Kylian Mbappé envuelve la Summeriana del Real Madrid

Cuando el Real Madrid pareció despedirse de la Liga en febrero y el equipo se desmoronaba como un castillo de naipes a nivel de lesiones, en mi siempre equivocado pensamiento navegaba ya la idea de revolución casi universal en el mercado de fichajes. Me suele pasar cada pocos años. Por suerte, el fútbol, aunque no aprenda nada de él, vuelve por sus fueros y me enseña que hay escala de grises.

Estamos ya en junio, con la temporada concluida y un Nadaplete —cero títulos— que poco tiene que ver con otros que hemos experimentado. En esta ocasión, el Real Madrid sí ha luchado hasta el final por los títulos más importantes. No pudo ser, pero, aunque no nos dé para estar contentos, sí nos da para sentirnos orgullosos. Y para ver, además, que hay mimbres a los que agarrarse de cara al futuro más cercano.

Vuelve Carlo Ancelotti, que sustituye a Zidane, aunque los planes de verano de Florentino Pérez no van a cambiar radicalmente más allá de alguna pincelada que quiera dar el italiano en el apartado de bajas. La línea a seguir lleva meses marcada. No vendrá portero, tampoco lateral derecho —la renovación de Lucas Vázquez va enfocada a esa posición— y mucho menos lateral izquierdo —Miguel Gutiérrez cayó de pie y con el comodín de Alaba cubrimos varios puestos—. En el centro del campo no se tocará nada salvo ganga monumental —inviable—, ya que Odegaard está de vuelta, Fede Valverde no tendrá un año tan complicado como este y Antonio Blanco le ha dicho a Casemiro que ya está él para cuando necesite descanso.

¿Entonces? Lo que ya sabíamos o intuíamos. En el centro de la zaga sólo habrá movimientos si Sergio Ramos y Varane cierran la puerta por fuera. De hecho, la posible venta del defensa francés dejaría cerca de sesenta millones de euros, cifra importante que, además, ayudaría a reforzar una zona que, tras la llegada de Alaba y la abrupta irrupción de Militao, genera, por fin, cierta calma. En la recámara, los nombres de Koundé y Pau Torres, no porque vayan a venir, sino porque hay que tenerlos en cuenta si nos quedamos sin los dos centrales más importantes de la última década.

Así las cosas, el foco estará sobre Kylian Mbappé. El francés lo es todo para el Real Madrid en este mercado de fichajes. Florentino Pérez quiere un jugador de talla mundial y sabe que arriba necesita dinamita para no depender, un año más, de que a Benzema se le enciendan hasta las luces de cruce en todos los partidos habidos y por haber.

Mbappé quiere venir y el tema del dinero no será problema —si fuera por pasta, el PSG entierra, a día de hoy, al Real Madrid—. Será una operación larga, tanto que no terminará hasta finales de agosto. Todos los esfuerzos irán enfocados al jugador francés, que quiere ser líder de un gran proyecto, algo que el PSG —pro Neymar— no le puede ofrecer. En el 'Plan B' aparece Haaland, pero sólo llamarán a su puerta si lo de Mbappé se enquista, situación que ni esperan ni desean en la zona noble del Santiago Bernabéu.

No esperemos muchos más invitados a este baile. Es Mabppé y poco más. Un central como mucho. El resto de posiciones cuentan con mimbres para subsistir y crecer. Y todo gracias al nivel de Kroos, Courtois, Modric y Benzema, la irrupción de Militao, la aparición de Miguel Gutiérrez y Antonio Blanco y la vuelta de Odegaard y, ojalá, Brahim. Que suene la música.

Fotografías Imago.