Sucedió hace tres años durante una tarde anodina de una de esas jornadas idénticas a otra cualquiera, cuando uno ya comienza a preguntarse de qué diablos había servido aquel día. El resto del guion era igualmente previsible: cenar, navegar un poco por Internet, a dormir y vuelta a empezar al día siguiente. Y entonces sucedió: una sonrisa imprevista encendió mi ánimo al recordar que aquella noche había partido de los de Laso.
Todo aficionado apasionado a unos colores tiene un equipo que le ha marcado especialmente en su vida, un colectivo asociado a un jugador, a una generación o a un entrenador, que en el caso de un madridista bien podría ser el Madrid de Di Stéfano, el de la Quinta o el de Mourinho… sin embargo “los de Laso” tenía una particularidad que lo hacía diferente a todos los demás: su plural.
Si, aquella tarde, el recuerdo de un partido de Euroliga había conseguido rescatar mi ánimo no había sido por el rastro emocional de un momento glorioso: una heroica copa de Europa, una liga conquistada a golpe de remontada, una jugada inolvidable en una final de copa; por uno de esos momentos de éxtasis, de unas horas - a lo sumo unos días - que habían forjado un apego por sus protagonistas, no. La sonrisa que se dibujaba en mi cara solo respondía a la ilusión de lo que estaba por venir, a la certeza de que esa noche iba a poder vivir, por fin, intensamente un episodio de ese día, un partido que paradójicamente carecía de relevancia competitiva. Y si eso era así era porque “los de Laso”, a diferencia del resto de equipos madridistas a los que había acompañado a lo largo de mi vida, me incluían a mí y a cualquier otro madridista, como uno más de ellos, como parte de ese “los”.
Los de Laso son un continuum que comenzó con aquella base que, hace ocho años, conformaron los Rudy Fernández, Felipe Reyes, Sergio Llull, Jaycee Carroll y Sergio Rodríguez. Muchos se preguntan cómo, aún hoy, los cuatro primeros continúan siendo competitivos a sus 34, 39, 31 y 36 años. Cómo es posible que resistieran la pérdida de estrellas de primer nivel como el Chacho, Nikola Mirotic o Luka Doncic. Cómo han logrado sostener la tensión para llevar ocho temporadas ganando, al menos, alguno de los tres grandes títulos y luchando por todos y cada uno de ellos hasta el final, incluidos los que se perdieron. Y la respuesta está en su plural.
La mayor prueba del compromiso de este equipo ha sido la renuncia de un grupo de jugadores que en su gran mayoría habrían sido estrellas de grandes equipos, en beneficio del colectivo. Cada uno de ellos aceptaron asumir un rol menor individualmente pero mucho mayor en su suma colectiva. “Aquí mueren los egos” dijo ayer Campazzo en su rueda de prensa final para querer significar que aquí perduraba una familia que había nacido en 2011 y de la que formaban parte todos, incluidos aquellos que seguían lejos, pero que, por la fuerza de ese plural, “los de Laso”, seguían conectados. Como Luka Doncic con su portátil a cuestas, donde quiera que esté en Estados Unidos, para no perderse el partido de “su gente”. Como reverendo Darden o Martynas Pocius, siempre atentos, en las redes, para felicitar por las nuevas alegrías. Como Marcus Slaugther o Dontaye Draper acudiendo a ver a sus amigos cada poco tiempo. Como Willy Hernángomez o Salah Mejri, animando al equipo desde la grada, ya como profesionales de la NBA. Como el Chapu Nocioni, bromeando con el resto en alguna visita, como si se fuera a vestir para volver a rugir sobre la pista.
Una familia que convive como tal fuera de las canchas y que lucha como una familia dentro de ellas, entregando su vida en cada lance, en cada partido, en cada campeonato, sin importar el rival, sin mirar al marcador. Una entrega que devolvió la fe al aficionado en esos viejos valores, que ya parecían desdibujarse como parte de una leyenda, y que dictan que esta camiseta es darlo todo hasta el último segundo y la última gota de sudor… SIEMPRE. Unos tipos que parecen empeñados en ser merecedores de los colores que visten, cuando en realidad lo que han hecho es darle vida al Real Madrid, encarnar su intensidad, hasta el punto de que ellos somos nosotros y nosotros somos ellos, los de Laso, el equipo de nuestras vidas.
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Los de Laso SON el Real Madrid, con todas las letras. El ejemplo a seguir por el fútbol. Una maravilla de equipo, no una mera agregaciòn de individualidades. Hoy es Facu, mañana Carroll o ayer Llull, Rudy o Thompkins, pero siempre están ahí, juegue quien juegue. Qué alegría la victoria de ayer, en el Palau y frente a los repartidores culés con la permisividad durante toda la serie de los naranjas. Otro tema a analizar para el futuro, pero hasta con eso pueden "los de Laso", un ejemplo.
Gran artículo para un gran equipo
Hay una jugada que define la tendencia arbitral en toda la final. En uno de los magos de escapada, hostias al Facu hasta que pierde el balón, con los árbitros de espectadores, contraataque del Barcelona que acaba con tapón limpísimo de Tavares, personal y dos tiros. Una más a la serie de jugadas para el recuerdo, como los tres tiros a Heurtel por el golpe que se lleva en el codo de los morros de Campazzo, o la falta en ataque de Singleton en el tercer partido, y el "defensón" a Llull en la jugada posterior.
Ganar esto es una alegría enorme. Legendario el equipo de Laso, capaz de ganar la final al Barcelona de Heurtel, Pangos, Kuric, Peruga y Hierrezuelo.
Magnífico artículo, para un equipo de leyenda.
Enhorabuena para Laso, su equipo técnico y los jugadores.
Hay que reforzar el puesto de base.
Campazzo no podrá él solo otra vez la temporada próxima.
Hay que convencer a Heurtel de que se venga a Madrid, porque aquí no va a sufrir acoso laboral por parte de su jefe.
Saludos.
lo mejor del partido de ayer ees .el EKIPO,,,,,,,,,,,,,,y se demostro en un tiempo muerto a falta de poco para acaabar..... los TEORICOS SUPLENTES ,,,,,,,,,masajeando dando aire con sus toallas a los TEORICOS titulares, poniendo hielo , dando aire........... plantillon¡¡¡¡¡¡ ekipazo¡¡¡¡¡¡
hombro con hombro¡¡¡¡¡¡¡ familia¡¡¡¡¡¡
y como lo celebraron todos ..........hasta los que no tuvieron cancha en toda la serie¡¡¡¡¡¡¡¡
este es mi MADRID ,,,ASI LES QUERREMOS SIEMPRE¡¡¡¡¡¡HALAA MADRID¡¡¡¡¡¡¡¡¡
Un análisis muy acertado de lo que es este Madrid de basquet.
Cuando Zidane tenga ya su plantilla definida, les obligaría a leer el artículo, les metería en el vestuario de la plantilla de baloncesto y les diría: "Esto es lo que quiero que hagáis".
Y a ganar.
Definitivamente me ha enganchado el baloncesto, un deporte que hasta hace muy poco consideraba un tonto intercambio de canastas para jugar los tres últimos minutos y ganar o perder según el humor de los arbitros.
Pero en esas llegó LASO con su pasión arrolladora, con su maravillosa concepción de este deporte como un juego para disfrutar, para divertirse buscando la velocidad y el espectáculo. "Vamos a ganar porque somos más rápidos y más listos, porque buscamos la jugada y la canasta por encima del jugador y sobre todo porque nos gusta jugar y disfrutamos juntos, como equipo."
Y claro, nosotros disfrutamos con ellos. Todo el mundo disfruta con ellos. Hasta los aficionados de otros equipos que lo reconocen (he visto en muchas ocasiones una cerrada ovación al final de los partidos fuera de casa como reconocimiento al equipo local por una lucha "imposible") o se van a casa en respetuoso silencio como los aficionados del barça ayer el el Palau.
Hace varios años que los martes y/o jueves, viernes, sabado, domingo, tienen una fiesta inesperada, una ilusión añadida porque juegan los nuestros, esa maravillosa familia que se entrega con el alma persiguiendo un hermoso sueño.
Como podéis imaginar mi agradecimiento es infinito.
Uno de los mejores artículos que he leído, si no el mejor, de lo que es el Real Madrid de baloncesto actual. Sin palabras.
Gracias
Bien visto, Pepe, bien visto... y bien expresado.
Gracias por el artículo, menudo partidazo espectacular, igual que su entrenador LASO un grande
Gracias CAMPEONES
Un Madrid espectacular.
Yo antes disfrutaba viendo el fútbol pero ahora estoy enganchado al basket si que soy madridista y no muy alto pero hago la comparativa en futbol un equipo que pierde de tres se acabó el equipo y el partido
Pero en basket un equipo que pierda de veinte puntos es capaz de superar el marcador porque se juegan todos los minutos y si hay roces golpes y algunos malos comportamientos pero en términos generales la caballerosidad que existe en basket no se ve en otros deportes si acaso en rugby
Por eso que haya un equipo que no sea el de Messi o el de Cristiano o Neymar sino que es el equipo de Pessi de Laso para mí es otra cosa es un equipo y en otros deportes parece una banda
Los Brasileños o los franceses o los Argentinos parecen clanes de la mafia sin una cabeza visible y no saben lo que es un equipo ni siquiera lo que es un compañero y pues son más el el fracaso del prójimo que les parece su triunfo y si no hay compañerismo no hay equipo
Gran artículo Pepe.
Para mi, el dato que define este equipo es que de los 16 integrantes del equipo, al menos 14, han sido máximos anotadores en al menos un partido esta temporada. Brutal. Y a pesar de todas esas figuras, todos se difuminan por un objetivo mayor, el equipo.