Como Alí contra Foreman en el inolvidable combate de Kinshasa, el Madrid se valió de la astucia, de una táctica inesperada que nunca la empleó tan férrea, de la capacidad bien mostrada de derribar adversarios con un solo arrebato de clarividencia. De inmortal a inmortales, para obviar que las piernas no eran las de antes, el legendario boxeador se refugió en las cuerdas, igual que la vieja guardia madridista se puso en modo ahorro de baterías durante la primera parte, en la que apenas avanzaron con intención ofensiva.
Eso sí, pasada la primera media hora de opresión, el equipo comenzó a bailar con el balón. Piezas interminables de varios minutos sin objetivo concreto en apariencia, una divagación inoperante en las formas. Sin embargo, las largas combinaciones inofensivas tenían sustancia. Enfriar el partido, alejar el balón de su área, buscar un resquicio por el que doblegar al Liverpool, seguir guardando los esfuerzos de mayor solera y, sobre todo, amasar el tiempo y la ocasión. Amasar la victoria.
Porque una de las grandes cualidades de este equipo de la decimocuarta es su gotero envenenado. No necesitan más que una cápsula o dos dosis de oportunidad para liquidar a rivales, no importa los jeques y jequesas que los aderecen. Así lo hicimos, y para demostrar que no fue por casualidad, lo repetimos cuantas veces fue preciso hasta conquistar la Liga de España y la Liga de Europa. Hasta demostrar que el Real Madrid siempre regresa, que los ciclos están a la vuelta de la esquina en una órbita irregular a la que no se atisba su fin.
Seguirá sin atisbarse mientras el espíritu madridista se alimente de millones de corazones que percuten con fuerza sus paredes con sólo escuchar la palabra madridista. Mientras las plantillas se comprometan con ellos y con la estela de un club que encontró en Europa la razón de su existencia. Mientras los nobles veteranos muestren al ímpetu de los jóvenes que ningún jugador es mejor que el equipo junto, bien junto.
Porque una de las grandes cualidades de este equipo de la decimocuarta es su gotero envenenado. No necesitan más que una cápsula o dos dosis de oportunidad para liquidar a rivales, no importa los jeques y jequesas que los aderecen
Más juntos no pudieron estar en París, defendiendo un portero como una torre, aunque ágil como un gato, con la intuición propia de los que dominan su oficio tras muchos años de ejercerlo con dignidad y, últimamente, con genialidad. Más unido no pudo estar su entrenador con sus jugadores, unidad que crecía con la separación de sus cejas. Porque lograr lo impensable, aquello en lo que nadie confiaba, aquello que ni ellos mismos se proponían cuando comenzó el curso, requiere de compromisos indisolubles, emocionantes, que generen atmósferas que multipliquen las cualidades individuales y los infinitos detalles que genera no ya una temporada, sino cualquier partido de fútbol. Cuanto más una final de la Liga de Campeones.
Estos encuentros no están hechos para temperamentos endebles, sino adamantinos. Por fortuna, la dimensión de los últimos ocho años ha fraguado el carácter individual y colectivo de un grupo que ha tocado el cielo con sus dedos, que también se ha calentado acercándose a los infiernos. Éste de París, la competición entera, requerían la firmeza en el actuar, la imperturbabilidad ante el peligro, la transmisión gestual de la certeza en la victoria. Apenas trascendían las maniobras ajenas, sus embates en vano, porque la suerte del partido se escondía en la actitud de los nuestros. Rostros severos, mirada firme, confianza ilimitada en sus acciones y en sus compañeros. La compostura máxima en el escenario más escurridizo.
El ejercicio ha sido de una magnitud antes nunca vista, quizás sólo el Madrid de los yé-yé, jóvenes tiernos, sin el curtido necesario para una hazaña de este calibre, puede equipararse a este Madrid de transición, con noveles que fueron decisivos en las eliminatorias y en París, con la experticia de quienes pasaron antes por el trance. Ambas Copas cayeron del cielo tras rachas inalcanzables, y supieron casi mejor que las otras, tal vez por la osadía que acompañó a quienes avanzaban en su empeño, imposible de no admirar, inevitable no conmoverse. Quizás porque llegaron de forma inesperada, como el viejo amigo que siempre vuelve sin fecha fija al cabo de los años.
Así, a golpe de eximia y empeño, de elevación y terrenidad, la forja que comenzó hace más de un siglo sin grandes pretensiones, como quien esboza un borrador de un mapa que un navegante atrevido y visionario utilizará algún día para dar la vuelta al mundo, sigue su curso. Porque aún quedan rutas que trazar, marinos que descubrir, gloria que iluminar.
P. D. Esta es la primera Copa de Europa sin Paco. Tampoco nuestro maestro Antonio Escohotado pudo disfrutarla como antes. Seguro que hubieran sonreído con el logro.
Getty Images.
A veces el fuego repiquetea con enorme fuerza, otras con menos, pero, ¿Quién aviva el fuego de esa forja que parece imposible extinguir? ¿El club, los equipos o la afición? Tal vez sea lo que les une...
Cuántos cánticos tiene ahora esta victoria tan merecida y que se ha ganado tan a pulso. No lo digo por el arriba firmante del artículo.
Cuántos obstáculos han tenido que vencer. No solamente en el césped, la tormenta ha sido intensamente dirigida allí donde había una telaraña .
Desde el principio la consigna era que el Real Madrid estaba oxidado porque sus jugadores no reunían condiciones para disputar la Copa de Europa . Bueno , de entrada difícilmente podrían con la Liga. Eso decían, máximo favorito el Atlético que disponía de una plantilla mejor . Esto es de traca, pero lo siguen diciendo.No se bajan del burro. Lo cierto es que si se les ve contra el City la cosa mejora . O es que la Liga española no es tan mala. Y lo del Villarreal...
Las pruebas que aportaban de la flojera era que el Real Madrid estaba paralizado, en año sabático , con los despachos inactivos a la espera de un elefante. Nada más se había empleado en caza menor. Por otro lado , el centro del campo , afirmaban que tenía una misión imposible a la hora de competir con ingleses , alemanes y el francés. La causa era la edad de los tres de siempre , los magníficos. A lo largo de la temporada recibían tortas de todos los colores. Cuando no les veían en forma , ya les daban por jubilados, inoperantes . Se les había olvidado el oficio.
Qué decir de Carvajal, Militao, Lucas Vázquez.
El anciano Nacho, el novillero Camavinga o el falso central Alaba. Unos tuercebotas. Asensio , este año tampoco. Cuando salía Rodrigo , malo porque no mete goles. Un puesto con dos aspirantes y mal cubierto . Vinicius tenía que marcar todos los días para no estar en crisis.
Del entrenador , madre mía. Un desastre, vago y faltó de recursos . Otro alineanor.
A medida que iba a avanzando la Liga, estaba claro . Todos los equipos están fundidos . El Real Madrid es el tuerto, así cualquiera.
Lo más difícil de explicar era lo de Europa . El Real Madrid metiendo golazos . Benzema de tres en tres y cojonudos , por qué no decirlo.
A ver qué nos inventamos. Se encendió la lámpara. " Juegan mal" , es verdad que no siguen la enciclopedia exhaustiva del fútbol según San Guardiola. Pues es verdad, no nos movamos de aquí.
O sea que no sirve con meter más goles que el contrario. Mira que han metido goles los contrarios , se han puesto las botas. Lo que pasa es que hay un detalle incómodo . El Real Madrid ha metido más a todos. En esas eliminatorias donde siempre perdían los buenos, el Real Madrid siempre metía más goles . El Real Madrid se supone que jugando siempre, a la defensiva. Sin atacar .Esto es como lo del Espíritu Santo. Vamos a tener que ir más a misa.
Ah, se me olvidaba . Debería prohibirse que el Real Madrid alinee buenos porteros. Eso tampoco está bien visto según el manual del estilo. Los porteros de los otros equipos, siempre malos. No me jorobes , les mete goles hasta el anciano Benzema. Así cualquiera.
El final de este curso ha ido bien. Hemos aprobado, por los pelos. No se sienten, que volverán las oscuras golondrinas y veremos quién pone un paraguas cuando caiga el chaparrón .
Por un momento no olvidemos la realidad, no son superhéroes de celuloide.Son futbolistas de carne y hueso. Lo que hacen en el campo no es magia , no hay truco. Se llama hacer muy bien su trabajo . Estoy seguro que otros se esfuerzan incluso más que ellos,pero hay algo que casi nunca se destaca . Aquí el trabajo a destajo va unido a otra virtud . El talento del entrenador y de los que juegan habitualmente ya sea de inicio, o a veces ,es descomunal.
No se ganan cinco Copas de Europa en menos de una década si no se es el mejor equipo del mundo.
Por qué cuesta tanto decirlo.
Magnífico artículo-comentario, Mariano. Como siempre. Felicidades por tu forma de expresar tu madridismo.
Es la primera vez que reparo en un comentario tuyo. Me parece impresionante.
Intentaré seguirte a partir de ahora Mario Gómez. Expresas a la perfección todo lo que pienso de nuestro equipo. Sigue así
HalaMadrid
Muy acertada la comparación con Ali versus Foreman, llevo haciendo ese símil durante todas las eliminatorias. Este Madrid es el único equipo de fútbol que puede ganar por knockout y no por puntos.
Muy buen artículo y eso que está tan manido de veteranos y noveles es la mejor formación de un equipo.y una Copa que tiene un valor inmenso fue la
De los YeYes que fueron todos nacionales
Se nota que el articulista es un deportista de élite. Sí, utilizo el presente. Sabe de que va la vaina.
Si, encima, disfruta estampando adornos léxico-sintácticos...pues este es el resultado. Escribe como otros artistas pintan sobre el lienzo.
Entusiasmado de que apunte términos como "adamantinos", "eximia" y "experticia".
Bonito detalle en recuerdo del maestro Escohotado y a la galerna del Cantábrico, el tío Paco. El señorío auténtico es esto ; no confundir con poner la otra mejilla.
Se nota que el articulista es un deportista de élite. Sí, utilizo el presente. Sabe de que va la vaina.
Si, encima, disfruta estampando adornos léxico-sintácticos...pues este es el resultado. Escribe como otros artistas pintan sobre el lienzo.
Entusiasmado de que apunte términos como "adamantinos", "eximia" y "experticia".
Bonito detalle en homenaje al maestro Escohotado y a la galerna del Cantábrico, el tío Paco. El señorío auténtico es esto ; no confundir con poner la otra mejilla.
Yo creo que los que siguen criticando al Madrid, a pesar de la increíble trayectoria en esta última Champions, son los mismos que siguen llamando "pasabolas" a Nadal, a pesar de que es el tenista con más títulos de la historia. Claro, y en qué consiste el tenis sino en pasar más bolas que el contrario. Y el fútbol sino en meter más goles que el rival. Supongo que habría que criticar al Madrid por ser un mero "metegoles", así sin más, sin estilo ni mística ni nada. Cómo disfruté el sábado, convencido de que ganábamos por mucho que el Liverpool se empeñara. Hasta mis amigos culés se rindieron a la evidencia y me felicitaron.