“El fútbol es lo más importante de las cosas menos importantes”. La frase, que algunos atribuyen a Arrigo Sacchi y otros a Jorge Valdano y tal vez no sea de ninguno de los dos, aunque carezco de pruebas para afirmar lo contrario, resume a la perfección la situación que vivimos desde hace un par de semanas los futboleros.
Para muchos de nosotros, el fútbol forma parte de nuestro día a día desde que tenemos uso de razón. Algunos incluso hemos jugado al fútbol, hemos sido árbitros, nos hemos sacado carné de entrenador y dirigido equipos de chavales; hemos sido directivos de clubes modestos y por supuesto, como es mi caso, somos socios del Real Madrid y vamos al Bernabéu desde que levantamos un palmo y medio del suelo. Es posible incluso que haya visto todos los partidos de mi club desde hace ¿veinte años?
Con todo esto quiero decir que el fútbol está en nuestro ADN, es mucho más que una simple afición, que un entretenimiento de fin de semana. Hace unos, aprovechando un parón de salud, escribí un libro (Cracks. Top 100 Leyendas del Mundo) en el que hacía una recopilación de los mejores jugadores de la historia de este deporte. Fue un pequeño homenaje a tantos buenos momentos pasados en torno a una televisión, a una radio, a un periódico, a un libro. Momentos vividos en charlas con gente mayor que yo y que por razones de edad han podido ver en directo a muchos de los grandes de siempre. Siempre ha sido un placer una tertulia de fútbol, con anécdotas y poniendo en torno a una cerveza o un café momentos míticos. Algunos de ellos he tenido la fortuna de haberlos escuchado, incluso, de la boca de sus protagonistas.
Hoy todo esto ha pasado a un segundo plano. El fútbol, más que nunca, es la más importante de las cosas menos importantes. Lo urgente, lo básico hoy es la salud, guardar fuerzas, evitar contagiarnos del coronavirus y dar soporte y ánimo a los que están luchando contra la enfermedad.
Yo soy autónomo y tengo una empresa de comunicación y eventos. Mi facturación ha caído casi el 100% pero incluso eso, en este momento, no es importante. Lo será el día después de salir de esta. Hoy no nos queda más remedio que estar en casa, recuperar hábitos perdidos, poner todo de nuestra parte para salir bien de esta crisis, sin precedentes en tiempos de paz, y rendir homenaje y apoyar a la gente que está peleando para que la pandemia pase lo antes posible. Mientras tanto, soñemos con remontadas legendarias, taconazos imposibles, partidos memorables, frases de leyenda o historias casi sobrenaturales. Es casi una vuelta al pasado, a las historias contadas al amor de una lumbre en los pueblos, como antaño, pero es lo que tenemos que hacer ahora. Aguantar, resistir y prepararnos para el regreso, que eso sí que va a ser antológico.
Ánimo, Israel. Y también a todos los autónomos y empresarios que van a recibir el primer embate del tsunami. Espero que pronto os podáis recuperar, y con vosotros todo el mundo, incluso los que no son madridistas (ironía y broma, no mal interpretar).
Pues si, muchos ánimos a todos, sobre todo salud y que lo económico se vaya solucionando.