Escribió Enric González en una de sus fantásticas 'Historias del Calcio' que desconocía "el laberinto espiritual de un seguidor del Madrid, del Milan [la columna es del año 2004], del Bayern o de la Juve. Imagino que el triunfo sólo les proporciona el alivio del pronóstico cumplido y que el fracaso les genera menos dolor que estupefacción". Lamento llevarle la contraria al maestro pero el madridista es un hipocondríaco que no se queda pasmado ante una derrota, sino que corre a urgencias porque piensa que el club va a desaparecer. El paso previo es temer que acabará como el nuevo United, que a su vez es el nuevo Milan.
El Madrid es un club con un trastorno obsesivo-compulsivo por la victoria, por lo que no conseguirla supone una crisis de identidad: es la cara B de mimetizarse con el triunfo. Se dice que hay más literatura en las derrotas y en los fracasos, pero en esas situaciones el madridismo sólo ve caos y apocalipsis. Eso, en cualquier derrota liguera de un fin de semana de octubre; imaginar al Madrid perder una final de Champions (ha ganado las últimas siete que ha jugado, no pierde una desde 1981, la prehistoria) sería adelantar el fin del mundo.
Como siempre, en cada partido perdido se duda del entrenador en una institución que llegó a despedir a Radomir Antic en 1992 tan sólo 24 horas después de proclamarse campeón de invierno. Entonces se justificó la destitución por el pobre juego del equipo y porque había cedido 5 de los 8 puntos de ventaja que le sacaba al Barça unas semanas atrás. La situación puede recordar a la actual, en la que ser líder varias jornadas ha calmado los rumores pero no los malos augurios sobre Zidane.
Al madridista no le duelen las derrotas, lo dejan moribundo. Entra en un bucle de autodestrucción en el que ningún jugador es merecedor de seguir defendiendo ese escudo y recupera la célebre frase de Santiago Bernabéu:" La camiseta del Real Madrid es blanca. Se puede manchar de barro, sudor y hasta de sangre, pero jamás de vergüenza". Porque el Madrid, cuando pierde, suele dar lo que jamás debería según el antiguo testamento.
Siempre queda el consuelo de que el próximo partido llegará pronto, pero esa espera se vive con el miedo a una segunda muerte consecutiva cuando todavía no se ha terminado de producir la primera. Fíjese si duele, maestro Enric.
Muy de acuerdo. Del todo a la nada en 2 jornadas. Aunque estemos en una dinámica poco clara, se trabaja para volver y mejorar para competir.
Muy buen articulo aunque poco aplicable a lo que esta pasando ahora mismo.
Si contamos con el desastre de la temporada pasada + esta temporada, a mi no me salen las cuentas de las veces que hemos caido derrotados en distintas competiciones, un club acostumbrado a perder solo "varios" partidos al año, lo que no es normal es que esto ahora mismo ( con cabreos, preocupaciones, etc incluidas ) pasa a ser poco mas que normal por el nivel que tiene el equipo.
Si a esto le sumamos que los partidos que ganamos o empatamos ( Brujas en champions por ejemplo ) el equipo ha estado en muchos de ellos apuntito de palmar tambien, pues no se, yo desde luego el trastorno que tengo ahora mismo es que miro a este equipo y sinceramente no lo reconozco, es un equipo muerto y lo peor de todo, no lo veo compitiendo, se puede perder y ganar, pero por lo menos competir.
No sé, yo creo que el Madrid es un club deportivo normal, dentro de su excelencia, claro; y que sus aficionados somos exactamente igual que el resto de aficionados deportivos. Lo único que no me parece normal en esta situación es la hostilidad general en la que tiene que desenvolverse el club. Es una hostilidad que viene desde fuera (mediática e institucional), pero tan generalizada en todos los niveles, que cuando algo no va del todo bien cala también dentro del club y provoca estados de desmoralización como este en el que llevamos ya un tiempo instalados. Y que en realidad son el estado normal siempre que no ganamos la champions.
Yo al club no tengo nada que decirle, pues no me cabe duda de que saben cómo afrontar este tipo de situaciones, pero al aficionado medio que quiere de verdad al Madrid sí que me atrevería a pedirle que no contribuya a deprimir más al equipo.
Es un bucle. Relajación, concentración, relajación, concentración...No hay continuidad , ni regularidad.
Gento ha sido el mejor extremo izquierdo de
La historia del fútbol Mundial