La del miércoles en el Etihad constituyó una de las exhibiciones tácticas defensivas más impresionantes que he visto jamás, y quien la impartió fue Carlo Ancelotti.
Curiosamente, se está vendiendo que lo que se dio fue un paseo de Guardiola sobre Carlo que no fructificó en el pase a la siguiente ronda por mala suerte, cuando lo que hay (como confiesa el propio Guardiola) es una absoluta impotencia del City para ganar ventajas sobre el Madrid. A pesar de su asfixiante dominio, el City tuvo tres ocasiones claras, sólo tres, en 120 minutos: el gol, un remate de Haaland al palo y el ensayo de De Bruyne. Dispararon mucho, porque son buenísimos, pero en su mayoría lo que vimos fueron ataques estériles que no provocaron ni una sola parada de valor gol de Lunin. Ataques que morían en nuestra defensa, la cual tuvo una respuesta magnífica para cada momento, preparada (entrenada) para cada variante que planteó Pep.
El Madrid empezó en bloque medio, alejado de su área y sacando en largo para evitar unos primeros minutos de asedio bajo presión, como sucedió la temporada pasada. Precisamente porque comenzó alejado del área, las mejores aproximaciones del City en la primera mitad fueron atacando ese espacio, primero con una carrera de Grealish a la espalda de Carvajal, luego con otra de De Bruyne a la de Kroos.
Serían las únicas veces en todo el partido en que ganaron la espalda de nuestros centrocampistas, que es la estrategia principal de Guardiola cada vez que se ha enfrentado a nosotros. Fue admirable lo que hicieron Camavinga y Kroos, no concedieron ni un metro, parecían casi pegados a la defensa, al punto que, en un intento infructuoso de ganarle la espalda, De Bruyne acabó empujando al alemán de pura impotencia.
Si los medios del Barcelona hubieran hecho lo que hicieron los nuestros, no habrían encajado el gol de Vitinha, porque, al estrechar tanto el espacio entre defensa y medio campo, el City no logró disparar desde la frontal, que es otro de sus principales recursos y la manera con la que nos han metido más goles estos últimos años.
Anuladas las opciones por detrás de nuestros centrocampistas, intentaron generar ventajas por banda. Tampoco pudieron. Primero porque nuestros laterales estuvieron espectaculares cuando el City consiguió generar 1x1 de Grealish y Foden contra Carvajal y Mendy. Pero luego con la defensa de cinco que también tenían preparada los de Ancelotti. En el momento en que Carvajal recibe la amarilla, tras sacar la falta el City, a los cinco segundos, Valverde ya era el lateral derecho. Fascinó ver cómo tenían organizado hasta el último detalle.
En esa fase del partido, el City, por pura desesperación, comenzó a jugar directo a Haaland, que consiguió rematar una vez e intentar descargar al otro palo en otra, pero de manera poco eficaz porque Nacho le incomodó.
En esa primera parte, el City y el Madrid dispararon las mismas veces a puerta. El City no pudo volcarse tanto sobre nuestra portería porque en toda la primera parte tuvo la amenaza de nuestro atacantes, que consiguieron desplegar el contraataque, con un Vinícius maravilloso benzemeando y un gran Bellingham jugando de espaldas, descargando a banda (como en el gol, tras atraer a Días, gracias a lo cual consigue la ventaja Vinícius), o girándose.
Disparos a puerta al descanso:
Y así llegamos a la segunda parte, que comienza como la primera, con esa amenaza de contraataque latente que impedía al City echarse sobre nuestra área hasta que nuestros atacantes se hundieron físicamente.
Hay dos inicios de contraataques que abortamos porque nuestros puntas no tuvieron fuelle para consumar la carrera. Anulada esa amenaza, es ahí cuando el City sube su defensa de forma exagerada y nos encima. Pero seguimos resistiendo. Y Guardiola termina con el último cartucho que le quedaba: intentar el desborde 1x1 por banda izquierda con Doku, recurrir a la individualidad de un extremo fresco y con desborde frente a un lateral de 32 años con 100 minutos a sus espaldas. Un responso por lo coral.
Y es cierto que Doku consigue superar a Carvajal dos o tres veces, pero siempre se encontró con Valverde cerrándole el paso. Un Fede que terminó jugando lesionado. Y durante diez minutos lo pasamos mal, con esas ocasiones de Haaland, al palo, y de De Bruyne. Tras esta última el City se terminó. Ya no volvieron a inquietar.
Se les anuló por banda, individualmente y con un defensa de refuerzo en nuestra derecha, se anuló el espacio a la espalda de los mediocentros y los disparos en la frontal, cada vez que remataron por alto lo hicieron incomodados por nuestros centrales, y terminaron jugándosela a lo individual. Es legítimo decir que Ancelotti anuló a Guardiola tácticamente. Y nos están vendiendo algo que no sucedió, como si Lunin hubiera sido acribillado o hubiera realizado cuatro o cinco paradas milagrosas a lo Courtois en Kiev.
Insisto: el City sólo tuvo tres ocasiones (incluido el gol) en 120 minutos.
Hasta en el xG (estadística de goles esperados) sólo nos superan por un gol. Hubo un lección táctica magistral, y su autor fue un italiano.
Defensivamente, por parte del Madrid, el partido está a la altura de la final de Copa del 2011, que para algunos es el mejor partido de la historia del fútbol español (Pep vs Mou), o del mitiquísimo Barça vs Inter, la noche de los aspersores, en la que también los de Mou hicieron un partido defensivo memorable. El del miércoles es un partido para enseñar en las academias de entrenadores.
No quiero concluir sin destacar la caballerosidad de Guardiola, alguien a quien ya terminamos por no creer, pero lo que dice Pep es esto: "Si creéis que ha sido suerte, estáis muy equivocados. Lo hemos intentado de todas las formas posibles, pero no hemos podido". Xavi no le llega ni a la suela de los zapatos a Pep, que es, sin lugar a dudas, un villano a la altura del Real Madrid.
Getty Images
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