si fuera fruto del guion de una película de esas que-ya-te-sabes, el primer balón que tocó como jugador oficial del primer equipo del Real Madrid fue un triple. ¿Qué hizo él? Sonreír con naturalidad, como si todo estuviera ya escrito y predestinado. Rápidamente le vimos trollear a los veteranos, convertirse en el favorito de la grada, protagonizar momentos mágicos como aquel en el que le flotaban descaradamente en Moscú para que lanzase de tres y, después de fallar unos cuantos, metió tres seguidos porque le dio la real (el concepto no es casual) gana.
Fueron cayendo títulos y MVPs como fruta madura, también lógicos e inevitables. Le vimos cargar con el equipo a las espaldas y nos olvidamos de que apenas era un adolescente. Como un mantra pegajoso, nos acostumbramos a escuchar la palabra “NBA” cada vez que alguien escribía sobre él. En la Tertulia Canadiense, El Mentalista nos informaba puntualmente de los mock drafts que le otorgaban a Doncic una posición altísima en la lotería de la competición estadounidense. Daba vértigo la pérdida del mejor jugador que jugaba en Europa (yo creo que ya nadie duda de que es baloncestista con más talento que jamás ha vestido la camiseta del Real Madrid) pero, sobre todo, sentíamos miedo de que nos fuera a olvidar. ¿Y si ya no nos quiere?
Un pavor a la pérdida, a la distancia, como cuando tienes 20 años y tu pareja se va de Erasmus a Bolonia. Pero no con Lukita, que es diferente y nuestro. Casi cada día nos escribía su cartita de amor: un tuit, un stories de Instagram, un comentario jocoso a un excompañero. Un tipo que se pone el despertador en Dallas para poder ver un partido random del Madrid de liga regular o de Euroliga. Uno de los nuestros. El mejor embajador que tiene el club en el mundo (¡Pónganle una nómina y unas tarjetas de visita, demonios!) Un jugador del Real Madrid al que le dejamos vestir durante un tiempo la camiseta de los Mavs porque nos apetece.
Hoy te quiero más que ayer, pero menos que mañana, Luka. Eso sí, estas ojeras que me han salido por tu culpa no te las perdonaré jamás, hermano.
La Galerna trabaja por la higiene del foro de comentarios, pero no se hace responsable de los mismos
Recuerdo ,perfectamente, el día de su debut, frente a Unicaja, salir desde el banquillo...primer balón que tocó, sin apoyarse en el bote, y cascarse un triplazo esquinero. Esa sonrisa volviendo a defender, quedó grabada en el imaginario colectivo madridista. En aquel momento uno también pensó que lo que estaba por venir era algo extraordinario y único. Lo está siendo.
¡ Feliz aniversario Luka !.
Uno di noi.
Doncic, orgullo del madridismo
Doncic ES el madridismo. Reflejemonos en el. ¡Felicidades Luka!