Sporting KC vs. Los Angeles FC. Hotter than the wather.
Ayer en Estados Unidos se jugaron de forma casi simultánea dos importantes partidos. Uno de ellos en Las Vegas, la ciudad del pecado, entre el Real Madrid y el FC Barcelona. El otro en Kansas City, Missouri, la ciudad de la barbacoa, que enfrentó al equipo local contra Los Ángeles Football Club.
Como aprecio mi salud mental trato de evitar ver partidos en los que juegue Sergio Busquets. Por otro lado, mi misión aquí es cubrir al LAFC. Así que en vez de ir a Las Vegas a beber champán en el escote de una stripper y a ver al 14 veces campeón de Europa hacer el cabra, me tocó ir como reportero a Kansas City. Para que luego digan que no me sacrifico por mi trabajo.
A Kansas la llaman el París de los Llanos porque tiene muchos bulevares. Cuando un lugar es el “algo” de “algo” en realidad es el “nada” de “nada”, como dijo Lisa Simpson. Otro punto en común que tiene Kansas con la capital francesa es que en París está la torre Eiffel y en Kansas City la pelota de bádminton más grande del mundo. Ambos son elementos perfectamente inútiles. “Mi restaurante favorito de París es el que está en lo alto de la torre Eiffel —dijo Sartre una vez—, porque es el único de todo París desde el que no se ve la torre Eiffel.” Es probable que en lo alto de la pelota de bádminton más grande del mundo de Kansas City haya un restaurante de barbacoa, pues es la ciudad que posee mayor número de estos locales por habitante de todo Estados Unidos.
El entrenador del Sporting de Kansas es Peter Vermes, que ostenta el récord de ser el primer deportista en ganar una liga MLS como jugador y otra como entrenador para el mismo equipo. Podría decirse, desde el más hondo respeto, que Peter Vermes es a Zinedine Zidane lo que la pelota de bádminton más grande del mundo es a la Torre Eiffel.
Como aprecio mi salud mental trato de evitar ver partidos en los que juegue Sergio Busquets. Así que en vez de ir a Las Vegas a beber champán en el escote de una stripper y a ver al 14 veces campeón de Europa hacer el cabra, me tocó ir como reportero a Kansas City
Del once titular del Sporting de Kansas no conozco a nadie, de modo que, con permiso de ustedes, voy a llamarlos a todos Dorothy en honor a la protagonista del Mago de Oz, que también era de Kansas. Se dice que L. Frank Baum, autor de este magnífico clásico infantil, se inspiró a partir de los cuentos que narraba a sus hijos sobre una tierra en la que vivía un poderoso mago. “¿Y cómo se llamaba esa tierra?”, le preguntó una vez uno de ellos. Mientras trataba de improvisar un nombre, la mirada de Baum se posó sobre el mueble donde archivaba sus documentos por orden alfabético y leyó la etiqueta del último cajón: “O-Z”. Si L. Frank Baum hubiera sido directivo del Barça, su libro se habría titulado “El Mago de Demandas por Impago: Nóminas.”
Así pues, el Sporting de Kansas saltó al campo con once entregadas Dorothys. Me pregunto si, al ser de Kansas, podría denominar al Sporting KC como “equipo kansino.” En tal caso, ayer se produjo un bellísimo paralelismo aquí en USA, pues mientras unos kansinos de Kansas jugaban contra el LAFC, otros cansinos de Barcelona jugaban contra el Real Madrid; equipos ambos vinculados a Gareth Bale. Para que luego digan que el fútbol no puede ser preciso como una fórmula científica. Lo cual me recuerda a cuando el célebre matemático polaco Stefan Banach escuchó por primera vez la Quinta Sinfonía de Beethoven y exclamó: “¡qué hermosa es! ¡Parece una ecuación!”.
Igual de preciso que un teorema fue ayer el juego mostrado por el equipo de LAFC (ojo a lo bien que hilo conceptos en mis artículos). El combinado angelino saltó al campo con Chiellini en la defensa. Aquí en estas páginas adoramos a Chiellini, así, sin paños calientes. No sólo por aquel vacile a Jordi Alba durante el España-Italia de la Eurocopa del 2021 (aunque fundamentalmente por eso) sino porque, además, de tanto estar en la meca del cine se le está poniendo cara de personaje de Vittorio De Sica. Chiellini es un defensa neorrealista. Un ladrón de bicicletas que lo que roba son balones y que se chotea de los jordis albas de este mundo. Cualquier madridista que no simpatice con Chiellini debería hacérselo mirar.
Me pregunto si, al ser de Kansas, podría denominar al Sporting KC como “equipo kansino.” En tal caso, ayer se produjo un bellísimo paralelismo aquí en USA, pues mientras unos kansinos de Kansas jugaban contra el LAFC, otros cansinos de Barcelona jugaban contra el Real Madrid
En la delantera, el LAFC salió de nuevo con Opoku, Vela y Chicho/Arango. Los fans del LAFC, los “3252”, llaman a Vela “El Rey”, como en su día llamaban a Clark Gable, y eso son palabras mayores. Lo cierto es que el delantero mexicano tiene un aire como de estrella antigua al moverse por el campo. Lánguido y casual, haciendo cosas bonitas sin esforzarse en exceso. Como aquellos actores del Hollywood dorado (Gable, Errol Flynn, John Barrymore…) para quienes la actuación era uno más de sus muchos y carísimos hobbies. El día que Carlos Vela decida ponerse a jugar en serio a este deporte, un fútbol estilo Actor’s Studio en vez de estilo MGM, va a ser un jugadorazo. Yo, cada vez que lo veo, me gusta un poquito más.
Los primeros 45 minutos del encuentro fueron algo lentos. Cosa del clima. Ayer en Kansas hacía un calor de justicia, con récord de temperaturas máximas y ese tipo de cosas. Pero qué les voy a contar a ustedes.
Todavía en la primera mitad, Opuku estuvo cerca de inaugurar el marcador para el equipo visitante. Opuku es un jugador curioso. A veces me recuerda un poco al primer Vinicius, porque es muy de agarrar el balón, echar a correr y no parar hasta que se da de bruces contra las butacas de detrás de la portería. Las carreras de Opuku son como montar en tiovivo: no llegas a ningún lado pero te lo pasas bien en el trayecto. Igual que a Vela, le estoy tomando cariño.
También le estoy cogiendo el punto a Arango aka. Chicho, que ayer marcó el primer gol del partido: un tanto por la escuadra tras asistencia de Opoku. Un rato bonito el gol, créanme.
Chiellini es un defensa neorrealista. Un ladrón de bicicletas que lo que roba son balones y que se chotea de los jordis albas de este mundo. Cualquier madridista que no simpatice con Chiellini debería hacérselo mirar
Gareth Bale salió en el minuto 64 y nada más pisar el césped se puso a correr como una gacela. Cuanto más pasaban los minutos, más corría y más fresco aparentaba estar. Los kansinos lo miraban asombrados: “Estamos a unos 1000 grados, ¿es que este tío no se agota nunca?” No, hijos, no. Gareth Frank es de otra pasta, a ver si empezáis a asimilarlo. Cuando aquí en Valdebebas Pintus le ponía a correr con la máscara de tortura esa que suele sacar en pretemporada, Gareth Bale pulverizaba las marcas de sus compañeros. Que lo sé de buena tinta.
El galés, en el campo del Sporting KS, se movía como una bola de pinball. Zas- zas, clin-clinc; de un lado a otro, dejando a su paso una estela plateada y muchas lucecitas. Hay pocas cosas más bonitas de ver en el fútbol que a Gareth Bale jugando cuando está contento.
Bale rubricó su felicidad con un gol de esteta apenas unos minutos después de salir del banquillo. La temperatura subió aún más grados en el campo del Sporting KS. A muchos kilómetros de allí, en Las Vegas, un tal Raphinha metía un gol a un Real Madrid que sigue medio de vacaciones. En Kansas City, el París de los Llanos, restalló un gol de Gareth Bale.
Hay magia en esa expresión, “gol de Gareth Bale”, no me lo van a negar. Mucho más que en “gol de Raphinha”, que suena a algo mezquino y poco vistoso. “Gol de Gareth Bale” en cambio llena la boca y ensancha el pulmón. Sabes que hay grandeza tras esas cuatro palabras y, al pronunciarlas, te sientes como un dragón escupiendo una bola de fuego.
No me gustaría ahondar en tópicos manidos, pero reconozco que el de Bale de ayer fue un gol de golfista. Analítico, frío y calculado. Tan hermoso como una ecuación.
Inmediatamente después de marcarlo, Gareth Bale corrió hacia la banda para abrazar a Chiellini, que ya no estaba sobre el terreno de juego. Eso demuestra sin lugar a dudas que por sus venas aún corre sangre madridista: marcas tu primer gol en la MLS y lo primero que haces es ir a celebrarlo con el tipo que vaciló a Jordi Alba delante de toda Europa. Grande, Gareth. Muy grande.
En resumen, victoria de LAFC con gol de Bale y el equipo que sigue el primero en la clasificación. Francamente, me alegro de no haber ido a Las Vegas.
Devolvemos la conexión.
Getty Images.
Entregas anteriores de L. A. Is My Lady:
I. Previa del Nashville SC v. Los Ángeles FC: El clásico de las Artes
II. Un debut, un coyote y un abogado real: crónica del Nashville SC vs. Los Angeles FC.
Kansas city no está en Kansas.
Kansas City es una ciudad en la frontera entre los estados de Kansas y Misuri. Digamos que algunos condados o algunas partes están dentro de Kansas y otros de Misuri .
Buenas tardes a todos...
Tengo la impresión que hay una Kansas City, Kansas y una Kansas City, Missouri. Ambas ciudades, junto con otras áreas urbanas conforman el Área Metropolitana de Kansas City. Por lo menos eso fue lo que una vez me explicó un amigo Jayhawk...
Será "weather", no "wather". Y al badminton se juega con una pluma, no con una pelota.
Luis Montero: me voy a sacar un abono para tus artículos.
Un artículo de los que aún somos de Gareth Bale, Garethistas, nos llena de júbilo y satisfacción. Esperamos más artículo de estas crónicas. Muchos más.
Que buen articulo y que alegra seguir conociendo los pasos de Gareth o como le decía sarcásticamente Ricahrd Dees, "pérfido gales".