¿Lewandowski?

Al caer la tarde, mientras observaba a los surfistas desde la playa, los veía salir y desaparecer entre la espuma como posibles fichajes. El Madrid es esa gran ola que todos quieren navegar. Allí estaban todos. Me pareció verlos a todos, pero sobre todo hoy me fijé en Lewandowski, que aguantaba en pie hasta que la ola se moría casi en la orilla dando empujones a su tabla con el pie trasero, como apurando el combustible de un motor antes de regresar a los rompientes.

Yo lo miraba y pensaba que sus mejores días habían pasado. Era, quizá, lo más fácil. Yo pensaba en Kroos y en cómo por veinticinco millones y veinticinco años vino a jugar a Chamartín desde Múnich para hacerse un fijo silencioso. Un centrocampista silencioso y fundamental. A lo mejor Robert podría ser un delantero silencioso y fundamental.

Lewandowski tiene tantos años como goles ha marcado en su última temporada en el Bayern, veintinueve, uno menos que en cada una de las anteriores con el equipo alemán. Treinta goles anuales es una buena renta, una buena dote regularísima que traería al Madrid un tipo rocoso y experimentado al que puede que le resten dos o tres buenos años que, ¿por qué no?, podrían ser los mejores de su carrera.

Nadie es verdaderamente conocido hasta que se pone la camiseta blanca. Yo lo que veo en Lewandowski, sobre todo, es peso. Lewandowski es un tipo pesado que llenaría parte del volumen perdido por la marcha del Rey Sol. Uno de esos delanteros con abolengo que valdrían la pena. Lewandowski podría ser un nuevo Van Nistelrooy. Unos pocos años de goles y de madurez ahí donde el Madrid está siendo pionero en juventud.

He de reconocer que estoy fascinado con la política madridista de fichajes. Me parece estar asistiendo a un nuevo concepto, a un nuevo modernismo como si realmente estuviera contemplando el nacimiento de una nueva corriente cultural, de la cual aún están por verse sus efectos. ¿Qué es, si no, ese beneficio en las cuentas en comparación a las deudas desorbitantes de todos los clubes punteros de Europa? ¿Qué son Odriozola, Vinicius (a pesar de sus cuarenta del ala), o Lunin?

¿Qué fueron, si no, Modric, Kroos, Casemiro, Asensio, Lucas...? ¿Qué fue Cristiano si no modernismo radiante? Yo no veo que esta época gloriosa de construcción semicanterana se acabe aquí. Esta historia sigue y mi impresión es que se avecinan grandes capítulos. Además, todos los futbolistas del mundo quieren jugar en el Madrid. No quieren jugar en ningún otro equipo antes que en el Madrid. Aún quedan muchos Basquiats. Hay muchos chicos radiantes por las calles.

todos los futbolistas del mundo quieren jugar en el real madrid

El Madrid es la meta. El Madrid es el sueño. Y este es el mayor capital, mucho más valioso que los miles de millones. Yo estaba contemplando a los surfistas al atardecer y me fijé en Lewandowski y le vi bueno y valioso, no para suplir a nadie sino para hacer. Para construir. Para generar. Y para marcar muchos goles. De Robert podrían aprender bien todos esos jóvenes que están creciendo. Un ídolo discreto y prestigioso y certificado.

Robert Lewandowski es un buen ejemplo para ellos y para todos en esta etapa de transición post Cristiano. Uno de esos grandes delanteros de los últimos tiempos con el que nadie se puede equivocar, a no ser que hubiese que pagar los dinerales que suenan siempre desde que los jeques y sus poderes se metieron en estos asuntos para, ciertamente, ensuciarlo todo. Yo creo que el Madrid no se va a equivocar, lo cual, en el actual estado de las cosas, tiene su punto bueno y su punto malo. Ojalá todo fuera tan sencillo como mirar a los surfistas al atardecer.