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La sonrisa del futuro

La sonrisa del futuro

Escrito por: Antonio Valderrama29 agosto, 2023
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Estábamos en Sanlúcar el domingo. Al mediodía, como el Papa ya había bebido, pedimos la primera manzanilla y luego seguimos paseando por el centro. Estaba atestado de gente, no sólo era el último domingo de agosto sino también el último día que había carreras de caballos entre Bajo de Guía y Las Piletas, un acontecimiento extraordinario que convierte la desembocadura del Guadalquivir, cada verano, en el Longchamp de los jockeys de Degas. En una de las bocas de la plaza del Cabildo nos topamos con varios manteros que exponían en el suelo la que quizá sea la mercadería callejera más cotizada en los veranos del sur de España: un montón de camisetas de equipos y selecciones de fútbol, españoles e internacionales, de todos los colores. Las sábanas blancas parecían mosaicos con teselas rojas del Manchester United y del Arsenal, blancas del Madrid y el Sevilla, azulgranas del Barcelona y del PSG, azules del Inter, rojinegras del Milan, celestes del City, verdes del Betis. Entre la policromía, destacando visiblemente, muchos rectángulos amarillos, algunos con ribetes azules, otros con franjas negras que recordaban al viejo Peñarol.

Benzema Balón de Oro Arabia

Pero no eran camisetas del Peñarol, que pertenece al pasado, sino del Al-Ittihad. Eran camisetas de Benzema. ¿Qué niño español, hoy, conoce siquiera el nombre del Peñarol de Montevideo? Montevideo ya no significa nada en el mundo del fútbol, al menos en Europa, que es lo único que importa. Las ciudades de moda ahora son Riad y Yeda. La capital de Arabia Saudí es ahora Londres, la ciudad de los mil equipos de fútbol. Entre Riad y Yeda se ha formado un cuadrangular de clubes archirricos que está succionando todo el talento del fútbol europeo: veteranos y noveles, estrellas en su prime como dicen ahora los chavales, Balones de Oro vigentes o en potencia, promesas veinteañeras, jubilados y mediopensionistas. Al-Ittihad, Al-Hilal, Al-Nassr, Al-Ahli, los hombres van calando en la imaginación de la gente, empezando naturalmente por los niños, que son la punta de lanza de toda modernidad. Los saudíes se lo están llevando todo y quien se acerca peligrosamente a esa irrelevancia que de facto condena el antaño memorable fútbol sudamericano a un lugar secundario del panorama mundial, es, por primera vez desde que un inglés le dio una patada a un bote, Europa.

Quien se acerca peligrosamente a esa irrelevancia que de facto condena el antaño memorable fútbol sudamericano a un lugar secundario del panorama mundial, es, por primera vez desde que un inglés le dio una patada a un bote, Europa

Junto a uno de los puestos de camisetas montaba guardia un bigardo negro de casi dos metros. Vestía la camiseta del Manchester United con el siete a la espalda, por supuesto de Cristiano Ronaldo. Nos plantamos delante y le pedimos la del Al-Nasser con el siete azul del segundo mejor jugador de la historia del Real Madrid. Él nos miró y sonrió con esa sonrisa ancha y luminosa, tan blanca como el cielo de Sanlúcar en ese mediodía, de los negros de bronce como Vini o Camavinga. Al lado estaba el 9 de Benzema en letras negras sobre fondo tan amarillo como el desierto al que todos se están yendo a jugar, y me quedé pensando en lo que implica un cambio tan fulgurante como el que estamos viviendo en un juego, el fútbol, que lleva más de medio siglo siendo, quizá, uno de los símbolos culturales de Occidente.

Aficionados camisetas diversos equipos Cristiano Ronaldo

Cuál no será el legado de tipos como Cristiano Ronaldo o Karim Benzema para que, años después de haber abandonado el Real Madrid, las camisetas de los equipos de chichinabo a los que se han ido a jugar sigan vendiéndose aquí, en cualquier lugar de España. De Cristiano se han seguido vendiendo camisetas de la Juve y del United como de Raúl, me acuerdo bien, todavía se vendían camisetas suyas del Schalke 04 o de aquel equipo qatarí, el Al-Saad, al que se fue hace ahora diez años. Este tipo de reflexiones me suscitan una mezcla de orgullo y tristeza, pues al fin y al cabo estas evidencias no significan otra cosa que la degeneración acelerada del proceso de museificación en el que el continente en que vivimos, el viejo continente, lleva inmerso desde hace tiempo. Los pueblos que siempre han vivido en la periferia del centro del mundo ahora son muy ricos o aspiran a serlo. Chinos, indios y árabes sufrieron durante siglos al europeo arrogante y sobre todo, superior, financiera y tecnológicamente superior. Ahora les ha llegado el momento y no se puede hacer otra cosa que resignarse, o apartarse discretamente del camino, a título individual.

Estamos ante una revolución completa de lo que entendíamos por fútbol, una transformación que está sucediendo a toda velocidad. Florentino lo anunció cuando presentó la Superliga

Pero también empecé a pensar en otra cosa. A Arabia, desde que se fue Cristiano en el invierno pasado, han comenzado a irse, de golpe, muchas grandes figuras que tienen algo en común: son campeones de Europa. Sadio Mané, Mahrez, Neymar, Firmino, Kanté, Mendy, Brozovic, todos han ganado el mejor torneo inventado por el hombre o, por lo menos, han llegado a la final. Todos ellos lo han hecho con el Madrid, el Liverpool, el Barcelona, algunos con el Chelsea o el City, pero en general casi todos con equipos de tradición y solera, de ahí que a pesar de que se marchen muy lejos, a una liga irrelevante de esas que antes sólo atendíamos cuando nos abríamos una cuenta en una casa de apuestas online y en seguida nos viciábamos con las cuatro perras que invertíamos, la gente siga comprando sus camisetas. Es decir, son figuras que han dejado una huella en la memoria de los aficionados por, fundamentalmente, jugar en clubes cuya grandeza radica en la vinculación sentimental con los habitantes de los viejos Estados-nación de Europa.

Neymar Arabia

Cuando el fútbol era una traslación no cruenta de la guerra al deporte y representaba la emoción íntima del español de provincias o del inglés proletario, sus héroes lo eran porque sublimaban la realidad cotidiana de un tipo de persona concreta, adscrita a un contexto geográfico o político determinado. Ahora que sólo el dinero ilimitado del petróleo sostiene el galope desbocado de la industria del fútbol hacia la nada, incluso los chicos con todo el futuro por delante de las ligas española, italiana o francesa se marchan allí a hacerse de oro. ¿Qué tipo de iconografía puede surgir de ahí? ¿Qué clase de ídolos? ¿Cuáles serán sus legados?

Los niños empiezan a no soñar con jugar en el Madrid, sino con ser, como Ronaldo y Messi, figuras independientes, sociedades limitadas de inversión y patrimonio desvinculadas por completo de esos viejos escudos, himnos y colores, a los que crecimos amando

Sin duda, estamos ante una revolución completa de lo que entendíamos por fútbol, una transformación que está sucediendo a toda velocidad. Florentino lo anunció cuando presentó la Superliga, pero su modelo, al menos el que explicó entonces, sólo se diferenciaba del galacticismo incontestable de los árabes en una cosa: el centro del espectáculo seguía siendo Europa. Que el fútbol, una creación puramente europea cuya proyección universal se consiguió gracias a la Copa de Europa, la Copa del Mundo y la Eurocopa, todos ellos inventos francobritánicos (sólo el Madrid, siempre el Madrid, estuvo, transubstanciado en España, en donde había que estar para fabricar uno de ellos, seguramente el más importante, la Coupe des Clubs Champions Européens) asociados a la expansión económica que siguió a la Segunda Guerra Mundial, deje de “ser” europeo, es un cambio de consecuencias imprevisibles. El gran dinero del inframundo ya controla los organismos rectores y el show, en esencia, es lo que dice Ángel del Riego en su último artículo en El Confidencial, “un parque de atracciones con vistas al infierno”. La sonrisa pura e infantil del mantero cuando le señalamos el siete de Ronaldo puede que ya sea un presagio del futuro: quizá ya él fue uno de esos niños que empiezan a no soñar con jugar en el Madrid, sino con ser, como Ronaldo y Messi, figuras independientes, sociedades limitadas de inversión y patrimonio desvinculadas por completo de esos viejos escudos, himnos y colores, a los que crecimos amando. Quizá la suya sea una sonrisa que presagie el futuro, uno que ya no nos pertenece, si es que alguna vez nos perteneció algo.

Cristiano Ronaldo sonrisa Arabia

 

Getty Images.

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Madridista de infantería. Practico el anarcomadridismo en mis horas de esparcimiento. Soy el central al que siempre mandan a rematar melones en los descuentos. En Twitter podrán encontrarme como @fantantonio

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3 comentarios en: La sonrisa del futuro

  1. No suelo discrepar de Antonio Valderrama y hoy voy a hacerlo. No me cansaré de denunciarlo: el epicentro del fútbol puede ser o no Europa, y tendremos que apechugar porque el mundo no es inmutable.
    Pero la Superliga y el mundo árabe ni se parecen por una razón capital: la autosuficiencia financiera. Para que haya limpieza y justicia se debe competir maximizando unos recursos finitos y con un modelo sostenible.
    Lo que no es de recibo es que el vecino multimillonario se compre un capricho muy por encima del valor que genera, porque eso ya no es deporte, sino un juego de marionetas. Y si el vecino es un dictador que no respeta los derechos humanos, tal vez hay que preguntarse qué oscuros fines le llevan a ese despilfarro.

  2. Muy buen artículo, tristemente el fútbol se encamina a ésto... Por cierto, el Real Madrid no sólo estuvo en la fundación de la Copa de Europa de clubes, también estuvo en la fundación de la FIFA en 1904, único club que lo estuvo, cuando no existía ni la federación española. Nuestro club siempre ha estado en la vanguardia.

  3. No sé hasta que punto llegará lo de Arabia pero a mí lo de clubes estado en Europa como el Qatar Saint Germain o el Abu Dhabi City me molesta mucho más porque a parte del tema de llevarse y pagar jugadores con dinero no salido de ingresos propios como club compiten en torneos europeos con el resto de equipos, luego ya está el Sobornalona que esos entre palancas ficticias y negreira están a otro nivel

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🎂Cumple 33 años el hombre que le enseñó a Bellingham lo que significaba «chilena», el hombre tranquilo que no flaqueará jamás ante un penalti decisivo, el gran @Lucasvazquez91

¡Felicidades!

Lamine Yamal es muy joven.

Enormemente joven.

¿Y?

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👉👉👉 https://www.lagalerna.com/lamine-yamal-es-muy-joven-y/

En el hecho de que @AthosDumasE llame a la que muchos llaman "Selección Nacional" la "selección de la @rfef" encontraréis pistas de por qué no la apoya.

La explicación completa, aquí

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Tal día como hoy, pero de 1962, Amancio rubricaba su contrato como jugador del Real Madrid.

@albertocosin no estaba allí, pero te va a hacer sentir que tú sí estabas.

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