Los recuerdos de la niñez no tienen por qué ser fieles a la realidad. No tengo ningún interés en saber si verdaderamente Milan Jankovic fue o no un fenómeno. Prefiero guardar la excelente sensación que me produjo su paso por el Real Madrid. No quiero borrar esa imagen de Terminator delicado que transmitía el serbio cuando manejaba la batuta del equipo blanco con gusto exquisito.
Su aspecto llevaba a engaño, tras una pose un tanto frankenstiniana se ocultaba un talento descomunal pleno de creatividad racional. Como bien lo describió Alberto Cosín, Milan Jankovic fue un cerebro para la Quinta del Buitre.
El estado yugoslavo que vio nacer como futbolista a Jankovic era muy suyo para ciertas cosas y no ofrecía facilidades a sus deportistas para ejercer su oficio en el extranjero hasta que no tenían cierta edad. El rendimiento de Milan en el Estrella Roja sirvió para que clubes importantes de Europa se fijasen en él, entre ellos el Madrid.
Este interés se acrecentó después de la eliminatoria de Copa de Europa que ambos clubes disputaron la campaña 1986-87. El Madrid llegaba tras haber eliminado a la Juventus en octavos aquella noche mítica de un Paco Buyo que se mostró sublime en la tanda de penaltis. En cuartos, los vikingos cayeron 4-2 Belgrado (gol de Jankovic incluido), pero remontaron en el Bernabéu merced a un tanto —sublime— de Butragueño y otro de Sanchís.
Tras la baja por enfermedad de Valdano, Mendoza se presentó en el Bernabéu con un casi desconocido Milan Jankovic
La temporada siguiente, Valdano causó baja por enfermedad, Beenhakker le pidió a Mendoza el fichaje de Jankovic y don Ramón se presentó con él en Concha Espina tras abonar 52 millones de pesetas en concepto de traspaso. Era abril, el Madrid había caído en Alemania frente al Bayern 4-1 en Copa de Europa y tenía por delante el play-off que inventaron aquella liga.
Para muchos aficionados era un desconocido. O casi. El técnico holandés ya avisó: «Es un jugador con muchas ideas y no va a tardar en adaptarse al fútbol español». Hugo Sánchez fue contundente: «Bastan diez minutos para ver que tiene nivel Real Madrid». Y Sanchís declararía tiempo después: «Jankovic no era rápido, ¡ni siquiera ligerito!, pero su cabeza era capaz de imaginar un fútbol veloz y sus pies capaces de llevarlo a cabo».
Milan llegó chamartinizado, a tenor de sus declaraciones antes del primer encuentro en el que fue convocado. El rival era el Barcelona y el yugoslavo afirmó que tenía ganas de debutar frente al segundo mejor equipo de España. Aunque su estreno se pospuso al choque contra el Sporting de Gijón que los blancos ganaron gracias a un tanto del nuevo fichaje.
Jankovic era un futbolista más posicional que dinámico cuya inclusión en el engranaje del centro del campo madridista aportó un equilibrio instantáneo desde el principio. Lubricaba el juego con pases y apoyos precisos, tanto en corto como en largo, que facilitaban enormemente el funcionamiento del Real Madrid. Además, exhibía un buen golpeo a puerta desde lejos. Era un futbolista conciso que no se complicaba en exceso, pero a la vez imaginativo. El serbio armonizó la música que interpretaba la Quinta del Buitre.
Jankovic fue fundamental en el final de aquella liga que terminó en las vitrinas vikingas, en pocos partidos se ganó a la afición gracias a un juego eficaz y sin artificios, pero sin renunciar a la espectacularidad cuando era posible.
Jankovic armonizó la música que interpretaba la Quinta del Buitre
La siguiente temporada no comenzó bien, Milan se rompió el menisco en pretemporada y se forzó la máquina con su recuperación, que llegó antes de lo que habría sido prudente. Aun así, Jankovic comenzó de maravilla, marcando goles y manejando el juego del Madrid desde su posición de director de orquesta.
Pero la poca paciencia con la que se manejó su lesión tuvo consecuencias. Milan se arrepintió de ello y según avanzaba la temporada alternaba grandes partidos con actuaciones menos brillantes a causa de las molestias en su rodilla. Su desempeño no estaba siendo tan regular y el serbio temía que ello acabara provocando su adiós del Madrid.
A pesar de que Milan Jankovic tenía nombre de goma de borrar, dejó un recuerdo indeleble
Los blancos volvieron a arrasar en liga. En Europa se había remontado frente al verdugo del año anterior, el Bayern, con golazo de Jankovic. Mendoza declaró que renovaría al yugoslavo. Aquella campaña se cayó de nuevo en Copa de Europa. Esta vez de manera cruenta frente al PSV en semifinales. Mientras tanto, el presidente barruntaba el fichaje de Schuster, que andaba a la gresca con Núñez.
Finalmente Mendoza se decantó por el rubio alemán, la renovación del serbio no llegó a firmarse, y los temores de Jankovic se hicieron realidad. El excelente mediocentro no continuó y la pareja de extranjeros para la siguiente temporada la formaron Hugo Sánchez y Bernd Schuster.
A pesar de que Milan Jankovic tenía nombre de goma de borrar, dejó un recuerdo indeleble.
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Entregas anteriores del serial:
Futbolista para paladares finos, casi tanto como el artículo.
Debió pasarle factura el menisco porque se retiró con apenas 30 años. Dejó una impresión buenísima, y la sensación de que algo se hizo mal. Creo que en algo han mejorado los servicios médicos, aunque casos de estos siguen ocurriendo.
Tengo un recuerdo excelente de este futbolista, que llegó como un desconocido al gran Madrid de entonces, una máquina de jugar al fútbol. Pensé que empezaban a llegar jugadores sin nivel que empezarían a marcar la decadencia de aquel equipazo. Pero me equivoqué: era un jugador fantástico que además de jugar en corto, rompía cuando convenía con pases largos. También tenía un buen disparo. Cuando se habla de que el fútbol le debe no sé cuántas copas de Europa al Atleti, recuerdo la injusticia tremenda de aquel equipazo de la Quinta con la guinda de Jankovic, que se mereció al menos una, y fue eliminado por verdadera mala suerte contra un PSV que acabó campeón... sin ganar un solo partido. Un año en el que no teníamos enfrente al terrible Milán, y mira.
Don Francisco, su memoria no le engaña, los recuerdos de su niñez no son exagerados en lo que se refiere a Milan Jankovic.
"Milan", nombre polisémico que siempre me llamó la atención. ¿Goma de borrar, equipo italiano?
Yo no conocía a este jugador, salvo por la eliminatoria de Copa de Europa que jugó el Estrella Roja contra el Madrid en la temporada anterior, y su rendimiento fue una tremenda sorpresa y una gran alegría.
Con Jankovic, el juego de la quinta del Buitre fluía de manera natural. El balón no se retenía en el centro del campo, y llegaba siempre al compañero mejor situado, en uno o dos toques.
No era un jugador espectacular, pero aquel Madrid nunca jugó mejor que cuando la batuta del juego la tenía Jankovic.
Siempre lamenté que Mendoza no le renovara y que fichara a Schuster. Este sí que era una estrella, y su fichaje era muy goloso porque se lo arrebatabas al Barcelona. ¿Qué podía salir mal?
Sin embargo, el Madrid de la Quinta nunca volvió a funcionar como una orquesta. Para mi, el Madrid jugaba mucho mejor con Jankovic que con el alemán de carácter peculiar. Bernardo se marchó del Madrid al cabo de dos temporadas para acampar en la ribera del Manzanares.
Me quedo con el excelente recuerdo que nos dejó Milan Jankovic en tan poco tiempo.
Saludos.
Yo era un chaval, socio, disfrute con la quinta del buitre y recuerdo perfectamente a Jankovic, me pareció un futbolista maravilloso que no tuvo demasiada suerte pero dejó un muy buen recuerdo,tenía una clase impresionante
Y una persona elegante. Recuerdo una entrevista "de despedida" que le hizo García donde decía que entendía que no le renovaran porque llegaba un jugador mejor que él (Schuster). Me dejó marcado esa modestia, quizás excesiva.
Yo era muy joven pero recuerdo la eliminatoria contra el Estrella Roja y Jankovic llamaba mucho la atención. Su primer partido de blanco fue en El Molinón y marcó. Era un jugador sensacional, siempre con la cabeza levantada, gran pase largo, gran disparo… una pena las lesiones. Discrepo con lo de Schuster, el alemán era un fuera de serie aún mejor que Jankovic. Con Schuster el Madrid jugó de maravilla. No fallaba un pase y era un excelente lanzador de faltas. Como durante gran parte de la historia del club se fichó muy tarde aún así era un privilegio verle jugar. Otra gran batuta sin duda.
Nunca jugó mejor, colectivamente, el Madrid de la quinta como en el periodo en que Jankovic comandaba el centro del campo del equipo, era un verdadero espectáculo . Una pena que durará tan poco.