Austin FC vs. Los Angeles FC. The Texas Chainsaw Massacre
Malas noticias, amigos míos: ayer el LAFC sufrió una contundente derrota a manos del equipo texano Austin FC por 4 goles a 1. Fue una auténtica masacre futbolística, una matanza deportiva en Texas. Puro cine de terror. Pero mantengan la calma. No se dejen llevar por el pánico. Porque al igual que la película de Tobe Hooper muestra mucha menos violencia gráfica de lo que la gente se piensa, la derrota de ayer en Austin no resulta tan trágica como parece.
El LAFC sigue líder en la tabla tras una larga racha de victorias ligueras, está clasificado para los play offs y además acaba de fichar a Cristian Tello, que viene del Betis y seguro que se sabe algunos chistes de los Morancos para alegrar al alicaído vestuario . No para de fichar el LAFC. El día que descubra el chollo de las palancas arrasa los campos europeos igual que Atila el Huno.
Cierto es que ayer el LAFC jugó de pena. Solo un tardío gol de Arango salvó el honor de los Black & Gold. El resto, un despropósito. La defensa del equipo era como un sketch de Benny Hill a cámara lenta. Pero la derrota fue más dolosa para la dignidad y que para la clasificación.
Los hinchas angelinos, no obstante, se lo tomaron bastante mal y ayer vivieron un pequeño apocalipsis. “¡Es el fin de la liga, de los play offs! ¡El fin de todo!”, clamaban.
Cada vez quiero más al LAFC porque tiene vicios muy madridistas. La afición angelina afronta la derrota con idéntica sobreactuación que el madridismo “drama queen” y recurre a los mismos lugares comunes, tal y como pude comprobar por los comentarios que los hinchas dejaban en redes sociales durante el partido: ¡Este equipo no vale para enfrentarse a los grandes! ¡Con este banquillo no nos da para los play-offs! ¡No jugamos a nada! ¡Nos falta gol! ¡Etcétera, etcétera!
Empiezo a pensar que existe una organización de Piperos Sin Fronteras infiltrados en la hinchada del LAFC repartiendo consignas. La Sagrada y Secreta Orden de los Reptilianos de Tomás Roncero o algo así. O es eso o es que existe una especie de inconsciente colectivo jungiano-piperístico que hace que todos los aficionados del mundo repitan las mismas tonterías cuando golean a su equipo. Nihil novum sole.
O tal vez solo sea que todos tenemos un pipero royendo cascarujas en nuestro interior.
El ganador del partido de ayer fue el Austin FC, también conocido como “los Verdes” (dicho en castellano). Uno de sus dueños es el actor Mathew MacConaughey, lo que resulta algo humillante para el LAFC. En el terreno actoral la directiva del equipo de la meca del cine de lo más que puede presumir es de Will Ferrell, mientras que los pimpollos del Austin FC tienen a un ganador del Oscar. MacConaughey es un tipo ofensivamente atractivo, de esa clase de hombres que parece que son guapos solo para molestar. Como Guardiola, que da la impresión de que aprendió de fútbol solo para hacernos sentir idiotas a los que apenas entendemos este deporte. Mathew MacConaughey es el Guardiola de los actores. Punto negativo para el Austin FC.
Otro punto negativo es que siempre que el Austin FC marca un gol en casa, se encienden unos cegadores focos verdes colocados alrededor del estadio y, durante un buen rato, el campo se tiñe de un espantoso color kiwi. Es como estar en una rave puesto hasta arriba de metadona con sabor a lima-limón. El efecto es irritante y hortera, y verlo repetido hasta cuatro veces durante un solo partido puede causar ataques epilépticos y arranques de ira descontrolada.
Algo así debió pasarle ayer a Murillo, defensa del LAFC, que a mitad del partido se lanzó contra Urruti, delantero del Austin FC, y lo estrelló contra la primera fila de la grada de un empujón. Normalmente los futbolistas acostumbran a lanzar sus camisetas al público, pero Murillo les arroja a sus fans delanteros del equipo contrario. Un espectador de la MLS puede tener la suerte de que durante un partido le caiga un centrocampista en las rodillas, sobre todo si Murillo anda cerca. Durante la Segunda Guerra Mundial, el jerarca nazi Rudolf Hess se lanzó en paracaídas sobre Gran Bretaña para, supuestamente, negociar la paz. Un granjero escocés lo encontró por sorpresa en su jardín. Días después, el parte meteorológico del Evening Times de Glasgow pronosticaba “vientos suaves y cielos despejados hoy, no se esperan precipitaciones de lluvia ni de ministros alemanes.” La predicción de ayer en Austin, Texas, tampoco avisó de que lloverían delanteros. Pero ya ven. En MLS puede pasar de todo.
Urriti respondió al empujó de Murillo pateándole un pie, y ese fue el principio de una soberbia tangana en la que se enzarzaron los jugadores del LAFC y los del Austin FC. Chiellini se metió en medio tratando de llamar al orden. Con tanto mozo peleándose, las luces verdes del estadio y Chiellini separando a unos de otros aquello parecía un bar de Malasaña en los ochenta. En aquellos lejanos días, queridos niños, cuando ya llevabas una melopea curiosa podías encararte con otro chaval del bar por creer que había mirado a tu novia más de la cuenta, pecheabais un poco, os llamabais hijo de tal e hijo de cual, a que te meto, a que no, a que te parto los dientes, payaso… y entonces aparecía un amigo parecido a Chiellini, te agarraba del cuello y te arrastraba a la barra a pedir un ron-cola antes de que alguien te dejara la jeta hecha un mapa. Chiellini, además de un defensa, es un “separata” nato. En mis tiempos se lo habrían rifado en La Vía Lactea para evitar broncas.
La trifulca del partido de ayer se saldó con tres tarjetas amarillas. Después, el Austin FC siguió marcando goles a placer.
Cherundolo, el entrenador del LAFC, achacaba el resultado a fallos puntuales en la defensa. “Hemos defendido muy bien —dijo—, pero el contrario se ha aprovechado de cuatro errores nuestros.” A ver cómo te lo explico, Cherry de mis amores —como ya tenemos confianza yo le llamo “Cherry” y él me llama “Quién Es Usted Y Qué Hace En Mi Despacho”—: cuatro errores en defensa no son algo puntual, es síntoma de un carajal de padre y muy señor mío. Pero qué sabré yo. Los fans del LAFC, por su parte, volcaron su ira en redes sociales y acusaron a Cherundolo de ser un entrenador sin ideas, poco imaginativo y hacer los cambios muy tarde. Todo eso ya me lo conozco. Como le dijo Ava Gardner a Clark Gable en Mogambo después de cruzarse con un elefante: “¿Dónde habré visto yo esas orejas?”. La Sagrada y Secreta Sociedad de Reptilianos de Tomás Roncero está haciendo estragos entre los aficionados del LAFC.
Otro grupo de hinchas le echaba la culpa del resultado a los delanteros. Y razón no les faltaba. Ayer Cherundolo sacó como arietes a Carlos Vela, Arango y Gareth Bale. Era la primera vez que este trío estelar jugaba de inicio, pero la conexión entre los mejores arietes Black & Gold fue nula. Al menos es lo que opinan mis fuentes locales. Eso me hace pensar que es probable que un terceto formado por Beethoven, Cindy Lauper y Lola Flores sea capaz de producir algún tipo de armonía, pero no sin antes haber ensayado bastante. Igual a Vela, Bale y Arango les ocurre algo parecido.
En mi docta opinión como reportero galernauta, opino que gran parte de la culpa del resultado de ayer la tuvo ese fútbol tan loco que a menudo se practica en la MLS, donde la mejor defensa es un buen ataque. Y si los del ataque tienen el día tonto, solo queda ponerte a rezar y que sea lo que Dios quiera. Y ayer Dios por lo que fuera no quiso.
Un desastre todo. Un horror con luces psicodélicas, Mathew McConaughey, reptilianos ronceriles y delanteros verdes sobrevolando la grada. Menuda pesadilla lisérgica
Ayer Carlitos Vela jugó en modo diplomático, es decir: “educación y descanso”; y a Bale le pasaron el balón solo cinco veces durante los 60 minutos que estuvo en el campo. Espero que no me lo estén “mediapuntizando”, como hacía Rafa Benítez, que si no el chico se me pierde y no da pie con bola. Literalmente. En cuanto a Chicho Arango, su partido no fue mucho mejor, pero tuvo suerte y le cayó un balón de chiripa hacia el minuto 60 que pudo convertir en gol con un tijeretazo bastante vistoso.
Un desastre todo. Un horror con luces psicodélicas, Mathew McConaughey, reptilianos ronceriles y delanteros verdes sobrevolando la grada. Menuda pesadilla lisérgica.
Dicho lo cual, lo mejor que podemos hacer es devolver la conexión.
Getty Images
Entregas anteriores de L. A. is my lady:
I. Previa del Nashville SC v. Los Ángeles FC: El clásico de las Artes
II. Un debut, un coyote y un abogado real: crónica del Nashville SC vs. Los Angeles FC
III. Sporting KC vs. Los Angeles FC. Hotter than the wather
IV. Real Salt Lake vs. Los Angeles FC. Bale Doing Bale Things
Ja, ja, ja, ja... Impagable, señor Montero.
Al final va a conseguir que me haga yo también seguidor del LAFC, y de toda la MLS.
Gracias por las risas y por los recuerdos (La Vía Láctea)
¡Gracias! La MLS es un mundo fascinante que merece la pena descubrir. (Y la Vía Láctea ya no es lo que era)
Abrazos madridistas y gracias por el comentario.
¿Qué hace un chico como tú en un sitio como ese? Los tienes cuadrados , pero debes reflexionar.
No ves que en esa ciudad se puede volver loco cualquiera.
A quién se le ocurre .Con Riqui Puig , Garet y Cherundolo. Es insuperable.
Vuelve a La Vía , que son buena gente.
Vuelve a Malasaña , que eso no puede salir bien.
Era una broma , sigue con tus artículos . Son de lo más divertido.
¡Gracias! Me declaro fan absoluto de la MLS y sus locuras.
Abrazos madridistas y gracias por el comentario.
"Mathew MacConaughey es el Guardiola de los actores."
No sé si será porque alguna novia tuya tenía fijación con Mathew, pero no se merece esa definición.
“Hemos defendido muy bien —dijo—, pero el contrario se ha aprovechado de cuatro errores nuestros.” ¿Esto no lo dijo el ya mencionado Guardiola en algún partido? Igual está demostrando el entrenador esa legendaria sapiencia atribuida al lazi.