Lo escuchamos todos. El pasado domingo, nada más finalizar el Real Madrid-Sevilla con la victoria local por dos goles a uno (misilazo de Vini mediante), el director deportivo del Sevilla, conocido en el mundo del fútbol por Monchi, se quejó de un posible penalti no pitado a Ocampos. Cuando la entrevistadora le dijo que Butragueño también había visto un posible penalti a Vinícius en el área del Sevilla, Monchi respondió sin variar un ápice su rictus de cabreo:
—Y mi prima también ha visto penalti.
Esta frase pudo parecer casual, una gracieta sin más, como quien hace referencia a las partes pudendas de la Bernarda, pero visto que Monchi siguió entre dientes pronunciando “mi prima, mi prima” con la misma reiteración con la que el niño de El Resplandor susurraba cuchillo en mano “Redrum, redrum”, a este atento observador le surgió una duda. O varias: ¿existía realmente esa prima? ¿Tenía Monchi una prima que actuaba a modo de conciencia dictándole lo que su ceguera antimadridista le privaba de ver? O bien, sabedores todos de su afición al parné, ¿realmente se lamentaba por una supuesta prima que dejaba de cobrar el equipo al verse privado de la victoria?
El caso es que me puse en marcha para averiguar qué había de cierto en esa prima fascinante y gracias a diversas pesquisas fui capaz de hacer este reportaje, tan digno del Pulitzer como el ensayo de Francesc Aguilar sobre el efecto de los Black Eyed Peas en la victoria del Madrid en Cardiff 2017. O tan veraz como aquel artículo de Iván San Antonio sobre el fundador que nunca fue de una peña madridista que jamás visitó en Benidorm.
Para ello me puse en contacto con mi cuñado, el cual veraneaba en su día en San Fernando, provincia de Cádiz, o Cái para los locales, quien a su vez me puso con Cisco, del Bar Los Pacos, casado con Laura, cañaílla de pro, la cual, hete aquí, había sido compañera de colegio de Juana, la (ahora) famosa prima de Monchi. “La Juani, claro que la conozco”, me dijo Laura. Me felicité por mi proeza y tras vencer ciertas reticencias de la buena mujer, mantuve esta entrevista con unos finos de Jerez de por medio en el famoso bar El Tapeíto.
Perdona que te lo pregunte, Juani, pero la primera es evidente: ¿es cierto que le dijiste a Monchi que hubo un penalti a Vinícius?
Pues claro que sí. Mira, (rebusca con el dedo en sus chats de WhatsApp), aquí lo tengo: “Monchi, Moooonchi, no te pongas a piar hoy del árbitro que te conozco, que también ha habido un penalti a Vinícius”.
¿Y eso por qué? Quiero decir: ¿qué te mueve a escribirle en mitad de un partido, eres una especie de voz familiar de su conciencia?
Viene de algún tiempo a esta parte. De cuando volvió con las orejas gachas de la Roma. Le dije que tenía que aprender a moderar su comportamiento si quería que le respetaran más en el fútbol español. Que solo abría la boca para hablar de los árbitros cuando jugaba contra el Madrid y que se le notaba mucho que todavía le dolía que lo rechazaran en su día.
¿Tú crees que su rabia le viene de ahí? Si tampoco es que Monchi hiciera una gran carrera como portero, ni que se le viera un gran futuro.
¡Ninguno, ja, ja, ja! En la familia nos reíamos un poco de la situación: ¿este año debutas, chiquillo? ¿Este año la rompes ya de una vez? Porque llegaba siempre presumiendo de ser “jugador de la Primera División”, como él decía, se le llenaba la boca y no había jugado ni una docena de partidos en seis años. Qué chollo, le respondía yo, cobrar sin dar un palo al agua, te pareces a los del comité de empresa de la fábrica del tío. Apenas cincuenta partidos de Liga en toda su carrera, pero lo llevaba bien, con dignidad.
¡Y tanto, lo que habría dado yo por jugar la mitad de partidos como profesional! O por jugar uno solo con Maradona como compañero. Monchi empezó a ser conocido porque era ese tipo que salía siempre al lado de Bilardo, ¿no? Que ponía carteles para tapar al argentino y cosas raras por el estilo.
Sí, bueno… en realidad se hizo famoso por el programa de Alfonso Arús Al ataque, que empezó con una sección llamada La vida de Monchi en la que le ponían de imbécil integral.
Lo cierto es que nunca me hizo ni pizca de gracia, pero es que tampoco sé de dónde partió, porque Monchi, por lo que yo sé, no tiene un pelo de tonto.
¡Ni uno! –me espeta de modo enérgico mientras se aprieta una tapa de salmorejo-. Un poco venao en ocasiones, vale, pero de tonto nada. Mira, voy a contarte una anécdota de aquellos años. Andaba fastidiado por la imagen que se estaba dando de él en el programa de Arús, y un día me preguntó: “Juani, ¿tú crees que soy tonto? Dime la verdad”. Y yo le contesté como había visto en la película esa de “ForesGun”: “tonto es el que hace tonterías, primo, y tú no las haces, así que no te preocupes que todo eso se pasará”.
Llegaba siempre presumiendo de ser “jugador de la Primera División”, como él decía, se le llenaba la boca y no había jugado ni una docena de partidos en seis años
Que fue lo que ocurrió, cuando empezó a tener éxito como director deportivo.
Ahí está el final de la anécdota. Cuando ya trabajaba en el Sevilla y empezó a protestar que si el Madrid esto, que si el Madrid lo otro, ¡que retiro al equipo del campo!, todo eso tan aparatoso, le tuve que decir: “mira, Monchi, tonto es el que hace tonterías, pero si no dejas de decir gilipolleces van a pensar que eres gilipollas”.
Ja, ja, ja. Cierto, sabia reflexión.
Como veía que se animaba a largar y que aquí la prima tenía buen diente, pedí unos bigotudos y unos exquisitos montaditos Roque junto con otro de esos vinos dulces de la zona que tan deleznables resultan a mi poco refinado paladar.
Es que hay cosas que se pueden evitar. Como lo de pretender ser una estrella del fútbol haciéndote llamar Monchi, es absurdo, es como… no sé, aspirar al Balón de Oro llamándote Pedri o Rodri, absurdo, ¿no?
Eeeeh… no sé bien cómo contestar a eso.
O lo de contar en una entrevista que fuiste a la Ciudad Deportiva del Madrid a hacer unas pruebas como portero y no te llevaste los guantes, ¡es que así no vas a llegar a ningún lado, primo! ¿Te imaginas a Messi contando que le rechazaron en la cantera del Barcelona porque se había olvidado las botas? ¿O porque llevaba semanas sin tomar la hormona de crecimiento? Pues si te pasó, no lo cuentes al menos.
Pero ya que sacas el tema de la prueba con el Madrid, ¿crees de verdad que eso influyó en su odio, su rabia hacia el Madrid? No me lo creo, ahí tuvo que haber algo más.
Fueron las influencias. Luis Cuervas, Joaquín Caparrós, Pablo Alfaro, todos odiadores profesionales del Madrid, ese del sombrero que estuvo en chirona…
Del Nido, José María del Nido.
¡Ese! Siempre hablaba de él como Tonjaguen, pero nunca supe qué quería decir. Y un día me dijo: “ya no es Tonjaguen, ahora es Maikel, se los ha cargado a todos”.
Uf, discrepo en los estilos. Y en este tiempo, desde que volvió de Roma, donde no tuvo suerte, ¿crees que te hizo caso, que ha moderado su actitud?
Lo intentó, protestó un poco con el Barcelona cuando le hicieron las guarradas de costumbre, no quería que pareciera que solo protestaba con el Madrid, pero se le veía incómodo y enseguida se fue a pedir disculpas a Koeman por haberle llamado llorón.
Juani: “Monchi, Moooonchi, no te pongas a piar hoy del árbitro que te conozco, que también ha habido un penalti a Vinícius”
Sí, lo recuerdo, o aquella vez que dijo que cuando el Barça juega bien no hay manera de pararlos y que no pensaba hablar de los árbitros, aunque le hubieran tangado. Pero cuando habla del Madrid le cambia el gesto, creo que cierra los esfínteres hacia dentro, tú le ves ante un micro y se comprime, aprieta el entrecejo… en ese entrecejo hay no menos de veinte atmósferas de presión.
Es que… está lo del toro. Bueno, la vaquilla.
¿Cómo? Eso tienes que contármelo –serví otra copa de fino para terminar de animar a esta joya de entrevistada.
Huy, me va a matar como se entere de que te he contado esto, pero… bueno, ha pasado mucho tiempo, ya da igual. En esos años en que jugaba entre poco y ná, hubo unas vaquillas aquí en el pueblo en verano. Y de repente anuncian una: “¡Merengona!”. Era una vaquilla mitad blanca, mitad negra, y Monchi, que lo tenía prohibidísimo por el club que dice: “a esta la vacilo yo por mis muelas”. Quería descargar años de frustración y…
Juani se llevó la mano a la frente con gesto de espanto.
Bueno, bueno, bueno, la tarascada que se llevó. Estuvo dolorido durante meses y en esas que le llama el Sevilla para hacer la pretemporada y Monchi que no podía jugar, que le dolía el alma, ¡pero tampoco podía contar que se había lesionado toreando a una vaquilla! Así que jugó dos o tres partidos de pretemporada con la rabadilla más doloría que Chorchenager en Terminator. Así que no es que se comprima cada vez que le mencionan al Madrid, es que se le aprieta el cóccix por el recuerdo y por algún sitio tiene que aflorar toda esa tensión.
Traté de apuntar todas estas confesiones en mi libreta y seguramente algunas de las palabras no fueron las exactas, pero el caso es que Juani me pareció una mujer cabal, encantadora, que tenía los pies en la tierra… y un sentido común que le vendría muy bien a su primo, el que se hace llamar “El León de San Fernando”. O de “San Apretando”… Mil gracias, Juani, por esta falsa entrevista.
Nadie mejor que un entrenador para saber como están sus jugadores y que necesitan por el bien del equipo. Disponen de una información que galernistas y galernautas no tenemos.
Cuando veo tanta insistencia sobre que Ancelotti debería rotar más, poner a este, al otro y al de la moto, tengo claro que obedece básicamente a dos motivos; interés en que jueguen por amistad con el jugador o representante, crítica que servirá de parapeto para el máximo mandatario de la entidad (por aquello de tener muy buenos jugadores a los que no se les ha sacado rendimiento) en caso de malos resultados.
El otro , algo peor, es la ignorancia.
Tampoco hay que olvidar otro (motivo); es la necesidad de tener temas que ocupen espacio. Ese es recurrente y da, relativamente, juego.
Como futbolista para mi Monchi siempre sera el portero suplente del Sevilla del cual Alfonso Arus hizo un personaje cutre salchichero. Mas alla de mis ceomos Panini nunca le vi y eso que veia estudio estadio todas las semanas...no salia ni en La jugada de Canal Sur...
Con respecto a su andadura en la secretaria tecnica....pues un tio muy competente para equipos con un nivel de exigencia media o media alta, pero que estaria por ver como seria su trabqjo en un club como el Real.
En cualquier caso en Sevilla siempre han tratado de compararse con Madrid y con su Real y ese complejo trae envidias y salen, vaya si salen. Personajes como Caparros o Alfaro o el propio del Nido le preceden
Absolutamente hilarante, mis felicitaciones, amiguete. No se puede describir mejor lo que es este sujeto.
Probablemente, el peor portero que ha vegetado por la primera división española. Y como director deportivo, pues como todos, con aciertos y con errores, pero con una prensa servil y lacaya que únicamente canta sus éxitos. Eso no le valió en Roma, donde aún le esperan para hacerle hijo predilecto de la ciudad.
Me he descojonao vivo llegando al punto de la vaquilla...
El primo de la prima de Monchi comete tonterías y hace gilipolleces. Es culetufo-palangana.
El resentimiento de Monchi para con el RM es enfermizo.
Muy bueno, ameno y deviertido, Amiguete Barney :-).
Antes de que nombraras al susodicho Ivan San Antonio, yo mismo estaba pensando en ese mismo artículo. He de decir que este artículo que ha escrito usted me parece más creíble que aquel que perpetró el sujeto este.
Jajajaja
Buenísimo
Muy bueno
Muy bueno Amiguete.
No es un Dejavu pero como si lo fuera. Veo claramente cómo este imbécil, que ya debía ser tonto, antes que sus padres fueran novios, se le resbala de las manos a la matrona y se daña seriamente una de las dos neuronas que debe tener. Como dice el magnífico humorista, el Comandante Lara, una mas que un caballo, para no irse cagando por las calles.
Cachondeese de su p.m.
Que no, mal pensado, que no eso en que piensa, sino en su prima Manuela.
Deje de hacer el idiota y de tratar de mofarse de una persona más válida que usted, de aquí a Lima y volver.
Como si ustedes no supieran que son una panda de corruptos.
La Juani es una mujer de pro y si ha Monchito le hubiera dado alguna que otra colleja en más de una ocasión ahora sería un hombrecito más centrado.
El nivel del antimadridismo es bajisimo
Subterráneo.