Ahora sí, abuelo. Ahora rememoro aquel orgullo que destilaba tu relato y por fin lo comprendo. Desde la inocencia infantil, capaz de detectar lo más sutil, nos quedábamos prendados con la solemnidad del tono de tu voz. “¿Vosotros sabéis lo que son seis copas de Europa?” nos preguntabas. Pero nosotros, tus nietos, te escuchábamos en silencio, incapaces de comprender la dimensión de aquello que nos contabas con tanta admiración. Nos hablabas de La Saeta, que se descubría en nuestra imaginación como un superhéroe capaz de las mayores gestas. Nos mencionabas a Puskas, una especie de Sancho Panza que podía disparar un balón con la fuerza de un cañón y, cómo no, de Gento, tu favorito, no solo porque era tan rápido como un rayo sino porque ambos teníais el privilegio, te honrabas, de haber nacido en Astillero. Y entonces, cuando ya habíamos sucumbido al encantamiento, arremolinados a tu alrededor, volvía otra vez el mismo desafío para espabilarnos, como una ola gigante del Cantábrico que iba y venía sin desfallecer: “¿Porque vosotros sabéis lo que son seis copas de Europa?”. Y no, no lo sabíamos.
Durante el resto de mi vida futbolística el recuerdo del momento en que mi abuelo nos explicaba cómo era el Real Madrid se tradujo en un puzle inacabado a falta de una pieza que se me antojaba imposible. Pese a que al poco de asumir mi madridismo tuve la esperanza de experimentar la satisfacción de ganar una copa de Europa, el Liverpool de Souness y Dalglish me reafirmó de nuevo en mi ignorancia. Eran los inicios de los ochenta, y por aquel entonces ya había arraigado en el seno de la afición blanca la nostalgia por un tiempo mejor. El periodo que aún quedaría por padecer hasta vislumbrar una posibilidad similar fue duro y prolongado: el esplendor de la época dorada se difuminaba, el peso de la entidad en el contexto continental disminuía y aunque la irrupción de la Quinta del Buitre consiguió revitalizar el viejo anhelo cada uno de sus intentos desembocaron en nuevas frustraciones. La cruda realidad se ensañaba conmigo mediante una pregunta que, por rebajada, dejaba constancia de lo quimérico de mi propósito: ¿Sabía lo que era ganar una copa de Europa? Y no, no lo sabía. Ni una.
Pero por fin llegó el momento soñado y tras veinte años de sufrida espera el Real Madrid me permitió gozar, en las postrimerías del siglo XX, de la conquista del más preciado galardón. Y, aunque en ese preciso momento el logro tampoco parecía responder aparentemente a una inercia ganadora, en los siguientes veinte años al gol de Mijatovic en Ámsterdam le sucedió la carrera de Raúl en Paris, la volea de Zidane en Glasgow, el remate de Sergio Ramos en Lisboa y el penalti definitivo de Cristiano en Milán. Como si del cuento de Hänsel y Gretel se tratase, el Real Madrid había retomado el camino de retorno a casa y su casa era la hegemonía de Europa. Tan solo quedaba un paso más. Y ese paso sucedió ayer.
La Champions conquistada en Cardiff no guarda un momento particular para la memoria sino una exhibición coral, durante toda la segunda parte, con la cual los jugadores rubricaron su gesta. Su valor no solo se realza por haber ganado por primera vez, un mismo equipo, dos Champions seguidas o por haber logrado tres en cuatro años, sino principalmente por englobar a su vez a muchas otras orejonas. Ponderarla sin atender a las anteriores resultaría en vano. Porque la duodécima también responde por la séptima, la octava, la novena, la décima y la undécima. Ha sido el final de trayecto a los orígenes, el consuelo global de todos aquellos que padecimos una odisea de treinta dos años de sequía, del mal trago posterior de un ciclo triunfal del máximo rival, de corrientes adversas surgidas, a todos los niveles, como consecuencia de un antimadridismo irrefrenable. Es, a fin de cuentas, la respuesta a aquella pregunta tanto tiempo sin responder:
-¿Porque vosotros sabéis lo que son seis copas de Europa?
Y sí, abuelo, ahora sí que sí, por fin, ya sé lo que son.
Grande, Pepe!!!!. Debemos ser de una generación parecida, porque me identifico totalmente con lo que escribes. Mi hijo que ha visto 3 seguidas antes de llegar a la adolescencia, no podrá nunca entender lo que fueron aquellos 32 años en los que llegamos a pensar que era totalmente imposible ganar una Copa de Europa. Ayer no era una noche para ganar una Champions, cosa que otros pueden hacer, se trataba de entrar en la historia. Eso solo lo puede hacer un equipo de leyenda: el Real Madrid
No conocía tu sangre montañesa, aunque bien pensado es lógico la mejor manera de ser un buen montañés es tener el corazón muy blanco.Ya sea en blanco y negro, como nuestros mayores, o rodeado de colorines sobre los que destacar como nos ha tocado a nosotros.
Totalmente. 😉
Soy de Madrid (área muy cerquita del Bernabéu, por cierto), pero de ascendencia Cántabra directa.
Un pequeño matiz, Gento nació en Guarnizo que aunque pertenece al Ayuntamiento de El Astillero tiene Junta vecinal propia, que es una peculiaridad de la Administración Territorial de Cantabria. Me alegra que ahora entiendas mejor el mensaje de tu abuelo ya que seguro te lo decía desde el dolor por lo perdido, porque si para vuestra generación fueron 18 o 20 años de espera de algo que intuíais pero no conocíais para la nuestra fueron 32 de añorar algo que habíamos vivido plenamente y que no sabíamos si volveríamos a ver. Un fuerte abrazo de un veterano madridista
Hola Zarraga,
Sabía de esa peculiaridad administrativa. Pero mi abuelo siempre me lo contó así, supongo que para sentir más de cerca la leyenda de su paisano. Aunque también es verdad que tuve el honor de coincidir con don Francisco el año pasado y cuando le expliqué los orígenes de mi abuelo me respondió "¡Si yo también soy de allí!". Un allí que no era exacto pero sí muy próximo.
Pero bueno, lo importante, como bien indicas, es el periplo que tuvimos que pasar - para algunos más largo que otros - hasta llegar de nuevo al lugar de origen: otras seis copas de Europa.
Pepe, me afloran lágrimas incontenibles leyendo tu artículo.
"Pero vosotros sabéis lo que son seis Copas de Europa ???"
Pues ahora sí, Papá, ahora ya lo sabemos y lo hemos gozado como lo gozasteis vosotros. Y tú, allá donde estés, lo habrás disfrutado tanto o más, viendo a tu hijo y a tu nieto aprendiéndolo en el Millenium de Cardiff, 50 años después. Muchas gracias, Madrid, por tanto que nos has dado !!!
Y muchas gracias Pepe, por capturar y articular este sentimiento tan profundo con tanta sencillez y emoción.
Un fuerte abrazo Madridista !!! Rafael Rubio
Buenas, yo también me identifico con Pepe, y a la vez con c.lumbreras, ya q tengo q ser de la misma generación, y se lo explico a mi hijo q ya ha conseguido 3 copas de Europa.
Hala Madrid y nada más
Felicidades a todo el Madridismo!
Me quedo con la palabra que tenia en mente cuando acabo el partido:
Que Belleza. 🙂
Durante hoy fui a parar a artículos sobre el partido en la web de la BBC, me encontré con bastantes comentarios desagradables, antes del partido como se comento, los supuestos "neutrales" iban casi todos con la juve -- hay algo más y esto lo vi cambien en comentarios posteriores al partido; el que no respondiéramos a las acusaciones del bayern ha calado, y mucha gente se quedo con que hubo "robo" contra ellos... Por eso importa responder, la gente no mueve argumentos y datos reales y completos -- se queda con corrientes de opinión, y estas las genero con mucha argucia el bayern.
Otra cosa, deberíamos responder a lo de las "copas de Franco" porque se ven comentarios terribles diciendo que hubo "game fixing by a fascist government, to a criminal level" Esperamos que caiga por su peso la realidad de como fue la historia del mejor equipo del mundo en aquel momento, y los relatos históricos de toda la prensa internacional (y por supuesto que aun se pueden ver los partidos) pero es un error esperar que la verdad se abra paso por si misma, el daño que hizo el farsa con esos cuentos afecta en el extranjero, debemos salir al paso con todo. No debemos descuidar esto permanentemente, se ganan guerras con propaganda, y la tenemos toda en contra.
Detalle triste para mi ver eso hoy, en un día tan feliz.
Pero a lo que vamos, alguien debería empezar con las crónicas de Kiev. 🙂
Tenemos que luchar contra todo, pero no estamos ya acostumbrados?
Muy bueno. Yo también viví de niño la decepción del Madrid de los Garcías contra el Liverpool. Lo peor era la sensación de que llegar a la final había sido de por sí un milagro que no se volvería a repetir. Quién nos iba a decir que nosotros también sabríamos lo que es ganar 6 copas de Europa.