He seguido el mal llamado «asunto Negreira». Por cierto, vi a este señor en persona pitar en varias ocasiones. Nunca sospeché que, décadas después, fuera objeto de atención alguna. Ni siquiera minutos después.
Digo mal llamado porque no es el «asunto Negreira». Es el asunto Farsa. Farsa, sí, con F. Con F de fastidiar. Con F de fiscalía. Porque es la fiscalía la que ha llevado a cabo las pesquisas. Ni usted, ni yo.
En esas, y leyendo como uno lee todo lo que cae en sus manos o, en este tiempo, en su iPad, cae en una impresión. Ya, ya lo sé, lector madridista, que no le voy a descubrir gran cosa: la culpa de todo la tiene el Madrid. Ya lo decía Don Santiago. Y aquella frase célebre, de la que circulan varias versiones, y que por lo tanto meramente parafrasearé. El antimadridismo es el precio a pagar por ganar. Por tener más Ligas que nadie y más Copas de Europa que nadie, dijo, más o menos, nuestro padre espiritual y futbolístico.
Ahora atacan a D. Santiago. Analfabetos. Había mucho de matemáticas en aquella frase. A pesar de sus fundamentos jurídicos. Don Santiago decía Copas de Europa. Los jóvenes dicen Champions. Los que vimos palmar al Madrid de los García en aquella final inesperada contra el gran, grandísimo Liverpool (va por mi amigo, el profesor Robert Portass), con apenas nueve o diez años, o en las eliminatorias con el también gran, grandísimo Milán de Sacchi, de Maldini, aún mantenemos la expresión Copa de Europa. La misma de la que nos apeó D. Carlo, nuestro míster tan amado por mí, con aquel gol tremendo. Para nosotros, los mayores, es la Copa de Europa. Pues bien, ese Madrid es el causante de todos los males de la dichosa F.
Les debo confesar que ando muy liado. Estamos en las últimas semanas del cuatrimestre universitario, de tal manera que anda uno apurado dando las clases para concluir el curso. Y mi asignatura de este cuatrimestre tiene que ver con el final de la Hispania romana. Que es lo mismo que decir que con el final del Imperio.
El Real Madrid tuvo, tiene, la culpa de todo
A veces tengo la impresión de que el Real Madrid, el Real, como nos llaman fuera, tiene la culpa de todo. Muchos medios, los de la F, nos acusan.
Así que me van a permitir un pequeño juego fuera de lo académico, que es el mundo al que pertenezco. Un juego simple, infantil si quieren, pero cargado de simbología. La que existe entre lo imposible, que es el mundo en el que se mueve el club merengue, como tanto le gustaba decir a mi abuelo, y la realidad. Porque el Real se mueve en lo imposible. No de otro modo se puede entender haber ganado catorce Copas de Europa. Como el reto que tenemos el día nueve. El reto de lo imposible.
Los godos de Alarico asediaron Roma tres veces. Ocurrió entre 408 y 410. A la tercera fue la vencida. El saqueo de Roma, en el mes de agosto de 410, es un episodio bien documentado. Curiosamente, nuestro mejor informante escribía desde muy lejos. Desde la Palestina romana, desde Belén. Se llamaba Jerónimo. Estaba muy bien informado de lo que sucedía en Roma, porque tenía una excelente red de corresponsales. Lo más parecido a nuestro Twitter. Y usted, lector madridista, sabe que le echó la culpa al Real Madrid Club de Fútbol.
Sí, como también se la echó su colega, y en cierto modo rival, Agustín. Porque escribió De ciuitate (sí, con u) Dei para contraatacar, ríanse ustedes de El Imperio Contraataca, a los paganos que culpaban a los cristianos por el desastre del saqueo de Roma por Alarico. Sí, madridistas, también el Real Madrid Club de Fútbol fue culpable de que Agustín decidiera justificar los desmanes bárbaros en Roma.
Claro que con esto no acabó la implicación del Real en el final del Imperio. Cuando el bárbaro Odoacro, no nos engañemos, jefe militar de las tropas imperiales en Italia, por lo tanto muy ajeno a una invasión, decidió apartar a Rómulo Augústulo, el último emperador, jugaba en el lateral izquierdo del Real. A Rómulo, y eso lo sabemos científicamente, le entregaron una pensión dorada. Ríase usted de las de los dircom. Miles de solidi, que era la referencia del patrón oro. Algo así como las reservas áureas del Banco de España, del Banco Central Europeo, o de la Reserva Federal en Estados Unidos. Sí, también el Real tuvo la culpa. Y no hubo palancas. No hubo un Roureus. Un Augustus Roureus como el actual, del cual, por cierto, admiro su inteligencia y capacidad táctica, a pesar de estar en sus antípodas. Pero no lo hubo.
No desfallezcamos. Siempre nos van a acusar. Más ahora, que la Fiscalía, con F de Farsa, investiga siete millones de euros.
El Real tuvo, tiene, la culpa de todo.
Getty Images.
Don Santiago, ya que cita usted a Rómulo Augústulo, he de decir que tengo una versión un tanto heterodoxa del final oficial del imperio occidental. Le dejo el enlace a mi video en youtube al respecto: https://youtu.be/_Ea3JJPRaiI
Espero me disculpe La Galerna por poner el enlace. El canal no está monetizado, así que no me llevo un duro. Es pura afición. Como la madridista.