La llegada casi a la par de Francisco Gento y Alfredo Di Stéfano en el año 1953 cambió la historia del Real Madrid. En ese momento el club blanco era el quinto en número total de Ligas con dos (conseguidas en la República), por detrás del F.C. Barcelona, el Athletic Club, el Atlético de Madrid y el Valencia. Ahí arrancó el periodo más esplendoroso de la entidad de Chamartín.
La primera delantera que conformaron el porteño y el cántabro tuvo como socios a Joseíto, Roque Olsen y Molowny en la temporada 1953-1954. Joseíto era un extremo diestro versátil que también podía ejercer de interior y que tenía en su técnica y su magnífico olfato de gol dos características fundamentales. Por su parte, el argentino Olsen figuraba como interior derecho, donde descollaba fuerza, potencia, trabajo y enorme eficacia de cara a puerta, mientras que Molowny continuaba jugando agarrado a sus mangas y destilando finura y elegancia desde el perfil izquierdo. La ‘Saeta Rubia’ ocupaba el puesto de delantero, aunque aparecía por cualquier parte del campo para robar el cuero, construir la jugada, regatear, conducir el balón y marcar. La banda siniestra tendría en Gento su dueño durante casi dos décadas, ala por la cual el guarnicense brillaba por su increíble velocidad, su regate en seco, su gran disparo y sus precisos envíos.
Aquel curso el Real Madrid volvió a levantar el título liguero tras 21 años de sequía y el estreno de la vanguardia coincidió con el debut de Di Stéfano en la competición doméstica ante el Racing. Era la jornada tres y los blancos se impusieron a los santanderinos con un doblete de Olsen y una diana de Molowny y otra de Di Stéfano. Desde ese momento la delantera también fue de la partida en los triunfos por 0-4 ante el Oviedo, con goles a pares de Molowny y Joseíto, un 2-1 en casa contra el Deportivo de la Coruña o la victoria frente al Real Jaén.
El siguiente frente de ataque importante fue el único que repitió presencia en una final de la Copa de Europa, concretamente en el segundo y el cuarto título del equipo capitalino en los años 1957 y 1959. En liza continuaban Gento y Di Stéfano con Kopa, Mateos y Rial a su lado. Al francés le echó el ojo Bernabéu tras la primera Copa de Europa conquistada ante el Stade de Reims y se lo trajo a Madrid. El galo se tuvo que amoldar a la posición de extremo diestro pero lo hizo a la perfección dada su virtud para el regate y el desborde, su dinamismo, su astucia y su clase. En la zona interior Mateos conocido como ‘Fifirichi’ era un futbolista rápido, luchador, excepcional rematador, pícaro y muy listo. Por último Rial fue una petición expresa de su compatriota Di Stéfano. Firmado desde el Nacional charrúa tuvo una especial conexión con Gento desde el principio. El de Pergamino poseía un fenomenal dominio del esférico con las dos piernas, una gran calidad técnica, mucha inteligencia, gran visión de juego y un duro chut.
José Villalonga optó por este quinteto principalmente para el torneo europeo. En la Liga aparecieron solo en el alirón de la penúltima jornada. A mediados de abril viajaron a Zaragoza para imponerse en La Romareda a los maños en una tarde fabulosa de Enriquito Mateos que decidió el triunfo con dos goles. Mientras que el estreno en la Copa de Europa fue en la ronda de semifinales. Enfrente un sensacional Manchester United de Sir Matt Busby que hincó la rodilla ante los merengues. En la ida se ganó por 3-1 con tantos de Rial, Don Alfredo y Mateos y en la vuelta en un encuentro memorable se empató a dos después de una lección de fútbol madridista. La final se celebró en el Santiago Bernabéu y aunque costó derribar el muro defensivo de la Fiorentina, primero Di Stéfano y luego Gento dejaron el trofeo en casa.
En el curso siguiente de 1957-1958 se revalidó el entorchado liguero y la delantera colaboró con algunos triunfos de mérito. Cabe destacar por ejemplo las victorias ante el Osasuna, el Granada en Los Cármenes con un doblete de Rial, la Real Sociedad, el RCD Español o el Real Valladolid con un ‘hat-trick’ de la ‘Saeta Rubia’ en el Bernabéu.
El año de la tercera Copa de Europa sus apariciones juntos disminuyeron aunque resultaron clave. En la Liga se les pudo ver en un apabullante 6-1 a la Real Sociedad recién entrada la primavera y en la Copa de Europa se estrenaron en cuartos de final. Ante el Wiener SC austriaco igualaron a cero en el Prater pero en la vuelta masacraron a su rival por un extraordinario 7-1 con Di Stéfano como gran héroe del choque. En semifinales se vieron con el Atleti de Madrid aunque estuvieron presentes en la derrota del partido de vuelta. Tras ganar el desempate en Zaragoza repitieron once en la final al estar Puskas lesionado. De nuevo con el Stade de Reims como adversario Mateos hizo el primero y erró un penal después y Di Stéfano ejecutó la sentencia en la segunda mitad.
En 1958 el Real Madrid había incorporado a Puskas completando el conjunto merengue una línea ofensiva de ensueño integrada por Kopa, Rial, Di Stéfano, Puskas y Gento. Sin embargo no tuvo tanta perdurabilidad como parece y los cinco únicamente coincidieron en nueve partidos oficiales de la campaña 1958-1959, al marcharse a final de dicha campaña el “Pequeño Napoleón” francés.
Eso si, en las oportunidades que concurrieron sobre el césped dejaron una huella imborrable a los hinchas madridistas. Primero con Carniglia y luego con Miguel Muñoz en el banquillo los blancos quedaron por detrás del F.C. Barcelona en Liga y conquistaron la 4º Copa de Europa de forma consecutiva ante el Stade de Reims. Durante el año la delantera gozó de algunos momentos mágicos como el doble 8-0 a Osasuna y el Sevilla en Liga en casa (Di Stéfano consiguió un triplete en ambos choques), la victoria a domicilio contra el Betis o el 2-0 en el Santiago Bernabéu frente al Besiktas en octavos de la máxima competición continental.
El fichaje de Puskas obligó a Rial a pasarse al interior diestro donde no pudo sacar lucimiento a todas sus grandes virtudes. El magiar por su parte pese a aterrizar pasado de kilos y entrado en años deleitó gracias al guante de su zurda, a una poderosa arrancada en la corta distancia, a su calidad en el pase, a una magnífica visión de juego y por su alianza sublime con el gol.
Con el inicio de los años 60 el equipo merengue completó su epopeya europea con un quinto título continental memorable. La baja de Kopa y el declive de Rial obligaron a la entidad a acudir al mercado y Bernabéu firmó a un brasileño y a un soriano. El sudamericano fue Darcy Silveira conocido como ‘Canario’, un extremo derecho potente, sacrificado, de mucho carácter y con un buen desborde. Mientras que el de Arcos de Jalón de nombre Luis del Sol y llegado del Betis se desempeñaba como interior siendo la calidad, su poderoso físico, el sentido táctico, la inteligencia, la resistencia y una enorme brega sus principales cualidades.
Los dos se unieron a la ‘Santisima Trinidad’ blanca que formaban Di Stéfano, Puskas y Gento y conquistaron la Copa de Europa de aquel año y las Ligas de 1961 y 1962. Del Sol llegó como refuerzo en el mes de abril casi recién terminada la Liga como refuerzo para la Copa del Generalísimo y la Copa de Europa, lo que unido a la condición de extranjero de ‘Canario’ (no podía jugar el torneo del KO), hizo que a los cinco no se les viese por primera vez sobre el césped hasta la vuelta de la semifinales de la competición continental. Pero aquel partido fue mítico por todo lo que supuso. Enfrente estaba el Barcelona al que ya se había ganado en casa y al que de nuevo se doblegó de forma extraordinaria en el Camp Nou. En un choque fabuloso de los hombres de Miguel Muñoz bailaron a los culés y les derrotaron por 1-3 con doblete de Puskas y un gol de Gento.
Tres semanas más tarde la vanguardia fue la titular en la histórica final contra el Eintracht de Frankfurt. Un duelo que está reconocido como el mejor que se ha visto en la lucha por el cetro europeo. La línea ofensiva blanca resultó imparable para la zaga germana que encajó siete tantos pero que pudieron ser varios más. Puskas hizo un póker de dianas y Di Stéfano logró un triplete pero la actuación también de Canario y Gento por las bandas y de Luis del Sol asistiendo, robando y distribuyendo fue realmente magistral.
En la campaña siguiente fueron una de las claves para conseguir una Liga que se resistía desde 1958. En la jornada 11 se cobraron en el Real Oviedo su primera gran víctima al endosarle un 7-0 en el Bernabéu con tres tantos de Del Sol y dos de Puskas y Gento. Una semana más tarde se exhibieron ante el Barça en su estadio al que vencieron por 3-5 con un papel determinante de Gento y a continuación también vencieron al Real Valladolid, al Real Betis por 0-5, a la Real Sociedad por 0-4, al Valencia, al Elche por ocho dianas (cuatro de Puskas) al Athletic Club o al Sevilla entre otros. Mientras que en los dos grandes partidos del año en el coliseo merengue tomaron buena cuenta de Atleti y Barcelona. A los colchoneros se les ganó con un Puskas en su habitual eficacia goleadora y los culés se les derrotó con nitidez pese al 3-2 final con dos tantos encajados en los últimos instantes. Por su parte en la Copa de Europa disputaron el fatídico encuentro de vuelta en el Camp Nou contra el conjunto blaugrana donde el colegiado inglés Mister Leafe no permitió a los madridistas que continuasen en el camino de su 6º entorchado consecutivo.
Un año después el cuadro blanco revalidó el título aunque la inclusión de Tejada por Canario impidió que el gran quinteto se viese con frecuencia en las alineaciones de Muñoz. Ese curso de 1961-1962 dejaron para las estadísticas un único triunfo importante contra el Real Oviedo en casa por 4-1 con goles de Gento (2), Di Stéfano y Puskas.
El proceso de renovación del conjunto madrileño tras su época dorada dio a mediados de la década de los 60 con una generación que también conocería el éxito nacional e internacional. Estaba compuesta por jugadores españoles y varios canteranos y les bautizaron como los ‘ye-yé’. Gento fue el nexo de unión entre las dos épocas y al cántabro le acompañaron en la delantera durante unos años fantásticos Serena, Amancio, Grosso y Velázquez.
Serena fue un extremo diestro hábil, veloz, fino en el regate y buen toque de balón para poner centros con rosca. Criado en el club desde infantiles aprovechó las numerosas lesiones del fenomenal interior Félix Ruiz para hacerse un hueco en el once. Cuando jugaba él Amancio partía desde dentro para llegar a posiciones de delantero. El gallego fue un jugador majestuoso, un futbolista desequilibrante, imprevisible, muy habilidoso y buen rematador y magnífico de cara a gol. En la punta estaba Grosso que heredó el dorsal de Di Stéfano aunque no era un ariete al uso puesto que retrasaba su posición para abrir huecos en la zona del nueve. El capitalino destacaba por su astucia, su dinamismo, su llegada a gol desde atrás y su enorme esfuerzo y sacrificio. En la zona izquierda acompañando a Gento se ubicó Velázquez, un interior con gran clarividencia, elegancia, inteligencia y con una calidad y precisión en el pase maravillosa.
Miguel Muñoz les dio la alternativa en la jornada liguera número 15 cuando visitaban el Luis Sitjar. Velázquez entró en el once y la vanguardia arrasó a los baleares por 2-5 con un doblete del interior y dianas de Amancio, Serena y Grosso. Su buen hacer les permitió continuar en la cresta de ola y demostraron su calidad y eficiencia derrotando al Real Betis, el Pontevedra, el Valencia, el Atlético de Madrid en el Bernabéu por 3-1 o el Real Zaragoza. Por su parte en la Copa de Europa aparecieron en las semis contra el Inter de Helenio Herrera. En la ida en Chamartín un tanto de Pirri dio alas para la vuelta donde se igualó a uno con un gol de Amancio. En la final de lo que supondría la 6ª Copa de Europa para las vitrinas merengues el frente ofensivo se encargó de remontar al Partizan de Belgrado con un tanto repleto de calidad y habilidad del gallego y con un trallazo desde la lejanía de Serena.
Después de un curso donde el Atlético cortó la racha de victorias ligueras merengues el Real Madrid encadenó otros dos Campeonatos domésticos en 1967 y 1968. El eje ofensivo de la 6ª Copa de Europa siguió causando estragos en las defensas contrarias y obtuvieron triunfos destacables ante el Elche, Córdoba, y Sabadell en casa o el Sevilla lejos de la capital.
Con la llegada de los 70 varios componentes del plantel ‘ye-yé’ dejaron paso a los fichajes y además se produjo la retirada de Paco Gento tras 18 temporadas en el club. Procedentes del Racing de Santander llegaron dos sensacionales atacantes, Ico Aguilar por casi 16 millones de pesetas y Carlos Alonso ‘Santillana’. El primero fue la incorporación estrella y se trataba de un extremo veloz, técnico, refinado, habilidoso, con una gran precisión en su bota pero algo frío y miedoso. Mientras que el segundo actuaba como nueve siendo sus mejores habilidades la potencia en el salto y el remate de cabeza, el oportunismo, la garra y la astucia dentro del área. Los dos junto a Amancio que seguía a un nivel altísimo formaron un tridente atacante con grandes resultados entre 1971 y 1975.
La retirada de Gento supuso un trauma en la banda izquierda blanca que no dio con un sustituto de garantías pese a pasar por allí zurdos como los argentinos Anzarda y Guerini o el murciano Macanás. Por ello Muñoz decidió cambiar de costado en numerosas ocasiones a Aguilar que era diestro y jugaba como ala por esa banda. En su primer año conquistaron la Liga tras aventajar al Valencia en dos puntos y después de brillantes partidos de los tres en la segunda vuelta como ante la Real Sociedad, el Español y la UD Las Palmas en casa o lejos de la capital frente al Sabadell y el conjunto che en un choque clave gracias a un tanto fundamental del extremo cántabro.
Después de un mal año en la temporada 1972-1973 y una Copa en 1974 accedió al cargo Miljanic para cosechar un gran doblete en la campaña 1974-1975. El trío formado por el gallego y los dos cántabros siguió contando para el yugoslavo logrando entre otros triunfos para el Campeonato liguero ante el Betis en el Bernabéu y en el Villamarín, el Elche con un doblete de Santillana o el RCD Español. Además en la final de Copa contra el Atlético de Madrid volvieron a reunirse en el césped en los últimos minutos de la prórroga tras entrar Aguilar al campo por Roberto Martínez. El resultado de 0-0 no se movió y en los penaltis Amancio y el ‘wing’ santanderino con el definitivo tanto ante Reina dieron el entorchado al equipo merengue en la tanda por 4-3.
La siguiente gran tripleta que surgió en 1979 y duraría hasta 1982 estuvo formada por Juanito, Santillana y Cunningham. El malagueño se volcaba a la derecha para desplegar su enorme talento, velocidad, habilidad, picardía, intuición, personalidad ganadora, carácter arrollador y eficacia goleadora. Por su parte el extremo zurdo británico fue un futbolista técnicamente sublime, muy elegante en su juego, rápido, elástico, con gran dominio del balón y un disparo poderoso y preciso.
Un nuevo inquilino se sentó en el banquillo de la entidad capitalina para la temporada 1979-1980, Vujadin Boskov. Junto a él firmó el inglés tras abonar 123 millones de pesetas (según el presidente Luis de Carlos) por su traspaso al West Bromwich Albion. Esa campaña fue la mejor de la delantera que se hizo con otro doblete nacional. En el torneo liguero dominaron con su talento y eficacia anotadora quedando como víctimas un Valencia que encajó dos goles de Cunningham y uno de Santillana en el Bernabéu, el F.C. Barcelona que sucumbió por 3-2, el Hércules que se llevó cinco en una gran noche del ariete cántabro, el CD Málaga que recibió cuatro tantos en su feudo, la UD Las Palmas que vio como Juanito le firmaba un ‘hat-trick’, el conjunto culé en el Camp Nou que vivió un partido antológico de Cunningham que desquició a Zubiría o el Athletic Club que presenció el alirón merengue después de un 3-1 en el mes de mayo.
En la Copa no se les pudo ver hasta las semifinales pero fue en un duelo decisivo contra el viejo rival capitalino. El encuentro llegó a la prórroga y en la tanda de penaltis el Real Madrid venció a los rojiblancos errando el inglés pero acertando sus dos socios de ataque. Quince días después en la mítica final contra el Castilla el trío de ataque cuajó un excepcional papel con Juanito marcando en dos ocasiones y Santillana en una.
Un año más tarde su decepción fue tremenda en la final de la Copa de Europa contra el Liverpool donde formaron el eje ofensivo pero no consiguieron batir al guardameta red Ray Clemence. Su última gran actuación fue en la final de la Copa del Rey de 1982 en la que el conjunto madridista se impuso en Valladolid por 2-1 al Sporting de Gijón de los Maceda, Jiménez, Joaquín o Ferrero.
La Galerna trabaja por la higiene del foro de comentarios, pero no se hace responsable de los mismos
Quiero aprovechar este reportaje para hacer mi pequeño homenaje a dos de los más grandes jugadores que he tenido el privilegio de ver jugar con la camiseta blanca y cuyo recuerdo ha quedado un poco difuminado por haber coincidido con el mejor jugador que yo he visto sobre un campo: Alfredo Di Stefano.
El primero es Héctor Rial ; jugador extraordinario que se movía por lo que hoy seria la media punta o el enganche, manejaba las dos piernas , tenía una técnica depurada y una visión de juego excepcional; desde el primer partido se compenetro a la perfección con D.Alfredo y entre ambos convirtieron a Gento en un arma letal para las defensas. Además era un jugador con muchísimo gol , las temporadas que le respetaron las lesiones las termino con cerca de 20 goles cuando se jugaban no más de 40 partidos y aparecía en los partidos importantes, marco dos goles en la primera final de la Copa de Europa uno de ellos el del triunfo; marco en la tercera final contra el Milan en un partido tremendo que se decidió en la prorroga y marco en la mítica semifinal contra el Manchester un gol en cada partido. Las lesiones y el fichaje de Puskas aceleraron el final de su carrera.
El segundo es precisamente Pancho Puskas y hablar de él son palabras mayores. Cuando fichó por el R:Madrid lo tenía todo en contra, llevaba 2 años sin poder jugar sancionado por la FIFA por los problemas políticos de Hungría y una situación personal crítica ya que era un apátrida , tenía un sobrepeso de por lo menos 15 Kg. y pasaba ya de los 31 años y en toda Europa se interpreto esto como una especie de jubilación homenaje del Madrid pero no sabían de qué pasta estaba hecho este hombre.
A pesar de medir 1,70m escasos y de tener la pierda derecha de madera tenía la zurda más impresionante que yo haya visto nunca y ha sido, para mí, el mejor goleador que he visto en mi vida. Era infalible en el mano a mano con el portero y en las inmediaciones del área un peligro absoluto ya que tenía un cañón en la pierna y además una precisión como no he visto igual y necesitaba poquísimas ocasiones para marcar uno o varios goles. En aquellas temporadas era muy habitual el marcaje al hombre sobre las figuras rivales pero a pesar de que a veces tenía hasta dos jugadores pendientes de él fue cuatro veces pichichi de la liga, marcó cuatro goles en una final de la Copa de Europa y tres en otra y tiene el segundo mejor promedio de goles del Club (0,92 por 1,02 de Cristiano). Ahora que hay estadísticas de todo me gustara ver, cuando se retiren, cual serán los números de Ronaldo o Messi a partir de los 31 años. Además tenía un corazón como el Bernabeu y ayudó económicamente a muchísimos compatriotas que tenían una situación de desarraigo parecida a la suya y que acudían a él en busca de ayuda. Fue un genio del futbol y para mi esta entre los cinco mejores jugadores de la historia.
Muy de acuerdo con tu análisis Zárraga.
Rial fue un magnífico jugador y un futbolista clave en la etapa dorada de finales de los 50. Su compenetración con Gento y Di Stéfano fue extraordinaria aunque se viese eclipsado por ellos. Para Gento fue su Santo Grial, el jugador que le entendió y le hizo ser el mejor extremo izquierdo del planeta.
Respecto a Puskas pues lo que he comentado siempre, si llega a venir con 25 hubiera firmado números que no sé si hubiesen sido superados. Porque el Puskas de antes de la Revolución húngara era una cosa sublime. Joven, bien físicamente y rodeado de cracks como los que tenía el Madrid habría sido algo aún más memorable de lo que ya fue. Suele ser olvidado en las listas de los mejores jugadores de la historia, tal vez por lo que sucedió en Berna en el 54 pero no debería ser óbice para que tenga el reconocimiento que merece. Un genio el magiar.
Un abrazo y gracias por el comentario
Creo que a estos jugadores y a otros muchos lo que mas les ha perjudicado es la precariedad de los medios audiovisuales de entonces que hace que apenas queden imágenes de aquellos años y las pocas que hay son de una calidad lamentable .Siempre me he preguntado qué pensarían los aficionados actuales si pudieran ver, por ejemplo, al Garrincha de sus mejores años, otra de mis debilidades , que el solito ganó para Brasil el mundial del 62 como hizo Maradona 20 años después; seguramente hablarían de los mejores de la historia con menos frivolidad y mas conocimiento. Enhorabuena por la serie que refleja con exactitud la esencia de aquellos años.Un abrazo
Eso es. De antes de los 50 no hay nada y de esa década hay pocos partidos completos. Nos hemos guiado por lo que nos han contado padres o abuelos que les vieron en directo pero su verdadera medida jamás estará a la altura por la escasez de videos.
Garrincha es el mejor extremo diestro de la historia, un fenómeno. Patizambo y con la inteligencia de un niño pero dentro del terreno de juego imparable. Tenía un regate que todos conocían pero nadie le podía hacer frente y tuvo que medirse a grandes defensores. Leí una frase suya que dijo que "con él por la derecha y Gento por la izquierda y con otros 9 jugadores fuesen los que fuesen, saldrían campeones siempre".
Muchas gracias.
Un abrazo
Buenas noches al principio de su interesante crónica habla usted de los equipos que nos superaban
en ligas en 1953, y uno de ellos era el Atlético de Madrid, pues tengo que señalarle que en su magnifica
relación de delanteras comete el error de señalar al Atlético de Madrid, cuando su nombre era Atlético
de Aviación en las fechas que ganó las ligas por las cuales nos adelantaba en el casillero de ligas
ganadas. Entiendo que me objetara, que la diferencia es mínima, puede ser, pero en mi opinión, no es lo
mismo ser Atlético de Madrid que ser Atlético de Aviación y en los años 40 ni le cuento.
Saludos blancos, castellanos y comuneros
Muchas gracias por su comentario Comunero.
Pero he de decirle que tiene razón a medias. Las dos primeras Ligas de los rojiblancos se consiguieron como Atlético Aviación y con Zamora en el banquillo pero las dos siguientes en 1950 y 1951 ya fueron como Atlético de Madrid. Por tanto como con la tercera nos adelantaban en el palmarés he optado por poner su actual nombre.
Un saludo cordial