Las lágrimas de la felicidad

Presentaba un magnífico aspecto el estadio Santiago Bernabéu, pese a la hora, las 12 del mediodía, y al día, un sábado situado justo en mitad de un puente festivo en la capital.

50.000 espectadores nos juntamos para dar la bienvenida a una joven promesa que ya es realidad - viene siendo titular en la "verdeamarela" de su país -. Hasta hace cuatro ratos era un niño; desde el pasado 21 de julio ya tiene la mayoría de edad y ha podido al fin rubricar su contrato con el club de sus sueños, el Real Madrid, que se hizo con sus servicios hace ya casi dos años.

Nuevamente, como hace 11 días en el día de la presentación de Kylian Mbappé, fue ovacionado el Presidente del club, recibido como el gran hacedor de esta segunda edad de oro del Real Madrid. Florentino Pérez cada vez es más reconocido por todo el madridismo como un ídolo más, y es aclamado cada vez que comparece en público. Su discurso fue interrumpido varias veces con grandes aplausos mientras presentaba al protagonista del día, Endrick Felipe Moreira de Sousa.

Aproximadamente a las 12:30 de la mañana surgió del túnel de vestuarios, luciendo el dorsal 16, el joven nacido en Taguatinga, a quien, a diferencia de Mbappé, que estuvo sonriente toda la mañana de su presentación, se le vio muy tenso, serio, atenazado por los nervios ante el acontecimiento sin duda más notable de su corta historia. Florentino y el gran Pepe Pirri, Presidente de Honor, le arroparon con abrazos y mucho cariño en todo momento, pero cuando tomó la palabra la perla brasileña se derrumbó por los nervios y comenzó a llorar. Fue un momento en el que toda su familia, su madre, su novia y sobre todo su padre, rompieron a llorar durante bastantes segundos.

Como me dijo mi hija Archer, exactamente de la misma edad que el protagonista del día, con la que estuve en la presentación, fue un instante que llegó a todos los corazones, ya que se mostró la emotividad de una persona de carne y hueso, muy cercana para todos los espectadores, alguien que no es solo una estrella del panorama futbolístico, normalmente irreal, inaccesible y distante.

Poco a poco, gracias a las atenciones del presidente, que estuvo muy cariñoso, el rostro de Endrick se fue distendiendo y relajando, mientras sus familiares subían al estrado. Endrick pudo entonces besarlos y abrazarlos a todos, y ya pareció definitivamente radiante de felicidad, como en aquella canción de Karina, cuando posó con todos ellos y teniendo como escenario excepcional nada menos que las 15 copas de Europa de su nuevo club.

Fue magnífico el vídeo de entrada del acto, con todos los goles marcados en las 15 finales conquistadas, y espectacular el vídeo con las mejores jugadas de Endrick, bien con la camiseta del Palmeiras - bicampeón del Brasileirao en las dos últimas temporadas - , bien con la mítica camiseta de la "canarinha".

Finalmente, el joven talento brasileño dio la vuelta de honor a un estadio entregado y algunos afortunados se hicieron con balones que lanzaba a la grada, todos con su pierna zurda, que parece un auténtico cañón de artillería, llegando en varios casos y con facilidad a lanzar algunos de los esféricos al segundo anfiteatro.

El acto concluyó con el himno de la Décima, cantado por todo el estadio, mientras Endrick se besaba una y otra vez el escudo, primero a petición del respetable y posteriormente atendiendo a las demandas de los fotógrafos de los medios.

Posteriormente, Endrick dribló sin problemas las preguntas de la prensa y pareció olvidar los nervios de los primeros minutos del acto. Llamó la atención el número de veces que pronunció los verbos “ayudar” y “colaborar”, demostrando por una parte inteligencia y habilidad, y por otra, humildad y ganas de integrarse de inmediato en su nuevo grupo de compañeros. Sin duda los tres brasileños de la plantilla le arroparán en todo momento y veteranos como Modric – un “padre” ya para Rodrygo -, Carvajal y Lucas Vázquez le mostrarán cada día la grandeza del club donde acaba de recalar.

Endrick promete y mucho. Su desparpajo sobre el césped y su humildad fuera de él, además de su indudable hambre de títulos y el amor que tantas veces ha profesado por el Real Madrid hacen de su llegada una de las más interesantes de los últimos tiempos. En breve le veremos debutar, seguramente en la muy próxima gira estadounidense. Tiene toda la pinta de que hará historia en nuestro querido club. Por lo pronto, ya se ha metido en el bolsillo a toda una afición, sobre todo a los más jóvenes, al mostrar en forma de lágrimas de alegría una emoción que nos contagió a todos.

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