El Real Madrid se encuentra en una fase de renovación o revolución (el tiempo dirá) de su plantilla, de cara a la próxima temporada, después de un curso mediocre.
Siempre se ha dicho que el equipo que peor ficha cada verano es el campeón de Europa ya que es muy complicado tocar algo que funciona. En el último lustro, en cuyo transcurso el cuadro blanco ha ganado 4 de 5 Champions, sus refuerzos han sido de un perfil medio o bajo salvo alguna excepción como James, una gran figura por el que se hizo un desembolso enorme tras el Mundial de Brasil y el éxito de la ‘Décima’. El objetivo estas campañas pasadas fue apuntalar posiciones concretas o firmar a jugadores muy jóvenes con la expectativa de que explotasen.
Pero ¿cómo se gestionó la plantilla y los fichajes del equipo qué ganó cinco Copas de Europa seguidas a finales de los 50? Eran otros tiempos, pero la entidad presidida por Santiago Bernabéu llevó un patrón parecido después de levantar, cada verano, el cetro continental. Primero Ipiña y más tarde Emil Ostreicher junto a Pepe Samitier fueron los encargados de dirigir la secretaría técnica en ese periodo.
La primera Copa de Europa llegó en la temporada 1955-1956 en un plantel en el que figuraban Juan Alonso o Berasaluce en la portería, Marquitos, Lesmes, Joaquín Navarro, Oliva o Atienza como defensas, Zárraga, Muñoz o Becerril en la media y Roque Olsen, Di Stéfano, Gento, Rial, Joseíto, Pérez Payá, Molowny, Marsal, Mateos o Castaño en el frente de ataque.
La temporada en el plano nacional no fue la esperada y el equipo finalizó tercero en el torneo doméstico y cayó en semifinales en la competición copera. Sin embargo en la Copa de Europa se fueron pasando rondas ante el Servette, un duro Partizan de Belgrado y un complicado AC Milan hasta llegar a la final con el Stade de Reims al que se venció por 4-3 en París.
No obstante, Bernabéu y la secretaría técnica liderada por Ipiña ya tenían en mente la contratación de un crack para mejorar el equipo. El elegido era Raymond Kopa, jugador del Stade de Reims y que antes de la final ya se rumoreaba que había llegado a un acuerdo con los blancos. El fichaje finalmente se confirmó en agosto tras desembolsar el Real Madrid 52 millones de francos. Pero en la prensa se abrió una polémica a su llegada. En el Marca se dijo: “Alfredo di Stéfano y Raymond Kopa, dos hombres y varios problemas”. Y es que muchos periodistas ahondaban en la posibilidad de que el francés llegaba para reemplazar a Di Stéfano que tenía 30 años: "Está claro que el francés puede recoger la antorcha que deje caer el argentino. Kopa viene como príncipe heredero del rey Alfredo". Por último se hacían una pregunta sobre la compatibilidad de Kopa y Di Stéfano: “¿Estará dispuesto Di Stéfano a sacrificarse metiéndose en el área para dejar su brillante papel de la última temporada al recién llegado Raymond?”.
Además de Kopa se completó la plantilla con jugadores de la cantera como el juvenil Casado, Sutter o los medios Santisteban y Antonio Ruiz. También hay que destacar una cesión en mitad de la campaña, la del aragonés Manuel Torres Pastor, un lateral derecho firmado dos meses para jugar en Copa de Europa por la lesión de Atienza. Mientras que en el listado de bajas se encontraban Campa (UD Las Palmas), Seoane que se marchó al Celta o Wilson y Manolín que lo hicieron al Zaragoza.
En el verano de 1957 el Real Madrid era de nuevo campeón de Europa al derrotar a la Fiorentina y además volvió a conseguir la Liga. También se obtuvo la Copa Latina. Kopa se adaptó a la perfección y congenió desde el primer momento con Di Stéfano, pese a las dudas de los medios de comunicación. Los elogios llegaban de todo el mundo y en Francia un estudio de la Bolsa alabó al equipo al valorarlo como el más cotizado del mundo. El mejor tasado fue Di Stéfano, en 70 millones; le seguía Kopa, con 60; y Gento, con 30. Joseíto, Zárraga, Santisteban y Alonso, con 15; Atienza y Marsal con 10; y Oliva y Lesmes con 5.
El primer gran cambio se produjo en el banquillo. José Villalonga cumplió con nota pero unas desavenencias con la cúpula precipitaron su cese. El elegido para sustituirle fue el argentino Luis Carniglia que disputó la Copa de Europa con el Niza. En el aspecto de refuerzos el club seguía con la política de incorporar algún crack a la plantilla y complementarlo con jóvenes promesas que se formasen en el Plus Ultra o en otros equipos cedidos. La abundancia económica era similar al éxito deportivo. Las redes del club se extendían por todo el mundo y los encargados de los fichajes eran desde Bernabéu que sugería nombres a la secretaría técnica que disponía de numerosos informes. Además, en ocasiones se consultaba a Di Stéfano para conocer su opinión. La forma de anunciarlo era curiosa y es que el club convocaba a los periodistas en sus oficinas y allí, por sorpresa, salía el jugador firmado.
Para la campaña 1957-1958 llegaron dos sudamericanos para apuntalar la parte de atrás, el primero el uruguayo José Emilio Santamaría (Nacional de Montevideo) cuyo fichaje se confirmó en primavera por 125.000 pesos y que Di Stéfano al conocerlo comentó “Ya verán ustedes jugar al fútbol. Es un elemento de mucha inteligencia. ¡Maravilloso, ché!”. Unos meses más tarde aterrizó el cancerbero argentino Rogelio Domínguez. Bernabéu andaba descontento con Juanito Alonso en la parte extradeportiva y fichó al portero campeón del Campeonato Sudamericano de 1957. El de Racing estaba en negociaciones con el Atlético de Madrid pero el club merengue fue más rápido y lo cerró, algo que no consiguió con Néstor Rossi por las altas cifras que pedía River Plate. Las otras dos incorporaciones fueron un joven Pereda del Indauchu y Brunet del Terrasa. En las bajas tras las retiradas de Joaquín Navarro y Pérez Payá, se confirmaron las salidas de Oliva al Real Jaén, Olsen que se fue al Córdoba, Molowny que volvió a la UD Las Palmas y Torres que al terminar su cesión regresó al Zaragoza.
El bagaje del curso fue extraordinario con un doblete de Liga y Copa de Europa. En la Liga se produjo una dura pugna frente al Atlético de Madrid al que se acabó superando por tres puntos y en el torneo continental se derrotó al Milan en Bruselas en una final igualadísima que desniveló Gento en la prórroga.
Los cambios en verano empezaron por la secretaría técnica donde Ipiña acabó contrato. Su sustituto fue el húngaro Emil Ostreicher con el que Bernabéu guardaba una estrecha relación desde hacía dos años.
La llegada del magiar posibilitó el fichaje de un Ferenc Puskas exiliado y sin equipo tras finalizar su sanción por parte de FIFA y UEFA. Ostreicher convenció a Bernabéu y al entrenador Carniglia que no veían clara la situación de Pancho tras un periodo de inactividad y muchos kilos de más. A Di Stéfano tampoco le gustó en exceso pero en poco tiempo labraron una amistad que duró el resto de sus vidas. Por su parte Puskas sabía que debía mejorar físicamente y declaró que “el fútbol español es bastante rápido. Y por ello es dura la competición, debido al esfuerzo que se ha de realizar. Todos los partidos son difíciles. Por ello hay que estar trabajando una hora y media sin poder descansar”.
Las otras incorporaciones para la campaña 1958-1959 fueron el medio Falín y el extremo derecho Chus Herrera del Oviedo, Segurola, un extremo procedente de la Real Sociedad y Héctor Ramos, un centrocampista de Nacional y recomendación de Santamaría. En cuanto a las bajas Muñoz colgó las botas, Heliodoro Castaño se fue al Betis, Becerril al Granada, Rubio al Zaragoza y Chus Pereda aceptó una cesión al Valladolid.
La cuarta Copa de Europa se levantó en el Neckarstadion de Stuttgart ante el Stade de Reims después de unas semifinales históricas contra el Atlético de Madrid en las que hizo falta un desempate. En aquellos partidos ya había regresado Carniglia que tuvo que ser operado de un cálculo y durante siete partidos le sustituyó Miguel Muñoz. La Liga fue a parar a manos del Barcelona y en la Copa se perdió en semifinales.
El club presidido por Bernabéu se movió en todos los ámbitos para la temporada 1959-1960. En el banquillo se firmó al paraguayo Fleitas Solich que llegaba del Flamengo. Y en la secretaría técnica Pepe Samitier, amigo de Bernabéu desde los años 30, se incorporó como mano derecha de Ostreicher.
Por su parte el mercado de fichajes estuvo monopolizado por jugadores brasileños, muy cotizados desde que el año anterior conquistaran el Mundial de Suecia. El conjunto blanco se ajustó a la moda y firmó a dos. Didí, el faro de la verdeamarela en Suecia, por cinco millones y Canario un punzante extremo diestro que militaba en el América. Además se buscó profundidad de plantilla y se contrató al arquero Bagur de la Real Sociedad, al defensa Pantaleón de la UD Las Palmas, a una joven promesa como Pachín de Osasuna, a Pepillo del Sevilla para dar descanso a Di Stéfano, a Manolín Bueno del Cádiz para la misma función con Gento, al delantero húngaro Kaszas del Español y a Vidal un medio volante que había estado en la cantera y firmaba desde el Murcia. Además, con el devenir de la temporada y para los últimos partidos en la Copa de Europa y el torneo del ko Bernabéu realizó una soberbia incorporación en el mes de abril con Luis del Sol, un auténtico pulmón por el que se pagó al Betis 6,5 millones.
La baja más importante fue la de Kopa que volvió al Reims tras estimar que su ciclo en Madrid había terminado. También dejaron el club el uruguayo Ramos que no convenció, Segurola (Sevilla) sin minutos y el histórico Joseíto (Levante) que se quedó sin espacio en la delantera.
Fleitas Solich no acabó su labor y en el descanso de un partido en Granada quedó sentenciado tras 15 minutos muy tensos en la caseta. El proyecto brasileño se hundía y Muñoz cogió las riendas a tiempo para revalidar el título continental. Se sentó en el banco en la última jornada de una Liga que no se conquistó por el coeficiente y en las semifinales de la Copa de Europa donde se dio un repaso al Barça. Unos días después llegaría la histórica final, del 7-3, contra el Eintracht.
Con el técnico madrileño confirmado para el curso 1960-1961 se buscó la ‘Sexta’ pero en el camino se cruzaron Mr. Ellis y Mr. Leafe en una eliminatoria arbitralmente escandalosa ante el F.C. Barcelona en la segunda ronda. En cambio se reconquistó la competición doméstica y se logró la primera Copa Intercontinental.
Por primera vez en un lustro el desembolso en fichajes rimbombantes fue escaso. Apenas llegó el portero Vicente del Español, el delantero sueco Agne Simonsson del Örgryte IS y Villa que estaba en el Plus Ultra. Por otra parte, la lista de bajas fue extensa y el primero que se marchó, tras un papel decepcionante, fue Didí. Lesmes firmó por el Valladolid antes de su retirada, Pantaleón se fue al Elche, el portero Berasaluce y Kaszas al Racing de Santander, Marsal al Plus Ultra, para intentar recuperarse de una lesión, Falín a La Felguera y Atienza también causó baja.
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Impresionante y muy oportuno.
Alberto, es usted una enciclopedia.
Imprescindible saber del pasado. Magnífica información.
La historia se repite, muchas veces porque se hacen las cosas mal y has olvidado el pasado.
Otras veces, aunque se sepa lo que pasó, sucede que no se puede cambiar.
Y es que hecer un equipo campeón no es fácil, y su prolongación suele ser de una década, y a partir de ahí trabajo y suerte en los elegidos para crear otro equipo campeón.
El Real ganó 6 copas de Europa en una década y 32 años en ganar la séptima, y otras seis en 20 años. Bernabeú lo sabía y yo creo que Florentino también...Pero no todos los madridistas conocen su historia, que es la más brillante de largo, y que no siempre se gana porque muchas veces no se puede. Los equipos se agotan y las personas también con sus proyectos.
Toca remar y crear otro equipo ganador, pero no pòr ello hay que echar a todos y traer a todos nuevos. Hay que aprovechar lo que sea válido y gastarse el dinero en lo que haga falta y pagar lo que sea imprescindible para el bien del equipo y del club. Pero no va a ser fácil, no sólo es cuestión de dinero, sino tiempo y acierto y en algunos casos, cuestión de mucho dinero.
Con Florentino hemos visto los grandes fichajes y los que no. Creo que hay muy, pero muy pocos cracks: Mbappe y diría que ninguno más y su fichaje ahora imposible, así que hay que hacer equipo, un equipazo y más tarde traer a la guinda del pastel, si se puede.
Lo que también tengo claro es que los grandes jugadores que han venido al Madrid y le han hecho campeón, han venido de fuera siempre, salvo excepciones claro. Por eso hay que defender y apoyar a todos los que jueguen independientemente de donde vengan y dejarnos de tonterias si tapan la proyección de un nacional o canterano. El mejor juega y casi siempre el mejor ha venido de fuera.
Un proyecto no se hace en un año, ni en dos. Hay que apoyar y tener paciencia, mucha. Y si Florentino no es o no seve capaz tendrá que dejarlo. Aunque yo, como McManaman soy florentinista, aunque este verano se haya equivocado...o no. A lo mejor sabía lo que iba a pasar, porque no se puede tocar lo que ha funcionado y sólo se puede hacer cuando ya no funciona, como es ahora, pero con cabeza y supongo que de eso Florentino va sobrado.
Magnifico articulo, muy completo. Felicidades.
Muy interesante conocer datos del pasado del club.
"La forma de anunciarlo (el fichaje) era curiosa y es que el club convocaba a los periodistas en sus oficinas y allí, por sorpresa, salía el jugador firmado". Yo recuerdo que ese estilo lo conservó Bernabeu hasta el final de su mandato. Del fichaje de Stielike, se enteró la prensa cuando el ckub presentó al jugador después de haber firmado. Claro, eran otros tiempos.
A veces la historia se repite. El Marca anunciaba ya la rivalidad entre Di Stefano y Kopa. Adivinando el futuro.
No sabía que "Segurola" había jugado en el Madrid. Quizá el que no triunfara explica algunas cosas. (Modo ironía on).
Saludos.
Magnífico artículo si señor, con el gran Di'Stéfano inventamos la copa de Europa y la ganamos, reforzamos con Kopa y ganamos la segunda, reforzamos con Santamaría, la tercera; con Pancho Puskas la cuarta y gracias a Luis del Sol, la quinta.
El nivel de estos jugadores convalidado a la actualidad, rondaría los 100 millones de euros cada uno.....Creo que es la vía para volver a la senda de los triunfos, un fuera de serie cada año sobre una base joven que ya está preparada para ganar y sabe lo que es perder.
No hay que volverse loco que lo que queda de temporada es para extender la cortina de humo y acertar con las salidas sobre todo.
Mr. Ellis & Mr. Leafe, menudo par de mangantes... Aquello fue un gran escándalo. De dimensiones similares a lo que perpetró, también el Barcelona, contra Chelsea y PSG. La diferencia es que , contra el Madrid, el robo fue en la ida y en la vuelta.
Buenas tardes, he aquí la crónica de esa desgraciada eliminatoria, que vista desde la perspectiva de hoy, parece que fue el disparo de salida, en la carrera por putearnos arbitralmente durante la mayor parte de nuestra historia. Se leen las crónicas de entonces y casi no se creen de la vesania y maldad con la que actuaron los dos ingleses. Entre paréntesis
(El Real Madrid había conseguido cinco Copas de Europa consecutivas. Para Di Stéfano, Gento, Puskas y compañía no había rival. Dicen que si no se hubiera producido aquel desgraciado accidente de avión en 1958 en el que perecieron la mayoría de los jugadores del Manchester United, el equipo inglés podía haber arrebatado el trono al Madrid ese mismo año. Pura hipótesis. Lo cierto es que aquel Madrid era increíble y no había equipo capaz de acercársele ni siquiera un poco. Lo cierto es que el Real, en la temporada 1960-1961, iba camino de su 6ª Copa de Europa consecutiva. Había que hacer algo. Resultaba aburrido ver a los blancos levantando tantas Copas de forma continuada. “Los éxitos del Madrid escocían, era ya demasiado”, comenta Mateos, el mítico delantero blanco de la época. Y así, con estos antecedentes, se llegó a la eliminatoria más bochornosa de la historia del fútbol, el mayor robo perpetrado nunca en un campo de fútbol o, mejor dicho, en dos, porque primero el Bernabéu y después el Camp Nou fueron testigos de aquello.
Real Madrid y Barcelona (¡qué casualidad!) se enfrentaban en los octavos de final de la sexta edición de la Copa de Europa. “De nuevo el equipo catalán se enfrentaba con nosotros – señala Mateos – después del repaso que le dimos en un enfrentamiento anterior”.
Partido de ida en Madrid, 9 de noviembre de 1960:
El partido de ida se disputó en Chamartín. Los dos equipos coincidían en su sistema de juego, un 3-2-5 que si alguien lo mostrara hoy sobre el tapete le tacharían de loco (si no fuera Guardiola, claro). La delantera del Madrid la formaban Herrera, el mencionado Mateos, Di Stéfano, Puskas y Gento, con Vidal y Del Sol más retrasados y Pachín, Marquitos y Casado resguardando al portero Vicente. El F.C. Barcelona jugaba con Czibor, Suárez, Kocsis, Evaristo y Villaverde arriba, con Gensana y Vergés en el medio y Gracia, Garay y Rodri escudando a Ramallets. El árbitro, un inglés de apellido Ellis.
El Real Madrid bailó al equipo azulgrana durante todo el primer tiempo. Al descanso se llegó con 2-0 a favor de los blancos después del madrugador tanto de Mateos tras una galopada magnífica de Gento, que logró el segundo tras un pase largo de Puskas. Y pudo ser peor para los catalanes, que vieron como el mismo Mateos echó fuera el balón cuando sólo tenía que empujar la pelota al fondo de la red.
Gento logra el segundo tanto
Momento en el que Gento logra el segundo tanto en Chamartín
Mateos comenta que fue en el segundo tiempo cuando comenzó lo que temían. “El juego del Barcelona pasó a ser sucio en muchas fases. Aquel tipo, el tal Ellis, que hasta toleró que algunos jugadores barcelonistas le zarandearan, nos hizo una gran faena cuando sólo faltaban un par de minutos para concluir el partido”. Suárez había marcado el 2-1 en el minuto 72 tras un lanzamiento de falta. El partido agonizaba y el Real Madrid llevaba un resultado favorable para el partido de vuelta. Fue entonces cuando Kocsis metió un pase para Evaristo, que estaba en clamoroso fuera de juego. El linier levantó la bandera, pero el señor Ellis, a pesar de los movimientos ostensibles de su asistente, no le hizo caso, y Evaristo fue derribado en la misma jugada por Vicente. El penalti sí que lo pitó. Suárez lo transformó y el partido acabó 2-2. “El penalti de Vicente no lo discutimos nunca. Pero, claro, si antes le hubiera dado la gana de ver la posición ilegal, nunca hubiera llegado el empate a dos. Pero debió de cerrar los ojos, y el resultado fue una total injusticia. Todos los temores quedaron confirmados – continua diciendo Mateos – y lo que habíamos pensado de los árbitros ingleses tenía fundamento. Entonces, Inglaterra tenía mucha influencia en el fútbol europeo.
Ahora bien, lo de Arthur Ellis no fue nada comparado con lo que ocurriría dos semanas después en el Camp Nou.
Partido de vuelta en Barcelona, 23 de noviembre de 1960:
El equipo catalán y el Madrid se volvían a ver las caras en el partido de vuelta de la eliminatoria. El sistema utilizado por ambos equipos fue el mismo que en Chamartín. En el equipo anfitrión no hubo prácticamente cambios con respecto al partido de ida. Sólo destacó la entrada de Kubala por Czibor. En el equipo blanco, la vuelta de Santamaría al centro de la zaga supuso el adelantamiento de Pachín y Del Sol a posiciones de ataque, lo que propició la salida de Mateos del once titular. También se cayó del once Herrera en detrimento de Canario. El árbitro designado por la UEFA para el encuentro era otro colegiado británico (curioso). Se llamaba Leafe, Mr. Leafe y llegó a anular hasta cuatro goles legales al Real Madrid.
El primero de ellos, que hubiera supuesto el 0-1, es de antología del disparate. Canario fue derribado en el área, pero la jugada continuó y Del Sol marcó inmediatamente después. El señor Leafe había pitado ya. Pero lo que nadie podía imaginar es que pitara ¡¡golpe franco a favor del Barcelona!! Increíble pero cierto. A la media hora, para más desgracia, Pachín desvió un golpeo de Vergés tras un córner lanzado por Kubala y la pelota se introdujo en la portería de Vicente. Gento había desperdiciado varias oportunidades claras y al Madrid le habían birlado ya el primer gol, pero el equipo que iba por delante en el marcador era el Barcelona. Y así se llegó al descanso.
Evaristo marca el 2-0 ante la inútil salida de Vicente
Evaristo marca el 2-0 ante la inútil salida de Vicente
En el minuto 69 llegó el segundo robo. Di Stéfano marcó después de un preciso centro de Puskas, pero Mr. Leafe lo anuló por un inexistente fuera de juego. Poco después, Evaristo hizo el segundo gol de los locales y la eliminatoria se le ponía francamente difícil a los madridistas. El colegiado inglés no tenía suficiente con lo que había hecho y volvió a anular un gol a Pachín por otro fuera de juego inventado. Para más inri, Leafe tampoco quiso ver que una pelota lanzada por Gento había traspasado la línea de gol cuando Gracia alcanzó a despejarla. Sin embargo, a tres minutos del final, Canario hizo el definitivo 2-1 y aquel árbitro que se había vendido no lo anuló porque sabía que no iba a descontar nada. Mateos, pese a no salir de titular, vivió el partido desde el banquillo totalmente indignado: “La actuación del árbitro fue aún más descarada y perjudicial para el Madrid que la que protagonizara el tal Ellis en el Bernabéu. Nos anuló cuatro goles, nada menos, y le birló un penalti a Canario”. El Madrid, por primera vez, caía eliminado de la Copa de Europa.
Pese a todo, los jugadores madridistas no dudaron en felicitar a sus vencedores después del partido, aun sabiendo que su eliminación había sido injusta. Ese gesto de caballerosidad y espíritu deportivo conmovió a los aficionados culés, que ovacionaron a los blancos.
La cara de Pachín, desesperado ante Mr. Leafe, lo dice todo.
La cara de Pachín, desesperado ante Mr. Leafe, lo dice todo.
Ecos de la prensa mundial tras el atraco del siglo:
Así titulaba el “Daily Herald” al día siguiente del partido de vuelta: “Los jugadores del Real Madrid nunca fueron tan grandes como en esta derrota”. El “Daily Express”, por su parte, hablaba así del equipo blanco: “El Real Madrid se marcha como los campeones que nunca han dejado de ser”. Por último, citamos aquí el comentario del corresponsal del “France Soir”: “Fue una victoria, pero no un éxito. Todos los honores de la guerra van al vencido, abatido por la coalición de la suerte y el arbitraje. Así pues, no fue lo que había soñado el Barcelona durante semanas, meses y años. No se figuraba que si subía al Capitolio sería por la puerta de servicio )
Saludos blancos, castellanos y comuneros…”