El Real Madrid de Casemiro -sin Casemiro- echa en falta el empujón que da el centrocampista brasileño desde la medular. Su presencia, a pesar de restar en ciertos matices a la hora de desarrollar el juego, empuja a su Real hacia arriba. Le dice al resto de compañeros que se liberen y busquen la portería rival, que ya está él ahí.
Durante su ausencia, Zidane ha probado tanto a jugar como si no faltase -mismo esquema y misma idea- como mantener la idea pero con un distinto sistema (4-2-3-1), en el que, a través de cortarle las alas, dota a Mateo Kovacic -el centrocampista con más recorrido a lo ancho del campo tras Casemiro- de cierta jerarquía táctica. Y es cierto que se ha encontrado cierto equilibrio en la transición ofensiva, pero el equipo sigue sin tener esa agresividad que sí se le reconoce con Casemiro sobre el campo. En ocasiones, la distancia entre líneas es importante y el ida-vuelta de los jugadores es casi inviable.
Ante este contexto, hemos visto la aparición de los canteranos Álvaro Morata y Lucas Vázquez y el impacto visual que transmiten al espectador. Y sería injusto no reconocer que el impacto no solo es visual, sino también de agresividad, fuerza y agitación al equipo.
Sin Casemiro, como se ha apuntado, el equipo pierde fuerza en el ida-vuelta. Hemos visto un triángulo, formado por Marcelo, Isco y Karim Benzema, marcar diferencias en el sector izquierdo. La forma en la que se juntan generan, por puro talento, un sistema asociativo que, como hemos dicho, marca diferencias. Pero eso no es el Real Madrid de Zidane, sino calidad y clarividencia individual. El Real Madrid de Zidane nunca ha dejado de ser el de Casemiro. Y el Real Madrid de Zidane y Casemiro es potencia, empuje y llegar una y otra vez al área. Juego directo, cargar el área y ser agresivos ahí. Precisamente con estas últimas palabras podemos definir las características de los protagonistas de este artículo.
LUCAS Y MORATA SON EL EMPUJE INDIVIDUAL QUE EL REAL MADRID PIERDE SIN CASEMIRO
El gallego, a pie natural, ataca como un extremo y defiende cual centrocampista en la línea de 4 o 5 cuando el equipo repliega. Incluso se le ha llegado a ver, por puro sacrificio, como interior derecho en un 4-3-3 y lateral. Puro ida y vuelta. Puro Real Madrid de Zidane -Casemiro-. La presencia de Lucas en el campo garantiza la presencia de Gareth Bale en zonas de finalización. Álvaro Morata, por su parte, complementa todo lo descrito. No es ni mucho menos un delantero de área, pues su campo de movilidad es amplio. Pero tampoco es Karim Benzema, no es un delantero que se mueva de un lado a otro buscando el toque ideal que lance al resto de compañeros. Álvaro tiene dos jugadas características: recibir en banda izquierda, encarar y llegar a línea de fondo; y apoyar de espaldas en tres cuartos, descargar a banda e ir a zonas de remate dentro del área. Digamos que es un delantero totalmente hecho a ese despliegue que exige el Real Madrid construido por Zidane.
Ni Morata ni Lucas son superdotados técnicamente. Y seguramente no sean el tipo de jugador que acaban derrumbando la puerta de la titularidad y se asientan como estrellas en el equipo de Chamartín. Pero, aunque no termine de enamorar la idea, el concepto, es innegable que son un recurso competitivo que no es que solo convenzan a Zidane, sino que funcionan. Zizou gana -o no pierde- y eso no es poco.
Muy de acuerdo con lo expuesto en el artículo. Sólo apuntar una cosa más, para mí, Lucas Vázquez podría jugar también de lateral derecho más que bien. Cierto es que Carvajal está haciendo un buen trabajo , pero estoy convencido que Lucas lo haría igual o mejor, en partidos en los que no jugara, por diferentes motivos. Creo que incluso mejoraría a Carvajal en el aspecto ofensivo del puesto.