Que la educación española no alcanza el nivel de mediopensionista no cotiza. Ni siquiera es noticia. En el último informe PISA se confirmó lo evidente: hemos perfeccionado la crianza de analfabetos. Y los golpes en el pecho gubernamentales no hacen sino confirmar la ignominia: nos quieren dúctiles y manejables, no tengan dudas.
Uno de los factores clave de esta debacle enquistada es el arrinconamiento del aprendizaje memorístico en favor de la enseñanza competencial y la priorización emocional. Signifique lo que signifique eso. La deriva se cimienta en dos pilares: el menosprecio por la Historia —no sea que descubramos el decorado— y el vapuleo a la meritocracia —en el barro, la suciedad nos iguala—.
En el último informe PISA se confirmó lo evidente: hemos perfeccionado la crianza de analfabetos
Las consecuencia de todo ello también se refleja en el fútbol, como no podía ser de otra manera. Denostada la memoria, postrada la Historia, no es de extrañar que a menudo hayan cicatrizado ciertos mantras a los que se les ha otorgado categoría de verdad cuando no son más que propaganda averiada. Veamos algunos ejemplos que afectan al Real Madrid.
El primero y más recurrido: ‘Es el equipo del Régimen’. ¿Pero de qué Régimen? Cualquiera que revise la hemeroteca y los libros podrá comprobar cómo los blancos —despojados del carácter ‘Real’, eso sí— comenzaron a ganar potencia nacional durante la II República, años en los que conquistaron sus primeras Ligas e hicieron un equipo de época basado en los irreductibles Zamora, Ciriaco y Quincoces. No sólo eso. Finalizada la contienda civil, y después de no llegar a un acuerdo con el nuevo Gobierno porque en Chamartín no se quiso renunciar a la propia identidad, fue el Atlético de Madrid el que recibió el nombre, Aviación, y el favor del régimen. Sólo han de rascar un poquito y comprobar las verdaderas relaciones de Bernabéu con Franco y los suyos. El mítico presidente nos dejó una pista cuando soltó aquello de “Cuando oigo que el Madrid es el equipo del Régimen, me dan ganas de cagarme en el padre de quien lo dice”.
Lo segundo y no menos llamativo: cuando se recuerda la llegada del fútbol total a España, de escuela holandesa, casi cualquier aficionado menciona a Johan Cruyff. Empero, sin restar un ápice de mérito a las aportaciones del Flaco, a menudo se olvida que, unos años antes, Leo Beenhakker dirigió la orquesta más divertida que nunca se había visto en un terreno patrio: la Quinta del Buitre. Aquella generación no sólo convirtió el juego en arte, sino que se ganó el privilegio de formar parte de un movimiento cultural. El Madrid de Beenhakker representó el triunfo de la movilidad y el talento sobre la táctica y la pizarra. El justo reconocer la trayectoria del Barça de Cruyff (si le restamos los robos de Tenerife, claro), pero nunca podrá decirse que fue el pionero de un estilo exitoso de libre albedrío que, además, todavía posee el récord de las cinco Ligas consecutivas. Y sin necesidad de maletines.
No permitan que nos sisen la verdad: duden, revisen la Historia, quiten el polvo de la envidia al escudo de su club y ejerciten la memoria. Sólo así se mantiene viva la grandeza
Y lo tercero y más reciente: El Negreirato. La última corriente negacionista del escándalo insta a los madridistas a olvidar el asunto, a no ejercer su digno y merecido derecho a la memoria para recordar cómo durante 17 años prostituyeron la competición. Aquí alguien gozó mientras otros pagaron la cuenta y ni siquiera se puede levantar la mano. Pues no, faltaría más. Pusimos la cama, pero el fútbol no puede resignarse a pasar página sobre un hecho tan lamentable. El deporte, como la mujer del César, debe quedar fuera de toda sospecha si aspira ser realmente, ya no creíble, sino sostenible a largo plazo.
No existe mejor asidero de la pasión que la razón. Bailar con la más guapa y que nadie lo discutiera siempre resultó una satisfacción por partida doble, hay cosas que no cambiarán jamás. Por tanto, no permitan que nos sisen la verdad: duden, revisen la Historia, quiten el polvo de la envidia al escudo de su club y ejerciten la memoria. Sólo así se mantiene viva la grandeza. Y, de paso, la cordura.
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Todo ésto del equipo del régimen sale del nacionalismo catalanista y por lo tanto culer y según mi modo de ver si hubiera que poner los puntos concretos en los que se ha basado éste libelo antimadridista yo pondría cinco :
- La muerte de un presidente del farsa a manos del bando franquista.
-La eliminatoria de copa del año 1943
-El fichaje de Di Stefano
-El penalti de Guruceta
-La "frase de Plaza" de que mientras el sea presidente de los árbitros el farsa no ganará ninguna liga o algo así.
Por supuesto todo ésto son mentiras o medias verdades, por ejemplo Plaza nunca dijo eso y el que lo dijo que fué un árbitro apellidado Camacho enfrentado a plaza cuando lo echaron del arbitraje en un medio catalán, y ni siquiera dijo que lo había dicho Plaza sino que lo decía como una simple apreciación suya pero en el imaginario colectivo culer eso ha quedado como "lo que dijo Plaza acerca de que mientras el fuera presidente..."
El resto de puntos son tb propaganda pura en donde cogen lo que más les interesa y lo retuercen para construir su relato omitiendo cuestiones que harían que toda su historia se viniera abajo y por lo tanto no poder seguir victimizandose que es algo que les encanta.