Previa del Nashville SC v. Los Ángeles FC: El clásico de las Artes
Es muy duro estar todo un verano sin ver jugar al Real Madrid. Uno siempre puede entretenerse con las idas y venidas del Barça de Laporta, que es como leer una novela de John Grisham donde los verdaderos héroes son los abogados. Pero eso no es suficiente.
Para tratar de mitigar mi mono madridista he propuesto a don Jesús Bengoechea, que conmigo tiene más paciencia que un santo, convertirme en el primer enviado especial de La Galerna en la MLS de los Estados Unidos y, ya de paso, cubrir minuto a minuto el debut de Gareth Bale en Los Ángeles Football Club. Es mi deseo revelar al lector de La Galerna los entresijos de dicha competición. Tengo muy poca idea de fútbol y aún menos de la MLS, pero eso no es óbice para que me embarque en esta labor con alegría y entusiasmo.
Cuando a Edgar Neville lo designaron como embajador en Honduras, escribió un telegrama al ministro correspondiente: “sin instrucciones concretas, sin idea de la misión que debo realizar y sin estar muy seguro de cómo llegaré a un lugar cuya localización geográfica desconozco, parto hacia Tegucigalpa donde quedaré como siempre a las órdenes de vuecencia.” Más o menos así fue como acepté yo mi corresponsalía autoasignada en Estados Unidos. Incluso en lo de “vuecencia”, que yo a Jesús Bengoechea siempre le trato con el respeto que merece.
Para tratar de mitigar mi mono madridista he propuesto a don Jesús Bengoechea, que conmigo tiene más paciencia que un santo, convertirme en el primer enviado especial de La Galerna en la MLS de los Estados Unidos y, ya de paso, cubrir minuto a minuto el debut de Gareth Bale en Los Ángeles Football Club
Pero vamos al grano. Aquí hemos venido a hablar de fútbol. O más bien de “soccer”. Durante las próximas semanas pienso convertirme en la sombra del Los Ángeles FC y de su nuevo jugador estrella, Gareth Frank Bale, con la promesa de mantenerlo a usted, querido galernauta, al tanto de todo lo que por allí se cuece.
La MLS (Major League Soccer) es el equivalente estadounidense de La Liga. Sin embargo, existen entre ambas competiciones notorias diferencias. Lo que el aficionado estadounidense entiende por espectáculo en el fútbol, no siempre coincide con nuestros gustos. Allí lo que quieren ver son muchos goles y victorias aplastantes. A un hincha del Dallas FC (por ejemplo) le pones un partido del Cholo Simeone y acaba metiendo la cabeza en hormiguero solo por la necesidad volver a sentir alguna emoción.
Este afán por adaptar el fútbol al gusto americano hizo que la MLS implantara normas muy curiosas que no llegaron a cuajar. Por ejemplo: el tiempo en los partidos se contaba hacia atrás, del minuto 90 al 0, como los cronómetros de las bombas que Schwarzenegger tiene que desactivar en el último segundo de sus películas (cable rojo, cable azul…) antes de que todo salte por los aires. No había en los partidos, por cierto, tempo añadido. Al llegar al minuto cero, el encuentro se daba por finalizado. Es lo que oficiosamente se conocía como el Método Soto Grado (“habéis tenido 90 minutos para ganar, así que ahora no me vengáis con leches…”) Lo que sí había eran tiempos muertos que el entrenador podía pedir a discreción, y el partido se jugaba en cuatro cuartos igual que en el baloncesto. En resumen, la MLS pretendía que “soccer” se pareciera a cualquier deporte menos al fútbol.
Pero, sin duda, la norma más descacharrante de la MLS fue la que se implantó en 1974, cuando se decretó la prohibición de los empates. Si un partido acababa con marcador igualado, el resultado se decidía mediante el llamado “penalty australiano”, un lance sacado del hockey. En él, el jugador se colocaba a 32 metros de la portería y, cuando el árbitro daba la señal, echaba a correr con el balón y luego chutaba para gol. Se suponía que, de esa forma, se evitaba el injusto azar del sistema de penaltis habitual, pues dejaba un cierto margen de reacción al portero, que podía incluso enfrentarse mano a mano al delantero.
A un hincha del Dallas FC (por ejemplo) le pones un partido del Cholo Simeone y acaba metiendo la cabeza en hormiguero solo por la necesidad volver a sentir alguna emoción
Me habría encantado ver a Gareth Bale tirando un “penalti australiano” en su debut en la MLS, que eso fue básicamente lo que le hizo al Barça el día de la cabalgada de Mestalla, solo que con Bartra echando el bofe detrás. Por desgracia, dicha norma fue abolida en el año 99.
De modo que el primer partido de Bale con Los Ángeles FC se jugó sin penaltis de las antípodas. Lástima. El adversario fue el Nashville SC (Soccer Club), equipo estrella del estado de Tennessee.
Nashville, como todo amante de la música sabe muy bien, es la capital mundial del country. El escudo de su club de fútbol tiene seis líneas verdes que aluden a las cuerdas de una guitarra, según cuentan. Su entrenador es ni más ni menos que Gary Smith, que no sé quien es, y su jugador franquicia un tal Zimmerman, quien tampoco me suena de nada. Consulto mis fuentes y me confirman que el padre de Zimmerman es ministro baptista en Georgia. Lo sospechaba por la forma en la que Zimmerman se desenvuelve en la defensa del campo: con mucha fe y poca cabeza.
De Gary Smith lo único que me revelan mis fuentes es que jugó allá por los 90 con los Wycombe Wonderers, que así dicho parece el nombre de un equipo de “quidditch”. No le debió ir mal porque eso le ha permitido entrenar un equipo de la MLS, algo que, por ejemplo Xavi Hernández nunca podrá hacer por más títulos que gane ya que tiene prohibida la entrada al país por las leyes federales.
No me escondo y admito que lo desconozco todo sobre el método de entrenamiento de Gary Smith, aunque siendo el “míster” del equipo Nashville, quiero pensar que expresa sus consignas en forma de grandes éxitos de la música country. De tal modo, es muy probable que a sus defensas les recomiende “Stand by your man”, como cantaba Tammy Waynette, y a sus mediocentros permanecer “Standing on the corner” (Jimmie Rodgers) para volver “Crazy” (Willie Nelson) a los del equipo contrario. O utilizar la llamada estrategia de Johnny Cash: “Walk the line” de la defensa y encerrar a los delanteros del otro equipo en un “Ring of Fire”. No me cabe duda de que el sistema del Nashville SC no es un 4-3-2, ni un 4-4-2 ni zarandajas de esas: su sistema es un “9 to 5” de toda la vida, con la voz de Dolly Parton.
Los jugadores del LAFC juegan de negro y dorado. Su equipación tiene los mismos colores que un premio Oscar. A Gareth Bale, de hecho, si le rapas al cero, le das un buen cromado y lo dejas en pelotas tapándose las vergüenzas galesas con una espada toledana, parece un Premio de la Academia. A ver si va a ser por eso por lo que lo ficharon
El Nashville SC se enfrentó el pasado domingo contra el nuevo y flamante equipo de Gareth Bale. De un equipo cuya delantera está formada por Chiellini, Bale y Carlos Vela uno puede esperar cosas poco habituales. Si además es un equipo entre cuyos accionistas se cuentan “Magic” Johnson y Will Ferrell, cuyas mascotas son tres halcones llamados Olly, Fig y Mell que un halconero profesional a sueldo del club lleva a cada partido, y cuyos seguidores reciben el nombre de “los 3252”; tienes la certeza de que cuando juegan pueden ocurrir sucesos de lo más inusuales. A mí me gusta que los seguidores del LAFC tengan como apodo un nombre que parece lo que le sobraba al número pi. Algún día explicaré su origen, que, como todo lo que rodea la MLS, es enrevesado y pintoresco. En el fondo me gustaría que los madridistas, además de “merengues” y “vikingos”, tuviéramos también un apodo numeral. Los “14” me parece bueno, pero me da que es una cifra que no tardará en quedarse obsoleta.
Los jugadores del LAFC juegan de negro y dorado. Su equipación tiene los mismos colores que un premio Oscar. A Gareth Bale, de hecho, si le rapas al cero, le das un buen cromado y lo dejas en pelotas tapándose las vergüenzas galesas con una espada toledana, parece un Premio de la Academia. A ver si va a ser por eso por lo que lo ficharon. El Nashville SC, en cambio, juega de amarillo. Un Nashville-Los Ángeles es como ver al Villarreal enfrentarse contra un equipo del Comité Técnico de Árbitros de la liga española. Más o menos lo que hace el Madrid cada semana durante la temporada.
Y sobre el partido, ¿qué les puedo decir? ¿Con qué palabras puedo glosar el titánico enfrentamiento entre la capital mundial del Cine y la capital mundial de la Música? ¡Un auténtico Clásico de las Artes!
Pues, de momento, con ninguna, porque por hoy me he quedado sin espacio. Si quieren saber el resultado de este duelo en la cumbre, así como otras imprescindibles crónicas futbolísticas desde “el hogar de los valientes y la tierra de la libertad”, estén atentos a las páginas de La Galerna en los próximos días.
Cerrando la conexión Luis Montero Manglano desde Los Ángeles, California (o al menos eso dice él).
Getty Images.
¡Torero!
Si llegamos a saber qué es capaz de sonreír de verdad ( como le ha cambiado la sonrisa) y de saludar a los aficionados tan educadamente en español , que allí son minoría . Si llegamos a conocer su vertiente filantrópica con el nuevo club , ha sido capaz de hacer mudanza más allá del océano y jugar casi gratis nos habríamos ahorrado un pastizal .
Ahora , sin cambiar su nivel de vida y alquilando casa en LA , no puede ser. Todo incluido y feliz por un millón y medio. Me imagino que de dólares.
Aguantar a su representante y los cuatro años de renovación a 15 x 2 anuales( los impuestos). Salieron por más de cien y qué poquito de fútbol.
No me extraña que viendo esto algunos futbolistas prefieran los contratos a los goles . En los dos últimos años metió diez en total en Liga. En el último , dos .
Si hubiese máquina del tiempo para ver por un agujerito. No se habría reído tanto .
¡Qué buen artículo! Esta sección va a ser muy interesante.