Me había sorprendido la imagen de Ramos tras la pandemia. La barba, el pelo largo, la coleta. Es como si fuera pariente de McGregor. El pariente futbolista de McGregor. Luego vi fotografías en las que aparecía mostrando musculitos. Y menudos musculitos. Musculitos, exactamente, de finos, de apropiados. No como los del ex del Atleti y del Milan, José Mari. ¿Han visto ustedes últimamente a José Mari? Ya no es ese jovencito de pelo negro y largo, muy sureño, como napolitano. Ahora es culturista, o lo parece. De los que se les notan las venas en las sienes.
A Sergio Ramos también se le notan las venas en las sienes, pero son venitas de superfutbolista. ¿Le vieron ayer arramblar con todos los balones en el área? ¿Le vieron ayer marcando un gol de pronto en la playa después de haber cruzado un bosque? Esto es un poco como cuando al joven Clark Kent no le llevaban con ellos los del equipo de fútbol y las animadoras, y él se ponía a correr a la misma velocidad que el tren para llegar antes que todos.
Ayer Sergio llegó antes que todos a todo, hasta al gol, porque se ha convertido en un Supermán con pinta de McGregor. Si usted a un superdotado físico y futbolístico como Ramos le suma una preparación pandémica como la que debe de haber hecho, lo que le queda es Supermán. O poco menos. Y se agradece. Sergio Ramos no quiere retirarse nunca y está haciendo todo lo posible para que eso suceda dentro de mucho tiempo. Recuerdo cuando yo mismo, puede que haga unos tres o cuatro años ya, abogaba indisimuladamente por su venta (claro, que ahí hubo sus cosillas extradeportivas, renovaciones y otros cuentos fantásticos) con una clarividencia muy pipera que ha sido muy oportunamente respondida con, posiblemente, el mejor Ramos de siempre.
Una superación de Ramos muy Cristiana, aunque no es el único. Toni Kroos parecía ayer el duende de ese mismo bosque que Sergio atravesó para marcar. Uno que aparece de repente por detrás de los árboles y no lo puedes ver. Se oculta tras ellos y mira de reojo y es rápido, saltarín. Sabe todo lo que pasa en el bosque. Es como el duende Puck de las noches de verano. Es el mismo Kroos, pero acelerado. Y no sólo no ha perdido precisión ni serenidad, sino que parece haberlas mejorado. Ayer no parecía haber centro del campo, pero no importó porque Toni acudía al rescate a cada momento de dificultad desde detrás de los árboles. Y luego se volvía a marchar con una rapidez y agilidad inusitadas. Era un Kroos fibroso, que aparecía de puntillas con sus botas y sus manos puntiagudas.
Esta fibrosidad superpoderosa, como el despliegue de Ramos, paliaban el extraño efecto de este fútbol trastocado. Yo voy a estar de acuerdo con Gaspart en que esto no es la Liga. Esto es sólo una forma de acabarla, y algunos parecen haberse dado cuenta de que la forma física podía marcar la diferencia. Ayer, desde luego, la marcó en un partido irregular, raro, nuevo. Yo vi a Rodrygo en dos lances que hace dos meses hubieran acabado con él por los aires, casi ni levantársele los dos pies del suelo. Tuve que fijarme bien para descubrir que ese fortachón pesado que avanzaba por la banda era el ligero Rodrygo de la prepandemia.
Rodrygo se ha hecho mayor, ha dado el estirón a lo ancho, el expandión, del mismo modo que Benzema se ha equilibrado casi hasta el delirio. Benzema tiene el físico que le permite seguir escondiendo y aguantando el balón, al mismo tiempo que le permite elevarse como las hadas, moviendo a una velocidad mareante unas alas invisibles que le sostienen, casi ingrávido, el tiempo suficiente para esperar siempre a Hazard, otro que ha vuelto entrenado, afilado (como si llevaran todos puesto el traje de superhéroe, el de Los Increíbles), igual que si fuera el hermano mayor que espera siempre al pequeño para ir y volver juntos del colegio.
Fotografías Getty Images.
Hazard no está cumpliendo con las expectativas. No hagamos como los culés.
... y en la segunda parte nos dimos cuenta de que los superhéroes son personajes de cómic.
Pero que nos quiten lo "bailao" en la primera.
Me admira esa capacidad que tiene don Mario para encontrar belleza, aunque sea en un partido como el de ayer, que sólo la tuvo en destellos de la primera parte. La segunda fue para echarse a dormir.
Es cierto que a Ramos le queda mejor este look fortachón de ahora, que los variopintos adornos capilares de hace un tiempo.
Saludos.
Y Bale si le pones Bigote Superlopez o Superjeta ponía mala cara hasta en la foto donde el Presidente le da la camiseta de 250 partidos con el Madrid .Desidia,Apatía, una falta de compromiso alarmante y hoy lesionado De Vergüenza