El cerebro de Zadar que gana batallas
Los que saben de fútbol suelen explicar que la clave de un equipo está en el centro del campo, en la medular, que dirían los clásicos. El medio es la madre de todas las batallas, el espacio donde se dirime la suerte de un partido.
Si damos por buena esa teoría, se explica mejor la obsesión que han tenido desde siempre los entrenadores en poblar ese espacio con buenos jugadores, futbolistas que por sus características pueden marcar la diferencia tanto a nivel ofensivo como defensivo.
En ese esquema impuesto por los técnicos, no suele faltar nunca un jugador que tiene como principales argumentos de su juego las dotes de mando, capacidad posicional, técnica, visión de juego, llegada al área rival y esfuerzo en el repliegue.
El Real Madrid cuenta en sus filas con un futbolista que es todo eso y mucho más aún. Estamos hablando de Luka Modric, el cerebro de Zadar.
Modric, a sus 38 años, mantiene intactas muchas de las cualidades que le han convertido posiblemente en el mejor medio de la historia del fútbol moderno y en un jugador respetado en todos los estadios del mundo. Ver a las aficiones rivales del Madrid despedir en pie al genio croata es el mejor aval a toda una carrera deportiva que ha estado marcada por una trayectoria de leyenda vistiendo la camiseta blanca del Real Madrid.
Modric lo tiene todo. A sus 38 años, mantiene intactas muchas de las cualidades que le han convertido posiblemente en el mejor medio de la historia del fútbol moderno y en un jugador respetado en todos los estadios del mundo
Modric es un futbolista diferente. Aparentemente frágil físicamente, es, sin embargo, un jugador de pierna fuerte. Competitivo hasta el límite, lleva en sus genes un ADN balcánico de guerrero indomable. Modric nunca se rinde y esa es una de las principales cualidades de un futbolista que multiplica en sus botas y su forma de entender el fútbol todas las cualidades que debe tener un 10: técnica, posicionamiento, desplazamiento en corto y en largo del balón, visión de juego, capacidad para tomar la mejor decisión según el momento del partido en el que se está, compromiso defensivo, aporte en ataque e, incluso, disparo desde media distancia. Es decir, lo tiene todo.
Su carrera no tiene casi parangón a nivel mundial. Es, junto con Nacho, el jugador del Real Madrid que más títulos acumula en sus vitrinas: 26. Además, ha sido subcampeón del Mundo con Croacia en 2018 y tercero en el Mundial de Qatar, cuatro años más tarde.
Lleva en la élite del fútbol desde el 3 de agosto de 2003, cuando debutó con el Dinamo de Zagreb, su primer club profesional, ante Zrinjski Mostar. Después, vistió la camiseta del Tottenham Hotspur de 2008 a 2012 y, desde entonces, se ha dedicado a escribir la historia del Real Madrid formando parte de dos generaciones imposibles e irrepetibles del club blanco. Él es el nexo de unión entre los Cristiano Ronaldo, Sergio Ramos, Casillas, Benzema, Kroos, Casimiro o Keylor y la actual de los Militao, Courtois, Camavinga, Vinícius, Rodrygo… Por ende, será también el timonel de una era en la que se espera a Mbappé como estandarte de los nuevos tiempos.
El anuncio de la retirada de Toni Kroos ha modificado seguramente los planes a corto plazo del croata, que ha decidido prestar un último servicio a la causa del club del que es leyenda y seguir impartiendo magisterio desde el centro del campo, la zona donde se ganan las batallas, algo a lo que Modric está más que acostumbrado.
Getty Images.
Entregas anteriores del serial:
- La mejor batuta: Fernando Redondo
- La mejor batuta: Xabi Alonso
- La mejor batuta: Milan Jankovic
- La mejor batuta: Claude Makélélé
- La mejor batuta: Toni Kroos
Grande Luka, espero que cuando se vaya siga en el Real Madrid de un modo u otro.