A veces ocurren estas cosas. Tiene que pasar algo de tiempo, observar con detenimiento varias veces la jugada, analizar las repeticiones (cuando las haya) hasta caer en la cuenta de que estamos ante una obra de arte como ‘La Mona Lisa’ de Leonardo da Vinci o, por ejemplo, ‘Los Relojes Blandos’ de Dalí. Algo así sucedió el pasado sábado en el Santiago Bernabéu cuando el Real Madrid anotó el segundo gol del partido ante el Valencia. Lo hizo Vinícius, tras combinación con su ya inseparable socio en la delantera, Karim Benzema. Y pensar que hubo un tiempo en el que varios medios quisieron dinamitar esa relación sacando de contexto unas supuestas palabras del francés en el descanso de un encuentro. Afortunadamente no lo consiguieron y su química en el terreno de juego no ha hecho más que ir en aumento. Al final, los buenos se entienden.
Corría el minuto 50 de partido, los blancos buscaban el segundo tanto para poder mirar con cierta suficiencia lo que restaba de partido. El brasileño recibió el balón en su banda, se internó hacia el centro, se apoyó en pared con Benzema y, cuando parecía que la jugada se había desvanecido ante la llegada de los dos centrales valencianistas, de repente, el balón volvió a emerger franco en el área pequeña para que Vinícius con una sutil definición dejara clavado a Cillessen. Para todos los mortales, aficionados en las gradas incluidos (puede dar buena fe el jefe Jesús Bengoechea), pareció que el delantero blanco se quedó mano a mano con el meta neerlandés por una sucesión de afortunados rebotes que facilitó el gol del carioca. El tiro de cámara de la retransmisión tampoco favoreció que se apreciara la belleza del recurso técnico de Vinícius debido al bosque de jugadores ‘che’ que rodeaban al futbolista madridista.
El tiro de cámara de la retransmisión tampoco favoreció que se apreciara la belleza del recurso técnico de Vinícius debido al bosque de jugadores ‘che’ que rodeaban al futbolista madridista
El desarrollo de la jugada es tan imprevisible que solo los genios pueden imaginar llevar a cabo ese sutil toque para realizar un autopase a Alderete y Diakhaby y quedarse solo frente al guardameta valencianista. En serio, hagan por verlo si, por alguna extraña razón, aún no lo han hecho. La acción combina velocidad para enlazar con Benzema, reflejos para, una vez que el balón toca en el central rival, tener la habilidad de arrastrar con suavidad el balón, con la fuerza suficiente, precisa, para que el cuero no se fuera largo hasta los dominios de Cillessen sino que fue un toque totalmente controlado para que el autopase dejara el esférico en la pierna derecha de Vini que, lejos de ponerse nervioso como antaño, alojó el balón en la red con un disparo que más bien pareció una asistencia a las mallas.
Una jugada de absoluto genio, propia de un fuera de serie que encuentra una solución inmediata a cada obstáculo que el desarrollo de la jugada le plantea. Una habilidad solo apreciable en los elegidos, en los futbolistas que dominan la pelota como ya me gustaría a mí dominar el teclado. El gol, que no pasará a la historia por haber supuesto el pase en una eliminatoria de Champions o por conseguir un título, dejará a un lado la importancia del valor para dejar paso al recuerdo de su factura. Belleza pura. Y de eso, de que no caiga en el olvido, nos debemos ocupar los medios y los aficionados. Es fácil recordar la jugada de Redondo (que culminó Raúl) en Old Trafford, la maniobra de Benzema (que culminó Isco) en el Vicente Calderón —ambos supusieron la clasificación para la siguiente ronda— o el oportunismo de Mijatovic en Ámsterdam. Los goles tildados de obra de arte deben trascender más allá de la importancia que supongan en la historia del club o en lo que colaboren para conseguir títulos más o menos importantes. No todos los tantos tienen que ser el ‘aguanís’ de Raúl frente al Vasco de Gama, la volea de Zidane en Glasgow o la chilena de Bale en Kiev. No todos pueden aunar belleza y alcance, pero eso no significa que no merezcan dar la vuelta al mundo, que queden alojados en nuestro recuerdo y que le demos el sitio que merecen.
solo los genios pueden imaginar llevar a cabo ese sutil toque para realizar un autopase a Alderete y Diakhaby y quedarse solo frente al guardameta valencianista
Lo que este gol también pone de manifiesto es que Vinícius ya es una realidad. No es que antes no lo fuera pero ahora lo es a ojos de todo el mundo. Esa forma de resolver partidos incluso cuando no ha sido su mejor actuación durante el encuentro dice mucho de la madurez y la concentración que son capaces de hacinar los cracks. Ha nacido una estrella, que diría Bradley Cooper, y el madridismo (también el descreído) empieza a ver en Vini un activo de muchos quilates capaz de abanderar al equipo durante los próximos años junto a Kylian y, ojalá, Haaland (o Jolan).
Fotografías Imago.
No nos liemos. Éste gol no pasará a la historia porque lo marca un tío del Real Madrid. Fijaos la chapa que nos han dado durante años con el gol de Messi al Getafe.
La verdad que es un golazo estilo Messi, este tenía una gran capacidad de llevarse los rebote y saber donde iba el balón, metiendo la bota justo para llevarse el rechace del defensa, pero aquí sólo hay un rebote, y el toque es sutil anticipándose. A la altura del mejor gol del argentino en esa modalidad "barullo"
Vini y el Madridismo ya nos merecíamos(después de las mofas)que la calidad saliera a relucir.Ésto dice del optimismo y la profesionalidad con la que este chico afronta su trabajo
Que siga la magia...
Los comentaristas de ESPN intentaron quitarle todo el mérito posible. Uno dijo que era un “regalo” de los defensas; el otro añadió: “Además, pierde el balón y luego se lo encuentra por casualidad”. Su antimadridismo les ciega. Les pagan para comentar y lo hacen así de mal; pero como muy bien dice el artículo, y muestran las imágenes que habéis puesto, ni pierde el balón ni lo recupera por casualidad; lo hace como consecuencia de ese toque sutil totalmente intencionado. ¡Grande Vinicius!
(*) ¡Grande, Vinicius! … Con la coma del vocativo.
¡Qué calidad y velocidad!
Para el q ha jugado sabe q eso es rapidez mental y una técnica de crackkkkk!!!...
Si este gol lo hubiera metido Enchufati, el hormonado, Super Pedri, Hacha Brava Gavi, Pufao Felix o similar, tendríamos gol hasta en la sopa; pero lo ha metido uno del Real Madrid... encima ha sido ese tal Vini Jr... ¡Nah!... rebotes y tal; mucha suerte.
Este chico es un CRACK.
En Vomitar uno que habla y que jugó al fútbol dijo que había tenido suerte. Vini es un genio y lo tenemos que disfrutar. Es nuestro.
Que mal comentarista es este señor argentino kike Wuol según parece que el único jugador bueno es vomito Messi, desafortunada mente es el que siempre comenta los partidos del Real madrid que mediocres que son juuu, nunca reconocerá los méritos del Real madrid y menos que vini crack es un fenómeno
Pues Kike Wolff jugó en el Real Madrid, así que si él no reconoce sus méritos no sé quién lo va a hacer.
Marcelo y Vinicius son dos brasileños, llegados muy jóvenes y lejos de la posterior popularidad alcanzada , que recién incorporados al club despertaron mis simpatías . Por su descomunal talento, su alegría, por su deseo de triunfar en lo deportivo , su perseverancia y por su amor al club. La justicia y la gratitud son valores inculcados por la familia y el colegio privado.
La justicia y la gratitud son valores inculcados por la familia y el colegio privado. Obviamente en lo que concierne a mi persona.
Quizás sería más correcto expresar: "en lo que a mí concierne".
Madridismo y sintaxis sería el único tatuaje que podría tener cabida en mi piel.
Es uno de los recursos más maravillosos e inesperados que he visto nunca en un delantero para deshacerse de dos defensas en un instante. Ni en modo matrix, a una velocidad centésima, se nos podría ocurrir a los mortales ese recurso. Este chico es un genio. Disfrutemoslo. Y el que quiera seguir viendo rebotes, qué triste vida tiene.