Ladran

Uno de los modos posibles de medir la grandeza -cosa nunca del todo objetiva- tiene que ver con la minimización de la bajeza, el rencor, la burla o la maledicencia hacia cualquier otro que supuestamente transite un peldaño por debajo. De lo contrario, podría pensarse que hay quienes, pese a estar en lo más alto, no saben de hecho estar allí, cosa que automáticamente les rebaja hasta el fondo de esta clasificación cualitativa. En un mundo regido por el número y el más, pobre de aquel que no sepa que la vida no se agota en cantidades.

Si iniciamos este portanálisis con tal solemnidad es porque la portada de Mundo Deportivo constituye un claro ejemplo del contraste que apuntamos. Ignoramos qué clase de motivaciones puede haber en aquellos que celebran sus éxitos mientras, de paso, no pueden envitar acordarse maliciosamente de aquellos que supuestamente no han sabido subirse a la gran ola. Ignoramos sus motivos y queremos seguir haciéndolo, por la sencilla razón de que no los queremos para nosotros, y en este no quererlos tal vez se sitúe mayor grandeza que en cualquier récord numérico.

A este fenómeno se le ha dado el nombre de "madriditis", por evidente analogía médica, pero tal término no deja de ser en el fondo un eufemismo de cosas que en castellano tienen que ver con la ausencia de clase. Resulta que el Barcelona ha alcanzado una nueva final de Copa y ya acumula 29 partidos sin perder (el cómo parece no importar ahora en espíritus que antes se nos mostraban más sibaritas que glotones), pero tales éxitos no parecen ser suficiente para los hacedores de Mundo Deportivo, quienes sienten la necesidad malsana de acordarse del Madrid y practicar el siempre deshonesto recochineo.

Se nos antoja innecesario recordar que los éxitos blaugranas -y los de cualquiera a estas alturas de la temporada- no son más que buenos indicios, así como también se nos antoja un desatino irrespetuoso -y una torpeza- catalogar a Cristiano de "mosquito", nada más y nada menos que por llevar 9 goles menos en Liga. Si es que hasta dan ternura los amics de Mundo Deportivo. Ya se sabe que se suele uno burlar de aquello que más teme para ver si así un día se exorciza el temor, y también se sabe que hablar demasiado de valores suele ser una prueba fidedigna de que estos funcionan como fachada y pretexto, y no como guía interiorizada de las acciones.

Por nuestra parte, solo queda felicitarles por su final copera, mientras siguen sin comprender que su "madriditis" no hace más que corroborar que la grandeza está en otra parte, tal vez en ese Bernabéu que piden a la menor ocasión en pos de su eterna revancha insatisfecha. Ladran, luego cabalgamos.

Por lo demás, y aunque sea solo como apunte, ya estamos incluso añorando (es un decir) los tiempos en que el diario As actuaba como periódico independiente de otros medios y elaboraba sus propias noticias de portada. Hoy toca difundir la entrevista que concedió Zidane a la publicación mexicana Récord, y a nosotros nos parece que estas cosas tal vez tuvieran sentido en épocas aún no dominadas por el acceso universal a la información vía internet.

Pareciera que los responsables de As no han sabido adaptarse a los efectos planetarios de las nuevas tecnologías, o tal vez sí hayan sabido y les importe un pimiento choricero distinguirse en este mundo de información potencialmente infinita. En ese caso, podríamos darle la vuelta al argumento para barajar la posibilidad de que sea un hallazgo que el medio de PRISA se convierta en el primer periódico hecho a base de recortes de otros periódicos, más o menos como una hoja parroquial, el catálogo de un hipermercado o la revista de la asociación de vecinos del barrio. Al fin y al cabo, tal alternativa evitaría excesos creativos que a veces As ha llevado a la hipertrofia, con la ouija como vergonzante colofón. No seremos nosotros quienes veamos con malos ojos esta audaz opción.