Superado el ‘Clásico moderno’ europeo tras un nuevo ejercicio de silbar bajo las bombas, llega el Bayern, coprotagonista indiscutible de un enfrentamiento que acumula casi más historia que los Balcanes.
Hasta la fecha, madridistas y muniqueses se han visto en nada menos que 26 ocasiones, con un equilibrio casi planificado: 12 victorias blancas, 11 bávaras y tres empates. 41 goles a favor del Madrid, 39 alemanes. Las semifinales han sido testigo de siete choques: cuatro se decantaron para el Bayern, tres para el Madrid.
Hubo un tiempo en que visitar Alemania era poco menos que una sacudida a manos de tipos que incluso hacían dudar al diablo. Fuertes, rudos, con un espíritu competitivo de hormigón, lo habitual en tierras germanas era acabar goleado sin más posibilidad de indulto que una gesta heroica en casa, algo que muy poquitos pueden contar…
Hasta la fecha, madridistas y muniqueses se han visto en nada menos que 26 ocasiones, con un equilibrio casi planificado: 12 victorias blancas, 11 bávaras y tres empates. 41 goles a favor del Madrid, 39 alemanes
En la lista de equipos víctimas del ADN blanco, que incluyen una remontada europea como cénit y símbolo de su filosofía de luchar hasta el final, el Bayern aparece en dos ocasiones. Dos momentos clave, lejanos entre sí, pero de una intensidad que, a buen seguro, veremos en la eliminatoria de la presente Champions.
Para encontrar la primera tenemos que viajar a 1988, justo un año después de que Juanito abandonara el club después del incidente con Matthäus. La venganza había llegado en la primera esquina.
Hablamos de la segunda temporada de Leo Beenhakker en el banquillo, que para terminar de engrasar la máquina de La Quinta añadió a Milan Jankovic a los mandos. Después de eliminar al Nápoles de Maradona y al vigente campeón, el Oporto, el Bayern apareció en cuartos tras dejar en la cuneta a CSKA de Moscú y Neuchâtel. Recordemos que aquello era la Copa de Europa en la que sólo jugaban los campeones y el invento de las liguillas todavía no había llegado. Morir o vencer.
Esta campaña Madrid y Bayern se ven en semifinales, con la vuelta en el Bernabéu. ¿Protagonizarán los blancos un nuevo capítulo en su historia de míticas remontadas?
El Madrid salió con la idea de retar al destino y sacudirse el histórico complejo que atenazaba a los visitantes del Olímpico. Incluso llegó a tener el control del partido y a reclamar un más que posible penalti sobre Butragueño, pero el árbitro italiano Casarin se marcó un Negreira. Sigan. Entonces aparecieron los fantasmas, con dos goles en cinco minutos antes de finalizar la primera parte, y otro más nada más comenzar la segunda. ¿Qué hacer con un 3-0 en contra en Europa? No sabemos el resto, pero si te llamas Real Madrid sólo cabe remar hasta el final. Y así llegaron los tantos de El Buitre, tras un fallo bávaro y bárbaro, y de Hugo, que anotó una falta inverosímil desde un lugar insospechado, más cerca del córner que de la frontal. 3-2. Faltaba rematar la remontada en la casa de los líos, un Bernabéu inflamado por los tambores de guerra europea.
El entrenador blanco sacó toda su pericia para disponer una orden de cuyo equilibrio dependía la gloria: no perder el carácter ofensivo y evitar al mismo tiempo las confrontaciones que despistaran a los jugadores del objetivo final: darle la vuelta al resultado y entrar en la historia del Real Madrid. El primer gol lo firmó Jankovic, que desató una ola de euforia propia de quien lleva sufriendo muchos años. No sería fácil, y hasta hubo un remate que Chendo salvó bajo palos, pero Míchel colocó el 2-0 que sentenció a los alemanes, estupefactos cuando el árbitro pitó el final de la batalla.
La segunda gran remontada en el clásico europeo sucedió más de una década después, en la temporada 01/02, la de la Novena. Además, era el año del Centenario y los blancos embelesaban a su parroquia con una plantilla de época: Roberto Carlos, Raúl, Figo, Zidane, Casillas… Estaban llamados a hacer algo grande y así fue. En esa campaña se jugaron dos liguillas antes de abordar los cuartos, que reencontrarían a blancos y alemanes por tercera vez consecutiva, aunque esta vez con el mejor as posible, el de la vuelta en Chamartín.
El destino colocó el inicio de la eliminatoria el 2 de abril, el fatídico día del adiós de Juanito, que a buen seguro apretó los dientes desde el cielo. En el Bayern asustaban Effenberg, Elber o Pizarro, tres tipos de pura raza. Todo comenzó bien, con un sorpresivo gol de Geremi, pero los alemanes sacaron los cuchillos y terminaron por imponerse y convertir su campo, de nuevo, en una trampa mortal para el Madrid. Tocaba arrebato en el Bernabéu.
El duelo en casa fue un auténtico ejercicio de sacrificio y compromiso, sólo así se lograría lo impensable. Zizou y Figo, artistas habituales, no rehusaron el mono de trabajo y la victoria comenzó a cocerse desde el control y la inteligencia. Fue Helguera el que hizo latir a las gradas con el 1-0 que, aunque daba el pase, necesitó de una maravilla entre Raúl y Guti para disipar las dudas y acallar las bravuconadas germanas que salpicaron toda la eliminatoria. Pasó el Madrid y Zidane culminó la gesta, en Glasgow, dibujando el remate más plásticamente asesino de la historia del fútbol.
Esta campaña Madrid y Bayern se ven en semifinales, con la vuelta en el Bernabéu. ¿Protagonizarán los blancos un nuevo capítulo en su historia de míticas remontadas?
Getty Images.
Me acuerdo de ésta última de las eliminatorias que relatas, después del partido de ida donde el Bayern remontó al Madrid el 0-1 inicial de Geremi un tal Salihamizdic o algo así dijo que los del Madrid se lo habían hecho en los calzoncillos o algo así, en la vuelta fué un partido mítico donde incluso se pudo ver a Raúl diciéndole algo a Salihamizdic cuando iban 2-0 y creo que podría ser algo así como "Creo que os habéis cagado vosotros" o al menos eso es lo que pensé cuando la tele los enfocaba.
Del resto decir que en eliminatorias creo que gana 6 a 5 el Madrid y a mayores jugaron en una liguilla donde los dos partidos los ganó por goleada el Bayern aunque ambos equipos pasaron a cuartos.