Pediré semiprestado el título al veterano escritor checo-francés Milan Kundera. O quizás a aquella película de 2003 protagonizada por Catherine Z. Jones y George Clooney, y dirgida por Joel Coen, el mayor de la exitosa pareja Coen Brothers, “Crueldad intolerable”.
En las tres últimas semanas, tras los sucesivos fracasos de nuestro jardinero favorito de Terrassa (ante Inter, Real Madrid y Bayern), el susodicho entrenador ha repetido más de una treintena de veces la palabra “cruel” para definir la situación de su club, o la dificultad de la Champions, o las complicaciones para tratar de doblegar a su máximo (¿?) rival en España.
Crueldad, por un lado, que, en definitiva, y debido a la reiteración de lamentos y lloriqueos, se torna a la vez insoportable, incluso más insoportable que ver en bucle la versión cinematográfica de la novela de Kundera “La insoportable levedad del ser” dirigida por Philip Kaufman allá por los años ochenteros, pese a la indudable belleza de una jovencísima Juliette Binoche.
Si nos vamos a las distintas acepciones de la palabra “cruel”, según la RAE, y teniendo en cuenta que Xavi Hernández define así a una competición, la Champions League, y no a una persona, tan solo hay 2 acepciones para definir algo (no a una persona) cruel:
- Insufrible, excesivo. Hace un frío cruel. Tuvo unos dolores crueles.
- Sangriento, duro, violento. Batalla, golpe cruel.
Volvemos a alguno de los párrafos anteriores. Queremos pensar que Xavi se refiere a que la Champions es insufrible, más que excesiva. Insufrible para su equipo, añadimos, ya que por segunda vez en 11 meses ha sido apeado y facturado a la segunda división europea, la Europa League.
En las tres últimas semanas, tras los sucesivos fracasos de nuestro jardinero favorito (ante Inter, Real Madrid y Bayern), ha repetido más de una treintena de veces la palabra “cruel” para definir la situación de su club, o la dificultad de la Champions, o las complicaciones para tratar de doblegar a su máximo (¿?) rival en España
No pensamos que Xavi se pudiera referir a algo sangriento (la sangre puede ser un síntoma de grandeza y orgullo, véase el ejemplo de Antonio Rüdiger jugándose su rostro ante el Shakhtar), aunque duros y a menudo violentos (como su jugador Gavi demuestra en cada partido) alguno tiene en su equipo.
El caso es que antes de que empezara el quinto partido de la fase de grupos, su FC Barcelona ya estaba matemáticamente eliminado, lo cual es todo un hito. Un 26 de octubre a las 20.40 horas, con más de 80.000 personas esperando al pitido inicial del Barça-Bayern en el Camp Nou, ya estaba todo sentenciado: vuelta a empezar, a un playoff (!) de Europa League para enfrentarse a todo un segundo de la fase previa de EL. El año pasado fue contra el Galatasaray. Este año podría ser visitar de nuevo Estambul (Fenerbahçe), la ciudad búlgara (puede que ande por allí Hristo Stoichkov) de Razgrad para jugar con el Ludogorets, la capital azerí (Bakú, sede del mítico Qarabag), las coquetas ciudades francesas de Rennes o Nantes o la minera ciudad austríaca de Graz para enfrentar al tormentoso Sturm. O quizás a la capital alemana, donde juega el modesto Unión Berlín. También podría ser un enfrentamiento ante el Manchester United de Cristiano, o el PSV de Van Nistelrooy, o ir a la Ciudad Eterna para competir bien contra la Lazio, bien (¿crueldad?) contra la Roma del mismísimo Mou (“A la Europa League llegarán los tiburones fracasados de la Champions”).
El interesante sorteo, en el que entrarán también la Juventus, el Sevilla, el Ajax y aún no sabemos si el segundo equipo de la ciudad de Madrid, tendrá lugar el próximo lunes 7 de noviembre a las 13h, con una audiencia que promete batir la de la final de Eurovisión, por el alto nivel de los participantes. Ya se ha escuchado en alguna tertulia que, este año, la competición europea fetén, la de verdadero nivel, va a ser la Europa League.
Habrá que esperar, no obstante, hasta el mes de febrero de 2023 (16 y 23 de febrero) para ver dichos enfrentamientos de prestigio, todo ello para poder entrar, finalmente, a unos octavos de final de competición, en los que ya estarán los ganadores de los ocho grupos previos de EL.
Is this the real life?
Is this just fantasy?
Caught in a landside
No escape from reality
Que diría el gran Freddie Mercury…
No es un sueño, Xavi Hernández. Es la dura realidad: Open your eyes, look up to the skies and see.
Vas a visitar las tinieblas de la segunda división europea, por segunda vez en dos años.
Y pensabas que la Champions era cruel.
Getty Images.
La champions es cruel para Xavi.
Mucho más amigable es la liga, dónde va a parar. En la liga tienen temporadas enteras sin que les piten penalties en contra, ni que les expulsen a ningún jugador. En la liga manejan la posesión en sintonía con el árbitro que, en ocasiones recupera el balón para el barca no pitando sus faltas o mantiene la posesión pitando faltitas inexistentes. Como ejemplo el último clásico, dónde al barca sólo le pitaron una falta en la primera parte.
La liga es mucho más confortable, el var revisa todos y cada uno de los goles del Madrid y las tres jugadas anteriores por si hubiera cualquier excusa para anularlo pero no dedica tiempo a la revisión de otras jugadas ni las expulsiones no sancionadas como las dos rojas que se comieron en el partido contra el sevilla, la entrada a Valverde o la que sufrió Vinicius.
Que cruel es la Champions....