Buenos días. Ya sabéis que en esta vuestra sección predilecta de La Galerna no nos limitamos a comentar portadas, a pesar de que el título de la misma parezca indicarlo así. Tampoco nos limitamos a echar la bronca, aunque para ser sinceros es lo que más hacemos. Bien es cierto que suelen ser broncas amortiguadas por el sentido del humor, a veces cáustico, que tratamos de no perder. “Si quieres decirles la verdad, tendrás que hacerles reír para que no te maten”, proclamó Billy Wilder. Por el momento no hemos recibido ninguna amenaza de muerte. Señal de que lo de hacer reír no se nos da mal del todo.
Hoy, en cambio, nos toca trascender las portadas, pero también echar la bronca sin el menor atisbo de ironía. Hay días en que la ironía no cabe. Qué pereza, por favor. Nada nos da más flojera que la perspectiva de tener que regañar. A veces partimos de la base de que todos somos mayorcitos y sabemos lo que hacemos. Qué desazón comprobar una y otra vez que no, y que no hay más remedio que llamar a la gente la atención por cosas de las que se daría cuenta un niño de doce años.
Y es que la cosa tiene que ver, precisamente, con niños.
Pero vamos a ver, Marca. ¿Por qué? ¿Por qué esta mierda? ¿De verdad tenemos que salir a la palestra para indicaros que esto está mal, sin paliativos? Últimamente os hemos criticado por cosas como entrevistar confortablemente a Al Khelaifi jugando al pádel. Preferimos que entrevistéis a Al Khelaifi jugando al pádel, o a Idi Amin jugando a la petanca, antes que asumir como normal que nos ofrezcáis esta basura.
Pero vamos a ver, Marca. Que son NIÑOS, y que aquí hay en juego cosas más importantes que arañar unos clicks con cosas del corazón ahora que el mundial ha muerto para los fans de la selección y ya no queda nada que rascar. Aquí está en juego la salud mental de una generación con muchas amenazas para la misma, especialmente en su vertiente femenina. Que nos vengáis con los presuntos cuestiones de dieta de una menor de edad para mantenerse en forma y "enamorar a Gavi" tiene en el tufo rancio de ese titular el menor de sus problemas. ¿Necesitamos contaros en qué consiste el devastador desorden de la anorexia, y la importancia de controlar al máximo los mensajes que se transmiten en este sentido, máxime si. como decimos, hablamos de una menor de edad? ¿De verdad tenemos que subrayar la decadencia ética y estética en la que entráis con cosas como estas?
Os dejamos con el resto de portadas del día, querréis verlas. Buena suerte a Luis de la Fuente.
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