Se ha terminado la Eurocopa de Alemania con la victoria brillante e incontestable de España. Con este título la selección española se corona además como la mejor del fútbol de naciones del siglo XXI: tres campeonatos de Europa y uno del mundo en, ojo, dieciséis años. Se dice pronto, pero es una barbaridad. Desde luego, la federación más corrupta del hemisferio norte no se merece un equipo ganador de semejante envergadura histórica y probablemente el adocenado país en el que nos hemos convertido, tampoco. Pero esta es la realidad o, como dirían los chavales del TikTok, los factous. Es curioso pero la victoria del equipo de Luis de la Fuente coincide, por primera vez, con un triunfo del Madrid en la Copa de Europa de clubes, pues en 1964, cuando el gol de Marcelino, el Real había perdido la final en el Prater de Viena con el Inter, lo que fue el epílogo del inmortal Madrid de Di Stéfano.
Esta circunstancia, unida a que el núcleo veterano de la selección campeona en Berlín es madridista, o procede de La Fábrica, reconcilia en parte a España con el Real. De la Fuente, que se ha revelado como un entrenador sencillo, pragmático e inteligente, pura escuela Ancelotti, ha conformado un grupo equilibrado de tipos duros con experiencia y chavales muy jóvenes con gran talento y desparpajo. La base de su Rat Pack ascendió con el Castilla a Segunda División en el año 2012. Sobre todo, Carvajal es el gran triunfador de esta Eurocopa.
Todos los éxitos de la selección española han tenido en su cimiento un jerarca madridista, desde la victoria sobre la URSS en el Bernabéu (Villalonga, el entrenador de las primeras dos Copas de Europa; Zoco y Amancio) hasta la de Kiev frente a Italia (Del Bosque, claro, pero también Casillas, Ramos, Arbeloa y Alonso) pasando por la extraordinaria de 2008 (Casillas y Ramos) y el Mundial. Ahora le ha tocado a él y es una forma de justicia poética para el que es ya, y sólo tiene treinta y dos años, el mejor lateral derecho de la Historia del fútbol mundial. Junto a Nacho sumó el domingo su séptima Copa de Europa y la aportación intangible de estos dos al éxito español ha sido poco comentada, en mi opinión.
Nacho y Carvajal han puesto sobre la mesa el gen ganador madridista que el fútbol español había perdido con el final de la generación de oro que ganó dos Eurocopas y un Mundial
Ese control psicológico de los grandes partidos, el cancherismo y el aplomo en esos momentos en los que se nubla la vista y tiemblan las piernas, han resultado determinantes por ejemplo en la prórroga contra Alemania, tras el gol francés en semifinales o en los minutos de incertidumbre que siguieron al empate de Inglaterra en la final. Nacho y Carvajal han puesto sobre la mesa el gen ganador madridista que el fútbol español había perdido con el final de la generación de oro que ganó dos Eurocopas y un Mundial. También, claro está, ha ayudado Rodri, al que Carvajal, según confiesa, está loco por convencer de que fiche por el Madrid. Con la baja de Kroos, la verdad, Rodri le vendría al Madrid como anillo al dedo, aunque supongo que hacerle dos veces la misma jugada a Guardiola, diez años después, está fuera del alcance incluso para los poderes superiores de Florentino.
Yo, dicho sea de paso, también me conformaba con Fabián, al que Carletto se llevó a Nápoles en su día y donde le sacó un prometedor rendimiento. Volviendo a Carvajal, el capitán del Madrid ha estado en el origen de todas las cosas. Le faltaba un título con España para que de puertas afuera, en ese mundo injusto de los premios individuales y los balones de oro regalados a Messi por publicidad, se le reconociera lo que es. Hacía falta que toda España, también la antimadridista, y el globo terráqueo al completo comprobarán qué clase de bestia competitiva es este minotauro criado en el más puro elemento madridista, que es la fiebre depredadora por ganar. Después del desprecio absurdo e inolvidable que sufrió de Del Bosque en 2014 y la mala suerte de 2016 y 2018, Carvajal ha visto por fin recompensados sus diez años de caporal total en la banda derecha madridista, desde donde ha influido notablemente en el disparate de Copas de Europa que el Real ha acumulado en ese tiempo, además de en todos los demás títulos.
Hacía falta que toda España, también la antimadridista, y el globo terráqueo al completo comprobarán qué clase de bestia competitiva es este minotauro, Carvajal, criado en el más puro elemento madridista, que es la fiebre depredadora por ganar
La Eurocopa de los madridistas, más allá de los españoles, ha sido desigual. El mejor de todos ha sido Bellingham. Lo de Jude es tremendo. Su aura es tal que ha estado cerca de acabar con el legendario gafe de la selección inglesa, el Atlético de Madrid del fútbol de naciones. Muy mermado físicamente, su presencia en el campo es sin embargo tan imponente que con él jugando es imposible dar por perdido el partido para su equipo hasta que pite el árbitro, como demostró con su golazo de chilena a Eslovaquia en el descuento. Todo el peligro de Inglaterra en la final pasó por sus botas, empezando por el gol del empate, aunque en el triste equipo de Southgate Bellingham parece un emperador exiliado en un bajo de Vallecas.
De los franceses es mejor no hablar. Mbappé es un fósil de Jurassic Park a la espera de que el aire y la magia del Bernabéu lo devuelvan a la vida. Tchouaméni es un mueble carísimo y a Camavinga su entrenador lo infrautiliza penosamente. Qué tipo, Deschamps. Hombre por hombre tiene la mejor selección de su generación y la hace jugar como si fuera el Osasuna del Vasco Aguirre. A Mendy, por ejemplo, que es el mejor defensor que hay ahora mismo en el fútbol, ni lo pone. Que la federación francesa lo haya ratificado en el cargo es el espaldarazo definitivo a España, Holanda, Brasil y Argentina de cara al Mundial de dentro de dos años.
Que la federación francesa haya ratificado a Deschamps en el cargo es el espaldarazo definitivo a España, Holanda, Brasil y Argentina de cara al Mundial de dentro de dos años
Lunin, Modric y Kroos han pasado por el campeonato sin pena ni gloria. Lo de Kroos ha sido triste porque si su carrera se hubiera acabado en Wembley el cuento habría resultado perfecto. Pero la vida rara vez es un cuento y su despedida estaba siendo demasiado ideal, muy platónica. Le tocó bailar el último tango con una selección alemana que sigue siendo fea y blanda, apenas una ilusión del viejo espíritu germánico. La selección europea con más títulos de todas lleva diez años sin levantar la cabeza y Kroos, el gran símbolo del fútbol alemán contemporáneo, puede que el mejor alemán de todos los tiempos con Beckenbauer, se marcha sin que haya siquiera un recambio de garantías a la vista.
Todo el mundo, estaba claro, ha acabado ensalzando el triunfo de esta España politizando el origen étnico de sus dos más destacados atacantes, Nico Williams y Lamine Yamal. Sin embargo, en 2008 el mejor futbolista de aquella selección española dirigida por Luis Aragonés que cambió el sino del fútbol patrio para siempre fue Marcos Senna, negro zaíno que debió ser el MVP del torneo, aunque al final se lo acabaran dando a Xavi.
Por no mencionar a otros negros y mulatos que en diversas épocas defendieron la camiseta española: Catanha, Donato, Engonga… Cuando en España no predominaban debates espurios importados de Norteamérica a todo el mundo le daba lo mismo de dónde fueran los jugadores y su color de piel. Se recalca el origen marroquí de Lamine, un chaval por lo demás nacido y criado en España con su padre y con su madre, pero ésta es de Guinea Ecuatorial, antigua provincia, que no colonia, española y único país de África donde la lengua oficial es el español. Por lo que Lamine no es que tenga poco de mena, sino que, a más a más, que diría el otro, es bastante más español que muchos de los políticos de izquierda a los que no se les cae de la boca su árbol genealógico con tal de excluir a medio país de la alegría colectiva por este triunfo.
Un triunfo, en último término, de la gente normal, como Carvajal, que aprendió a soñar con hacer cosas extraordinarias en la cantera más importante de la historia del fútbol de selecciones español.
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Recomendar el artículo de Soto Ibars en el confidencial hablando de lo mucho que les importa la raza a todos esos que se declaran antirracistas, progres, wokes etc.
Del resto decir que Senna fué el mejor de la eurocopa 2008 es pasarse un poco, que estuvo muy bien pero vamos...
Y tb ya le gustaría al patético ser Inglaterra, al menos Inglaterra tiene un mundial que es el máximo título a nivel de selecciones, el paleti aún tiene 0 champions que es el máximo título a nivel de clubes.
Buenos días, tengo más años que el puente del rio de mi pueblo, que lo hicieron los musulmanes,
y por lo tanto recordar como los ingleses ganaron en 1966 su mundial, de aquella manera, en un robo catedralicio a los alemanes, hay cosas de las cuales es mejor no presumir
Mi insta es anarco_el por si queréis conocerme.
Estoy soltero y me gustaría conocer un chico sano, deportista, alto, con sentido del humor y que no se eche atrás en los problemas.
Un beso.