Puede resultar un oxímoron, pero la imprudencia racional del Real Madrid es una característica inherente al club blanco. La inoculó Santiago Bernabéu cuando el Madrid no era más que otro equipo del entonces incipiente fútbol español. A nadie en su sano juicio se le hubiera ocurrido construir un estadio ingente literalmente al quinto pino de Madrid sin más ayuda que su capacidad, sus bemoles y la autofinanciación del madridismo. Lo sentimos, antimadridistas, pero a estas alturas nadie cuerdo cree que Franco ayudara al Real Madrid. El club del régimen era el Atlético Aviación y el destinatario principal de sus prebendas, el Fútbol Club Barcelona.
Tras construir el estadio, Bernabéu se empeñó, contra viento y marea, en izar al Real Madrid a lo más alto. Y vaya si lo consiguió. Los Di Stéfano, Puskas, Gento y compañía fijaron en el alma del club la imprudencia racional inyectada lustros antes por Bernabéu. Desde entonces el Madrid ha salido victorioso de batallas que hasta el más optimista daba por perdidas. Es su sello.
Esta noche el Real Madrid se enfrenta al Chelsea diezmado por las bajas, amenazado con la exclusión de la Champions por Ceferin, arbitrado por un señor que por fuerza ha de estar intimidado por los acontecimientos y contra el viento de la demagogia barata reinante. Además, el Chelsea no trae buenos recuerdos al madridismo.
En 1971, el equipo blanco perdió, en el partido de desempate, una final de la Recopa frente a los blues. No era habitual que el Madrid jugase la Recopa porque solía jugar la Copa de Europa al ganar la mayoría de las ligas. Como todos sabemos, la Recopa la jugaban los campeones de la Copa de España, entonces conocida como Copa del Generalísimo, y curiosamente era más común que la vencieran clubes como el Barcelona o el Athletic que no eran precisamente muy amigos de ninguno de los dos nombres por los que se conocía al trofeo.
El siguiente enfrentamiento oficial fue la final de la Supercopa de Europa de 1998 que disputó el Real Madrid tras ganar la Séptima. En aquella ocasión, el Chelsea también se llevó el gato al agua.
Porque al Real Madrid la realidad le importa un pito. Y esta característica, que a primera vista es a todas luces imprudente, está cargada de racionalidad
Hoy se vuelven a ver las caras y al Real Madrid le importa un rábano la estadística. Al Real Madrid le importan un bledo las bajas. Al Real Madrid le importa un comino el cristalino posicionamiento de la UEFA. Al Madrid le importa un pimiento la posible actuación arbitral. Si le hubiese preocupado esto último, no habría competido los últimos lustros. Porque al Real Madrid la realidad le importa un pito. Y esta característica, que a primera vista es a todas luces imprudente, está cargada de racionalidad. Porque la historia demuestra que, actuando de este modo, el Real Madrid es el mejor club del mundo. Es un hecho irrebatible, por lo tanto, ¿para qué cambiar de actitud? Estamos convencidos de que esta noche a las 21:00 horas en el estadio Alfredo Di Stéfano, los futbolistas blancos, sean cuales sean, van a salir a comerse al Chelsea.
Y es que el Real Madrid ha forjado su historia con decenas de títulos logrados por una razón muy sencilla, porque no sabía que era imposible ganarlos.
Fotografías: Imago.
Estaba hoy un poco desanimada, si soy sincera, pero me he venido arriba leyendo esto. ¡¡¡¡Vamosssssss!!!!
A ver si la diosa fortuna de nuestro envidiable juego, esquiva o despistada en ocasiones, se presenta hoy como hizo contra el Liverpool. Tiene esas cosas, se presenta solo en partidos trascendentales y de la misma competición, la buena. Vamos a confiar en ella y en los de casa, siempre ha resultado.
Vamos a ganar seguro. A por ellos. Saludos y Hala MADRID