A riesgo de que el amable lector no siga leyendo, me atrevo a comenzar este escrito diciendo que no hay novedades significativas en la última victoria del Real Madrid de Pablo Laso. Es el mejor y ya está. Y nada más, como nos gusta cantar o escuchar a los madridistas. Es un hecho cierto que este equipo está acostumbrado a los grandes momentos y cuando se encuentra en ellos siempre cumple. Diríamos que son personas cumplidoras, obedientes con sus obligaciones que vienen impuestas por la pertenencia a un club cuya tradición lo exige.
En muchas ocasiones en las últimas temporadas se ha puesto en cuestión el rendimiento del equipo o de los jugadores; me imagino que, a consecuencia de la inveterada costumbre española de la charla aguda, o debido al aburrimiento de temporadas tan largas y anodinas como las del baloncesto actual. Hasta los propios entrenadores de la Liga Endesa dieron por vencedor al Barcelona, como si no hubiera sido vapuleado en fechas cercanas a la Copa por el propio Valencia Basket al que, en aquella ocasión, se le atragantan los últimos cinco minutos. No se le “hicieron bola” en los cuartos de final y el equipo azulgrana se fue para su casa, poniendo de manifiesto una vez más que tiene grandes jugadores, pero que le queda mucho por recorrer para tener un gran equipo.
Lo contrario del Madrid, que ha demostrado en numerosísimas ocasiones que es un equipo en el que confiar y que mejora su rendimiento conforme pasan las eliminatorias, como hacen los grandes atletas en los Juegos Olímpicos. Liquidó al Valencia -que en las últimas once jornadas de la Euroliga ha ganado tantos partidos como el Maccabi y uno más que el Panathinaikos-, con la misma facilidad con la que masacró al Unicaja. Así que, uno no termina de explicarse muy bien como los peritos del baloncesto, los directores de juego que pululan por estas canchas hispanas, no se decantaran en su mayoría por el equipo que en vez de escudo parece que llevaran en el pecho un sello de certificación: somos el Madrid de Laso y aseguramos títulos.
No siempre claro está, porque como dice el maestro Escohotado nadie es remotamente perfecto, si bien conforme pasan los años más cerca están de conseguirlo. Se han convertido en un organismo que controla sus estados de ánimo y sus descansos y puntas de rendimiento óptimo a su antojo. Ha adquirido un potencial enorme con la visión de Juan Carlos Sánchez y Pablo Laso, que manejan el día a día y el largo plazo como visionarios. Desde que algunos jugadores comenzaron a cumplir años y otros a marcharse a la NBA, maniobraron para fichar relevos que se han consolidado como piezas de extraordinario valor. Hoy, Campazzo, Tavares, Randolph, Thompkins, Causeur, Deck y demás, llevan la voz cantante con la partitura bien aprendida.
Todos los citados están en un momento álgido de sus carreras, pero en concreto Campazzo ha cuajado en uno de los mejores bases que uno recuerda. En defensa se mueve con rapidez y contacta con fuerza y en ataque cada vez controla más sus emociones. Nos ha regalado una actuación soberbia, dominante, inalcanzable para cualquier otro en su posición, aunque como a él le gusta decir, con otros compañeros no sería lo mismo. Por supuesto, hoy día y casi siempre, el Madrid es una Historia y el resto camina por otros senderos.
Y qué decir de Tavares, un jugador que vale por una muralla y que obliga a los rivales a dar rodeos o a rendirse. Lo bueno es que el Madrid demostró que también es capaz de jugar sin él, y cuando Laso lo sentó en la final nada más comenzar la final, salió Felipe Reyes y en un santiamén cosecharon veinte puntos de ventaja. Habían transcurrido ocho minutos de partido y el Real Madrid ya era el campeón, con mi mayor respeto por el Unicaja, un equipo clásico en España que acusó la baja de Jaime Fernández.
Así es este grupo que nos ha devuelto a un tiempo que pensamos ya extinguido, cuando Ferrándiz, Lolo Sáinz y sus pupilos sólo tenían uno o dos rivales a su altura en Europa y los títulos caían como churros. Además de inapelable, el Madrid de Laso es capaz de mostrarse brillante, de bordar el baloncesto y suscitar en la grada aplausos de admiración ante la belleza y la contundencia de su juego. Se dice de este equipo que te pone en suerte y luego te noquea con rachas arrolladoras. Esta vez, en esta ocasión, las rachas duraron mucho más que los minutos de adormecimiento.
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(Así es este grupo que nos ha devuelto a un tiempo que pensamos ya extinguido, cuando Ferrándiz, Lolo Sáinz y sus pupilos sólo tenían uno o dos rivales a su altura en Europa y los títulos caían como churros. )
Buenas tardes campeón , hay que tenerlos cuadrados para desmerecer y devaluar de una manera tan burda y bestia una trayectoria tan inmaculada y limpia como la de la sección de baloncesto
que en los años 60 y 70, 4 españoles bajitos y 2 americanos desechados de la A.B.A. y de la N.B.A. les ganarán unos cuantos títulos europeos a los sovieticos, yugoslavos, checos e italianos, entonces autenticas selecciones nacionales, hoy es más difícil ( ¿ a que si?) teniendo como tenemos un presupuesto de más de 40 millones de euros que sólo 2 equipos nos igualan en la Euro Liga, es evidente que con madridistas como usted no necesitamos enemigos
Mira que he leido cosas asombrosas en los comentarios a los textos a lo largo de los 5 ejercicios de existencia de La Galerna, pero tener que leer a un tal Cicatriz dar lecciones de madridismo a Joe Llorente es algo que trasciende mi capacidad de sorpresa. Risible.
Buenas tardes, no me voy a enredar con usted, ya que al ser juez y parte lleva todas las de ganar, pero vamos que si el argumento de D. José Luis no le recuerda a los argumentos de los seguidores del Barcelona sobre que nuestras copas de Europa de fútbol en los años 50, son en blanco y negro y los sorteos y calendarios estaban amañados, más no puedo hacer, cada uno ve lo que ve en función de lo que le interesa. Para terminar mucho cuidado con el fuego amigo, que entre ganar Copas de Europa y hacer churros poca diferencia hay, lo que hay que leer y aguantar. Risible es poco, es denunciable lo del Sr. este
que seria de este equipo si le trataran como se merece tanto la mafia arbitral como muchos que dicen ser madridista que cuando flojea en lo largo de la temporada que es normal por que son humanos ya le estan dando palos un poco de respeto a los dos referidos arbitros o mafia mas piperos, siempre estaremos con nuestro equipo que despues cuando pasen años reconoceremos todo lo que han echo y nos an dado hala madrid siempre.
No hace mucho nos tangaron 3 Euroligas, contra Olympiakos en Londres. Maccabi en Milán y , la última ante CSKA en Vitoria. Arbitrajes nefastos y anti-Real Madrid.
Sí. Tradición , fundamentada en la camiseta y el escudo, obliga. Pablo Laso dice - y, perdón, un servidor también- que cuando ganas tienes más ganas de ganar. Sí, es una especie de inercia que se refuerza por la senda de la victoria y el buen baloncesto. El espectáculo que nos ha ofrecido este EQUIPO , durante los 3 días de partido, ha sido maravilloso. En fin, que espero seguir festejando victorias madridistas y viendo cómo celebran los jugadores madridistas. Me encanta el desmadre en el vestuario que se desencadena cuando suena “Love of lesbian “ ( los toros en la Wii ), la canción fetiche de este magnífico conjunto de deportistas.
Y, por supuesto, espero continuar leyendo estos excelentes artículos de baloncesto que nos brinda La Galerna.
Campazzo ya es sin duda uno de los mejores bases de nuestra historia, y algunos de ellos, con Corbalán a la cabeza, son leyendas del baloncesto europeo.