De más a menos, de menos a menos y nunca de más a más, como el que juega de memoria aunque olvida partes, confundiendo automatismo y previsibilidad, para elegir lo menos arriesgado hasta el tramo en el cual resulta inevitable un golpe de genio u otro, pero ni la posición ni la precisión son entonces las debidas. Hacia la media hora llega el primer disparo a distancia, sin que haya llegado todavía el primer regate de ruptura, y el baile de centros desde una banda a otra, aprovechando el lateral libre en cada caso, se resuelve devolviendo el balón poco a poco hacia la banda contraria, donde si no media algún robo del contrario todo recomienza.
¿Les suena esta descripción? Vázquez emula a Varane en la falta de acierto. Modric se las ingenia con maravillosos quiebros para encontrar posición de tiro, y lo ensaya; pero no logra impedir que salgan muy desviados y acaba renunciando, desolado ante la diferencia entre aquello y lo conseguido en entrenamientos. Bale demuestra hasta tres veces su fantástico salto, y un juego de cuello que le permite estar en el top five de los cabeceadores, si bien ninguna de esas ocasiones impone al portero contrario una acción meritoria, y entretanto bate su propio récord de ineficacia. La cacareada presión alta, siempre algo alocada, se ha diluido hasta lo irreconocible, quizá porque solo el Milán de Sacchi supo mantenerla férreamente, y porque el Real juega en definitiva a otra cosa.
Su destino es combinar el mejor plantel con la más heroica entrega, y el último lustro demostró hasta qué punto su espada de Damocles es estar ahíto de ganar lo supremo, y desganado a la hora de cumplir con lo accesorio, llámense Copa del Rey, Liga, Clásicos o Derbis. Pero ese es el peso de la gloria, y tras el correctivo del Camp Nou tocaba ver el nuevo capítulo de su particular Juego de Tronos, ante un Valladolid meritorio que bien pudo ganar o puntuar –reventando el larguero con dos zambombazos-, aupado esta vez al triunfo por la pura chamba del primer gol. Benzema, que ya había esparcido algunos relámpagos de clase, forzó de modo magistral el penalti, y Ramos remató el lance con otra muestra de sus pasmosos arrestos.
Un viaje por Argentina y Chile me impidió ver lo ocurrido durante la semana pasada, y quizá sea un jet lag paradójico el que me lleva a sentir la llegada del simpático Solari con alivio. Tanto como algunos refuerzos del exterior, el Real necesita aprovechar la cuesta abajo para rodarse sin prisa ni pausa, sacándole partido a esta cura de humildad. Catar banquillo le vendrá de miedo a unos cuantos.
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Sin prisa ni pausa, bien dice usted. Hoy lo único importante era conseguir los tres puntos, pero cómo nos complicamos las situaciones algunas veces.
Tan difícil es sentar a algún veterano? Esperé treinta y dos años a la ansiada séptima, y me gustaría no esperar tanto para ver sentado de suplente, por ejemplo, a Bale. Digo sentarlo aunque sea solo un "partidico", uno solo !!
Pues, yo, a quien quiero ver sentado pero, no un partido sino muchos, es a Sergio Ramos. Un tío con dos coj.... como pidió el propio Solari, para ir a Melilla pero, el problema es, que los tiene ocupando el lugar que debería ocupar el cerebro. Hoy, ha sentado cátedra de todo lo que no debe hacer un central: mal situado, lento, saliendo a destiempo para tapar huecos a los que es incapaz de llegar y dejando huecos a su espalda, mucho más peligrosos; deshaciendo, en dos jugadas, el fuera de juego ¡por más de diez metros! Perdiendo continuamente el sitio, siendo superado cada vez que se lo propone el adversario... pero, eso sí, yéndose arriba a intentar marcar un gol, cuando el Madrid tiene, por delante de la línea del centro del campo a ocho jugadores y ya no estaba Casemiro para achicar balones.
Lo siento. No puedo con él. Y, lo más triste de todo, es que se cree la fusión de Beckenbauer y torpedo Müller.
Gracias a Dios alguien que piensa como yo. Pensaba que estaba sólo en esto. No puedo con los descerebados y éste es uno de los grandes.
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Si he nombrado a Bale por decir uno, en cuanto a lo difícil que es sentar a alguno, como entiendo que propone el autor del artículo.
Que Solari haga algo nuevo, que jueguen los "críos", pero algo nuevo !!
La cura de humildad debería empezar desde el capitán,Ramos, que celebra el penalty como su hubiese ganado la Copa del mundo.
Pudimos perder o empatar, pero esta vez los postes fueron nuestra salvación a diferencia de otros partidos, en que fueron nuestra condena.
Mal partido, previsible, y con un centro del campo horroroso, en dónde solamente Casemiro sujetaba las acometidas del rival.
Nadie presiona ni parece que vaya a presionar, se espera al rival y si no la pifian los centrales, a seguir pasando los minutos.
Arriba siguen cayendo centros a la zona del 9 y no hay nadie.........Bale un par de remates y Benzema jugando bien entre líneas y disparando fatal como siempre.
Ayer sólo salvo a Reguilón y a Odriozola.
Seguimos en la UVI.
Pasó con Hierro, mal hace Florento en no aprender de aquello y mal hacen en no recordárselo a Ramos. Ayer fue penoso oirle hablando de sus records como hacía un tal mejor goleador de la historia del equipo. Pero no es él quien genera juego, el deambular de Bale en el campo es putapénico, Vinicius es como una suricata que sólo se mueve en defensa si le avisan de que hay peligro, Benzemal no juega en su posición, Asensio tampoco y Asco, también llamado "fagia", sólo se entera de donde están sus compañeros después de hacer siete controles, pisaditas y farándulas, y ahí está porque James fue el único fracaso de Zidane, el cuál se fue porque no le dejaron renovar la plantilla por hacer un estadio. Un constructor de edificios es el director deportivo del Madrid, ése es el problema.
¡Qué bueno que haya novedades! Ahora toca machacar a Vinicius.
Vi el partido en diferido, sabiendo de antemano cómo había quedado. Es un buen ejercicio, la verdad, porque no tienes ese cabreo cada vez que uno falla medio pase. Dos equipos, uno con mejor calidad futbolística hombre por hombre, y otro con mucha confianza en lo que hace, y parece fácil cómo lo hace. Los equipos saben que el Madrid va a tener unas cuantas y lo asumen, confiando en que no haya suerte y no les hagan un gol. Lo que más me cabreó de todo, y me tuvo un rato cabreado, es el fuera de juego que se le pita a Gareth Bale, que no fue, que se queda solo delante del portero, y que el linier, en lugar de esperar a ver cómo acaba la jugada y que el VAR decida, levanta el banderín como un rayo y el árbitro anula la jugada y no deja seguir.
En el último partido en el Bernabeu, el Levante llegó a marcar un tercer gol en el que hubo de 5 a 10 segundos entre el fuera de juego y el gol. Luego levantó la bandera y estuvimos un rato esperando a ver qué decía el VAR. Da la impresión que desde el gol en (no) fuera de juego de Asensio ante el Espanyol hay consigna de que no se vuelva a producir esa jugada nunca más a favor del Madrid, porque en Barcelona hubo dos o tres.
En cuanto al partido, mi conclusión es que falta confianza, y mucha. De esa confianza que sólo tienes cuando consigues el fruto de tu trabajo. Otra cosa es que parece que hemos fichado un lateral izquierdo, porque me encanta Reguilón. Es un gran descubrimiento.
Nuestro mayor handicap es que alguien remate con acierto lo que se produce. Y en cuanto a los postes del Valladolid estoy algo desconcertado. No entiendo cómo un mismo tipo de jugada puede ser señal de hacer las cosas mal tanto si se producen a favor como en contra. Cuando haya un criterio unánime sobre cómo se deben interpretar los tiros al poste opinaré.
Estoy muy de acuerdo con tu comentario. Y también creo adivinar cierto cambio de rumbo en la aplicación del VAR.
Es que ya le van cogiendo los trucos para minmizar sus efectos. Mucho han tardado