El Madrid de Laso comenzó la temporada a todo gas a pesar de la baja de Lllull. Pronto, sin embargo, las lesiones comenzaron a diezmar al grupo hasta el punto de que cuatro derrotas casi consecutivas y las bajas de Ayón y Randolph -¡otra vez!- colocaron al equipo en situación delicada. Otra derrota en Madrid en la Euroliga lo hubiera llevado a una zona complicada de la clasificación: una crisis se asomaba en el horizonte.
Pero los jugadores del club han comprendido la importancia del momento y el banquillo ha dado un paso al frente. Hay veces que los partidos tienen más importancia que los puntos en juego. El equipo vive un nuevo orden y necesita reafirmarlo. Dos triunfos rotundos ante Unicaja y Betis han puesto de relevancia la competitividad y el compromiso de un grupo de jugadores dispuesto a sobreponerse a cualquier contratiempo.
hay veces que los partidos tienen más importancia que los puntos en juego
“Quizá no somos tan brillantes como los ausentes, pero podemos defender mejor, luchar cada balón y también somos buenos lanzadores”, debieron de pensar los hombres del banquillo. Dicho y hecho. A ritmo de triple y contraataque rápido, y con una defensa feroz, han derrotado a Unicaja y Betis con relativa facilidad. De una tacada han despejado la crisis que acechaba, mientras los que menos jugaban han adquirido confianza y se han adaptado a su nuevo papel. El futuro inmediato se afronta con tranquilidad..
El rendimiento de todos los jugadores del plantel es cada vez más decisivo en el baloncesto moderno. Sin ir más lejos, en la Fase Final de la última Euroliga conseguida por el Madrid fue fundamental la aportación del quinteto de choque, con un perfil mucho más coriáceo que el de gala. Ya no están en el equipo Slaughter, Rivers ni Nocioni, -a la postre MVP del torneo-, pero Maciulis continúa, Taylor es un eficiente perro de presa y Tavares es un enorme intimidador. Y con Carroll, otro que permanece, tenemos el contrapunto ofensivo que requiere un equipo que aspira a defender mucho mejor.
Más allá del caso comentado, la dependencia de toda la plantilla no solo es puntual, sino que se manifiesta a lo largo de una temporada tan cargada como la europea. Casi al tiempo que escribía estas líneas, el ex jugador madridista Zan Tabak comentaba durante la transmisión del partido Morabanc Andorra-Unicaja que la temporada en Europa puede llegar a ser más dura que en la NBA. El gran jugador croata puede hablar con conocimiento de causa, pues además de su larga carrera en Europa jugó seis temporadas en la liga norteamiericana.
En relación al desgaste de los jugadores hay dos detalles de vital importancia que separan la NBA y Europa. En primer lugar, la trascendencia de cada partido. Los equipos europeos no pueden relajarse apenas, pues la Liga, la Copa y la Euroliga se juegan al mismo tiempo y en cada una de ellas hay fases clasificatorias. Para seguir avanzando hay que ganar durante toda la temporada de manera obligada. Esto dificulta la planificación de los picos de estado de forma, ya que hay que conseguir llegar al máximo a final de temporada, pero también, por ejemplo, y no únicamente, en febrero, cuando se disputa la fase final de la Copa del Rey.
a diferencia de la nba, los equipos europeos no pueden relajarse durante la temporada
El otro factor son la duración y condición de los viajes, teniendo en cuenta que, en ocasiones, toca viajar desde localidades del este de Rusia hasta las Islas Canarias. Las posibilidades de conexiones y el presupuesto de los equipos son mucho menores, el peso de cuya diferencia recae sobre el físico de los jugadores. Y ya lo estamos viendo esta temporada, en forma de, no solo de lesiones, sino de imprecisiones: los jugadores del Barça-Valencia perdieron ayer el balón treinta veces, una cifra más propia de un partido de categoría júnior.
De ahí que, para realzar la importancia de las plantillas bien armadas, los estadounidenses, siempre tan mercadotécnicos y amantes del relato, han dignificado el papel de los suplentes dotándoles de un nombre que sugiere hazañas de película: la segunda unidad. El baloncesto español hizo lo mismo hace decenios con matices más berlanguianos y menos hollywoodenses, ya que mis antecesores aludían a los que están fuera del foco como el carrito del pescado. Y ciertamente, el origen de la expresión en el contexto baloncestístico y la intervención de sus protagonistas merecen ser contados. Pero eso, queridos amigos, será otro día.
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Deseando ya escuchar lo del "carrito del pescado". El éxito de Zidane se debe precisamente a comprender esta filosofía y aplicarla al fútbol. Un abrazo
Bravo comentario. Los que hemos sido tanto primera como segunda unudad, en mi tiempo jugador titular o de banquillo sabemos muy de la importancia de toda la plantilla, siempre preparada para defender el fuerte en cualquier circunstancia.
Acaso el 1 no es muy importante en el mus? Y sin embargo tiene el más bajo valor absoluto...