“¡Cuando Zidane habla, los demás le escuchan!” (Karim Benzema)
Ha querido el azar que este artículo se publique el mismo día en que nuestro equipo del alma se juega su temporada europea frente al Manchester City de Guardiola. Sabemos que el resultado de la ida (1-2) no es bueno, pero nadie descarta lo que reconoce el propio Pep: si hay un equipo capaz de remontarlo, ese es el Real Madrid. Y es lo que los madridistas deseamos.
Casi toda la responsabilidad de ese encuentro recae en nuestro entrenador, Zinedine Zidane, que hace unas semanas ha visto publicada en España su biografía Zidane, escrita por el periodista francés Frederick Hermel. Hermel lleva décadas como corresponsal de medios franceses en España y ha seguido de cerca a Zizou desde que llegó en 2001 como estrella rutilante de nuestro primer equipo. Creo que, por tanto, es el mejor autor para esta obra.
Con Hermel, precisamente, acaba de publicar una magnífica entrevista nuestro director, Jesús Bengoechea, que aconsejo leer con detenimiento por las numerosas claves que nos aporta; en ella se desgranan muchos detalles de la persona/personaje que nos ocupa y que hoy está en capilla, como los toreros poco antes del paseíllo en la plaza. Por eso me animo a poner el foco en los aspectos psicológicos, de personalidad y de carácter de ZZ que, seguramente, van a influir mucho en este choque tan trascendental.
En primer lugar, la soledad. Porque dice Zidane en el libro que “Ser entrenador es estar solo (…) Cuando eres el entrenador principal todo pasa por ti, tomas todas las decisiones. Claro que tienes a tu equipo al lado para ayudarte, pero al final tú eres el único que decide (…) al final de la cadena estás solo contigo mismo”. No me gustaría estar hoy en su pellejo, aunque a él, según parece, los grandes desafíos son los que más le motivan, los que en verdad le ponen…
Para ello, con toda seguridad, Zidane habrá preparado el choque de Manchester con obsesiva minuciosidad. Así lo explica Hermel: “Es un tío muy metódico, muy de planificarlo todo, muy de trabajar. Y así es como preparara los partidos (…) Ya me dirás. Después de parar tres meses, ves un equipo que no tiene lesionados y que gana diez partidos porque si hubiera hecho falta ganar once también los hubieran ganado… En la entrevista que le hice a Bettoni, para L´Equipe, al día siguiente de ganar la Liga, él dice que había sido un trabajo sobre todo mental, y que después ya vino lo físico. El problema que tiene Zidane es que no se sabe vender. (…) Zidane no lo hace porque no es su carácter; porque sabe que el futbolista es más importante que el entrenador y porque no quiere darle armas al rival. No quiere explicar cómo trabaja. Por eso, prefiere que sus métodos estén en secreto. Y que nadie olvide que se sacó el título de entrenador por la vía larga. Tardó tres años en Francia cuando podía haber hecho el curso de un año en España. Lo hizo así porque quería aprender. La gente no lo ve, pero Zizou es un tío muy estudioso, lo planifica todo muchísimo. Y ama a sus jugadores. Lo que más le ha gustado en la vuelta al fútbol no es tener cinco cambios, es poder tener a todos en el banquillo”.
Según Bettoni, su segundo entrenador y quizá su mejor amigo (se conocen desde que tenían 15 años y estaban en el colegio), Zizou “es un trabajador nato. Trabaja como el que más. No deja nada a la improvisación, lo tiene todo planificado y cada entrenamiento está preparado con mucha antelación. Nadie había ganado dos Champions consecutivas y él ha conseguido no dos, sino tres. En cada sesión diaria interviene con sus futbolistas en el campo, en los pases, en los remates, en todas las jugadas. Está metido en cada entrenamiento”.
Zidane tiene perfectamente asumido que el objetivo prioritario es ganar, pero partiendo de que el fútbol es un todo. Explica Hermel que “Zidane asume grandes riesgos con tal de llegar hasta el final de su idea. Si tiene que fracasar y perder, será con su propia concepción, no transigiendo con la visión de los demás, de los consejeros gratuitos que pululan entre dirigentes, aficionados, periodistas y otros comentaristas de toda laya”. O sea, que cuando la gente le critica por la alineación de un partido, o no comprende la oportunidad de sus cambios, nadie debe creer que es por falta de ideas o de improvisación… se trata de una apuesta meditada. Y hoy me temo que vamos a sufrir con decisiones a priori discutibles. Pero es lo que hay... así es nuestro entrenador.
Podríamos decir, parafraseando al refrán, que ‘cada partido tiene su afán’ y que los choques de fuste como este vienen siempre preñados de circunstancias que los condicionan mucho. Pero eso no debe preocuparnos, porque nuestro entrenador piensa que “el fútbol consiste en adaptarse a las circunstancias (…) No se queja porque es así. Se centra en encontrar la solución para que eso no le perjudique (…) Zidane usa todo. Estudia todo. Pero eso no lo desvela. No vende su producto. También es porque no quiere dar armas al rival. No regala una sola pista. Es muy, muy, muy estratega y no quiere conceder ni eso al rival. Ni siquiera desvela si Hazard va a ir convocado. Porque para el rival no es lo mismo tener a Hazard en el banquillo o no tenerlo. Él es muy táctico, en el sentido del juego sobre el campo, pero también en la estrategia fuera”.
Después de haber leído el libro, estoy seguro de que lo que más le importa en estos momentos a Zidane es que sus jugadores estén todos muy ‘enchufados’ (como le gusta decir) y entiendan a la perfección su estrategia para el choque de esta noche. Él deberá desplegar su comunicación más nítida y persuasiva, pero sus jugadores deberán estar extremadamente atentos. Desde su juventud -y eso ha marcado su carácter- “El respeto hacia quien posee el saber y que lo va a transmitir está por encima de cualquier otra consideración”. Él es un hombre que prefiere la ‘auctoritas’ en vez de ejercer la autoridad. Benzemá lo explica bien clarito: “¡Cuando Zidane habla, los demás le escuchan!”. Y según Bettoni, Zidane no es de los que practican la ‘represión’ ni la ‘venganza’[en el vestuario], “Pero en un momento dado hace sentir que no está contento. Sobre todo, cuando una falta de disciplina repercute el trabajo colectivo”.
En la comunicación con sus jugadores, Zidane practica siempre un tono directo y conciso, sin florituras, con ideas muy simples, porque cuando era futbolista no soportaba largos discursos de sus entrenadores: “Así que ahora, cuando tengo que hablar con un jugador, limito mis palabras a uno o dos mensajes y acabo siempre con ‘y ahora a disfrutar en el campo”.
"Las Tablas de la Ley Zidane del fútbol"
Es sin duda el momento de que los futbolistas plasmen en el campo tanto ese par de ideas-fuerza que regirán el partido como los principios que sustentan el fútbol preconizado por su entrenador. En las paredes de su despacho en Valdebebas, donde casi nadie entra salvo los miembros del cuerpo técnico y los jugadores, se pueden ver desperdigadas por las paredes hojas de DIN A4 con la definición de los valores, principios y líneas de conducta que definen la concepción del fútbol idealizado por el entrenador.
Diez valores en total, a modo de unas particulares ‘Tablas de la Ley Zidane del fútbol’… En esas hojas, clavadas en horizontal e impresas con gran despliegue tipográfico, destacan las siguientes leyendas, según desvela Hermel: “La primera es ‘ética’. La segunda es ‘trabajo’. La tercera es ‘seriedad’. La cuarta es ‘respeto’. La quinta es ‘placer’. La sexta es ‘calidad’. La séptima es ‘intensidad’. La octava es ‘ambición’. La novena es ‘humildad’. La décima, y único verbo, es ‘escuchar’. Esa es la letanía que inspira a técnicos y jugadores. Porque Zizou cree que “El entrenador, sobre todo entre futbolistas jóvenes, tiene también una función educativa”.
Seguro estoy, bastante, de la sólida confianza que él tendrá depositada en sus pupilos. Aunque entre ellos no estén ni Ramos, ni Hazard, ni… Un día más, Zidane tendrá que tomar las decisiones en soledad y lo que le resultará más difícil -como de costumbre- es asimilar la posibilidad de equivocarse. “Porque lo que Zidane no soporta es la injusticia. E intenta ser justo con sus jugadores. Lo que más le duele a Zinedine es tener que sentar en la grada a futbolistas que merecerían jugar, pero no puede alinear a todos”. Cualquiera de ellos, juegue quien juegue, saldrá a dejarse la piel en el césped y hará todo lo posible para no defraudarle. Porque su ‘comandante’, maestro y amigo “Funciona con la confianza como base (…) Como entrenador, y como persona en general, necesita trabajar bajo esa confianza absoluta. Y lo que no admite es la traición. Si defraudas esa confianza o le traicionas, se acabó”.
“El gusto por el desafío, unido a un excepcional dominio de sí mismo, tranquiliza a sus hombres y conduce a la remontada”, nos recuerda Hermel. Y eso se ha demostrado ya en varias finales. Bien es cierto que lo que nos jugamos hoy no es una final… pero convendremos en que se le parece bastante.
A Zidane con frecuencia se le asocia con la suerte
Zidane es un hombre muy espiritual, como queda señalado a lo largo del libro: "Sé que no soy una persona normal, hay una estrella ahí arriba que me protege", le dijo una vez a su amigo periodista. “Pero ojo, la estrella trabaja mucho para que le proteja esa estrella”, apostilla el autor. Lo cierto es que a Zidane con frecuencia se le asocia con la suerte, incluso directamente con la llamada baraka, o bendición de Dios, como lo denomina el sufismo habitual de la Cabilia, región de la que procede su familia. Y el periodista Iker Jiménez, director del espacio televisivo ‘Cuarto Milenio’, ya abordó la figura de Zidane por una experiencia mística que confesó el propio Zizou en 2005. Nos lo recordaba Iker en otra reciente entrevista para La Galerna, titulada así: “Zidane es un expediente X”.
“Es que la baraka existe”, dice Jiménez. “Precisamente creo que hay personas que creyendo en ella se envuelven en aura de confianza. Pero la gente se queda en el discurso irracional y superfluo de la buena suerte. Lo importante es que alguien lo crea. Porque si alguien lo cree, toma decisiones con una fuerza y una vitalidad que, a lo mejor, otros no toman de la misma forma”.
Hoy Zidane va a necesitar mucho ánimo y energía positiva: la de su baraka (si se trata de ella), la de su familia y amigos, la de toda la afición madridista y, especialmente, la de sus jugadores porque ¡Goles son amores! Ellos le deben una remontada histórica a su entrenador y los aficionados… además, se la merecen para seguir escribiendo la historia.
Y todos, todos, a cantar el nuevo himno: ¡Hala Madrid! (y nada más).
Fotografías Getty Images.
Brillante artículo apoyado en la buena entrevista que hicieron don Jesús y Fred Hermel. Me cuadra con lo que transmite los valores que constituyen las tablas de la ley del fútbol de Zidane. Tengo un concepto positivo de Yazid, como deportista y como persona. No lo idolatro, ni a él, ni a nadie. Lo más cercano que he estado a idolatrar ha sido y es el Real Madrid. El franco-argelino me parece un tipo inteligente y listo. Y aunque no lo conozco , por lo que deduzco y en contraste, sobre todo en comparación a lo que suele ser habitual, creo que es honesto.
Estoy bastante tranquilo en relación al partido. Es una situación complicada. Pero, si alguien es capaz de superar semejante reto, ese es nuestro Madrid. Con que los futbolistas tengan la actitud adecuada y jueguen al nivel que pueden , ya me doy por satisfecho; independientemente del resultado. ¡¡ HALA MADRID Y NADA MAS !!
Esa es la actitud, estimado Floquet. El problema es que los cuchillos ya están prestos para ser usados. Y no solo por los antis...
Me ha gustado mucho el artículo pero permítame una matización ante el título que da pie a su conclusión: "A Zidane con frecuencia se le asocia con la suerte".
¿Por qué se le asocia con la suerte? Porque legión de periodistas deportivos criticando la decisión de Florentino de elegir a Zidane como entrenador del primer equipo, afirmaron con rotundidad que no tenía ni idea como entrenador. Que no sabía. Que era muy limitado tácticamente. Que era un aberración y capricho tan osada decisión.
Luego llega la realidad: ése que no sabe se pone a ganar títulos, sobre todo champions a tutiplén. ¿Cómo es posible que alguien tan mal entrenador como afirman pueda ganar tanto? La respuesta más sencilla y obvia es que no eran ciertas sus afirmaciones. Ah, no, eso no se puede consentir, ellos escriben el relato y la realidad no les puede estropear sus titulares insidiosos así que, ahí tienen el pueril "gana de suerte".
Como son los dueños del altavoz mediático cuyos mensajes además de llegar a la ciudadanía, cala en ella de tanto repetir sus ocurrencias, que no verdades, se crea el caldo de cultivo para que el sesudo y profesional análisis de la prensa deportiva sobre los títulos del Real Madrid, se achaque a la suerte, insultando así la inteligencia media y defecando sobre la buena praxis periodística.
Ese "se le asocia con la suerte" tiene un origen, infecto y esclarecedor a la vez, en la prensa deportiva patria que aprovecha su poder mediático para justificar sus tropelías y perpetuar sus intoxicaciones e inquinas.