Las claves de la victoria blanca en el Camp Nou

• Ancelotti y Koeman: pese al planteamiento supuestamente conservador de Carlo, puso en liza un 4-3-3 puro, con un hombre eminentemente mejor en ataque que en defensa, Lucas Vázquez, como lateral derecho. Koeman, al contrario, puso de extremo/carrilero derecho a un defensor puro como Serginho Dest. Además, el técnico holandés acabó de arreglar un problema al Real Madrid, al colocar a Ansu Fati de nueve puro, donde se desactiva prácticamente solo, y a Memphis Depay como extremo por la zurda, decisión que permitió a Lucas tener una tarde mucho más plácida que con Fati delante.

• Eric García: pese a su ligera mejora en la forma de posicionarse como pareja de Piqué, el central favorito de Luis Enrique (y de pocos más), volvió a salir retratado en ambos goles, en el primero con la ayuda inestimable del inoperativo Mingueza, en el segundo tras demostrar una increíble lentitud ante la voracidad de Lucas Vázquez, que aún tenía sobradas energías tras la pechada de kilómetros que llevaba encima en el minuto 92.

• La pareja Militao-Alaba: nadie tuvo que recordar a una gloriosa pareja laureadísima como Varane-Ramos. No dejaron ni el más mínimo resquicio a Ansu ni a de Jong en la primera parte, y defendieron con galones ante un desesperado y pobladísimo ataque del Barcelona en los últimos minutos: Memphis, Luuk de Jong, Piqué y el Kun Agüero, que marcó un tanto absolutamente intrascendente cuando todo el pescado estaba ya vendido y consumido. Además, Alaba, recordando sus mejores tiempos atacantes en el Bayern de Múnich, abrió la lata en un contraataque descomunal, con poderío y criterio, apoyándose en nuestros dos atacantes brasileños que le abrieron el pasillo hacia el cañonazo que Ter Stegen contempló en primera fila de butacas.

• Mendy: “por aquí no se pasa”. En los sesenta y pico minutos de Kiev y en el partido de ayer, condicionó tanto a los rivales, que acabaron por renunciar a atacar por su banda. Ferland es infranqueable defensivamente, cubre decenas de metros cuadrados de terreno entre su envergadura y su personalidad. Su regreso a la titularidad es la mejor noticia para el equipo en muchas semanas. Vinícius y Kroos juegan más tranquilos teniendo sus espaldas perfectamente cubiertas.

• El magisterio de Modric y de Kroos: ante una versión menor de Casemiro, que poco a poco volverá a ser un baluarte del Madrid, nuestros 8 y 10 dieron una nueva lección de criterio, maestría, y, sobre todo, de calma. El físico de ambos (uno, con 36 años, récord de veteranía en un clásico desde tiempos inmemoriales, el otro, apenas repuesto de una inactividad de meses) no permitía grandes alardes en la presión, pero supieron leer como nadie lo que requería el choque ante los azulgranas. Cabeza fría, temple y sabiduría. El croata, además, tuvo tiempo para poner un balón en bandeja, tras toque magistral, a Karim Benzema. De Jong y Gavi aún les están buscando por el terreno de juego.

• El factor Vinícius: hablaban en la previa de “miedo” ambos entrenadores. Koeman insistiendo en que él no tenía ningún miedo, Ancelotti poniendo en valor la importancia de tener miedo para saber cómo afrontarlo. La mejor prueba del miedo fue cada vez que tocaba un balón Vinícius: cientos de silbidos de pánico por parte del público, o, por ejemplo, los rictus de pavor que veíamos en la cara de Mingueza cada vez que las cámaras enseñaban un primer plano. Si Mendy es la gran noticia del mes de octubre, Vinícius es la sensación de la temporada. Es increíble lo mucho que ha crecido en muy poco tiempo: sin duda, Ancelotti tiene mucho que ver en la infinita autoconfianza que ahora mismo tiene el joven carioca, pesadilla por su velocidad y por su inagotable capacidad de quebrar rivales a base de fintas.

• La impotencia del Barcelona: las pocas fases en las que dominó (en posesión), no creó ningún peligro. Las dos ocasiones que tuvo (Dest y el cabezazo de Piqué) fueron realmente anecdóticas, una debida a uno de los pocos errores defensivos, la otra en un saque de esquina. El partido resultó tan plácido, que los dos jugadores habitualmente más decisivos en los últimos tiempos, Courtois y Benzema, no tuvieron que hacer ningún milagro de los suyos.

Fotografías: Imago.