Ese mismo viernes me di cuenta de que algo excepcional había pasado en el entorno culé. Era como una de esas situaciones en que uno se encuentra en un ambiente enrarecido, aunque formalmente todo permanece igual. El malestar, lejos de disiparse, fue aumentando conforme avanzaba la semana y el disimulo terminó derrumbándose en conatos de indignación. Ya lo saben, servidor es madridista y de Barcelona, circunstancia que me mantiene al tanto del sentir azulgrana por mera proximidad con sus medios y aficionados.
Pero como les digo todo comenzó en un día que transcurría con aparente normalidad. Era 14 de junio y la web del Real Madrid anunciaba el fichaje de un jugador, de 18 años, para el Castilla: Takefusa Kubo. La cosa hubiera quedado ahí si no fuera por un par de circunstancias un tanto peculiares. Por un lado, el jugador era ex canterano del máximo rival y por otro el Real Madrid presentaba al futbolista otorgándole un estatus, en la web y en las redes sociales, poco habitual para un jugador del filial.
En las semanas previas, la prensa había informado de la disputa de varios clubs por fichar al japonés Kubo, un nombre que para la mayoría era un completo desconocido, pero que para los que están más al tanto de la situación de la cantera barcelonista no podía pasar desapercibido. Se trataba, junto Seung-Woo Lee, del jugador que había precipitado la sanción, en 2015, de la FIFA al club azulgrana por fichajes de menores de otros países. Takefusa había llegado con 9 años a la cantera del Barça y tuvo que abandonarla a la edad de 13. Desde entonces, el Barcelona había hecho un seguimiento especial a los dos jugadores, pero mientras el surcoreano no terminó de cuajar, recalando en el Hellas Verona, el japonés mantuvo las expectativas en la liga de su país. Tras muchos años monitorizándolo con discreción, el club y la prensa azulgrana daban por hecho su retorno, sin que el interés de Manchester City, Bayern Múnich y PSG pudiera, ni tan siquiera, inquietarles.
Pero cuando ya se anunciaba un acuerdo cerrado por los catalanes, apareció un actor inesperado que dio un giro radical a la situación. El Real Madrid ofrecía al jugador un contrato de un millón por temporada, por cinco años, condiciones que la entidad barcelonista se negaba a igualar. Finalmente, Kubo fichaba por el club blanco.
Obviamente, los medios de Barcelona cerraron filas en torno a su club (aquí la prensa no funciona como en Madrid) y la cosa pasó por informar de puntillas, ofrecer la versión oficial de la directiva “Ha sido un criterio deportivo en relación a la calidad-precio-proyección del jugador” – aseguraba Josep Vives, portavoz del Barça - e incluso denigrar un poco al futbolista. Hasta aquí nada raro o que no fuera lo esperable: el máximo rival había fichado a un prometedor ex canterano del Barcelona, bautizado, como una docena de casos anteriores, como el “nuevo Messi”. Pero ninguno de ellos había llegado a una centésima parte de lo que luego ha sido el argentino, así que el riesgo seguía siendo mínimo.
Pero inesperadamente comenzó a propagarse, en paralelo, un malestar que nadie podía evitar y que evidenciaba que aquello no se trataba de un caso más, que tras aquel adolescente japonés había algo más que una buena expectativa.
Joan Vila (exdirector de Metodología del Barça) declaraba: "Takefusa Kubo es uno de los mejores jugadores que ha pasado por la cantera del Barça en los últimos 15 años o 20 años, perfil primer equipo clarísimamente… lo sufriremos"
El excandidato a la presidencia del Barça, Victor Font, publicaba un hilo en Twitter en el que aseguraba cosas como:
Otros periodistas o comentaristas del entorno azulgrana se posicionaron en la misma dirección, postura que se acentuó cuando el joven debutó con la selección japonesa en la Copa América:
@Kantinu (Joan Sagués)
"El error de Asensio elevado al Kubo"
@debejota (Diego Basadre)
@AlbertOrtegaES1 (Albert Ortega, Rac1)
Ese desconcierto desproporcionado por “una promesa más” provocó que muchos sacrificáramos nuestro sueño para comprobar, por primera vez, aquellos temores que provenían de la orilla contraria. Anteriormente habíamos investigado lo suficiente como para saber del gran impacto que había provocado Kubo en la liga japonesa, donde había llevado al liderato al FC. Tokyo, un equipo que aparentemente no era favorito. Pero su escaso recorrido y el hecho de tratarse de una liga menor relativizaba esas circunstancias.
Su concurso en la Copa América, ante rivales como Chile, campeón de la competición, o Ecuador, ambos, con jugadores en su mayoría con experiencia europea, un físico poderoso y la intensidad (dureza) acostumbrada en este torneo, capaz de amilanar a verdaderas estrellas mundiales como Leo Messi, constituía un baremo mucho más fiable.
Y Kubo nos dejó a todos tan perplejos que al momento comprendimos el porqué de aquel malestar en el entorno mediático azulgrana.
Siento ser tan rotundo, pero no, el chico no es simplemente una promesa más. “Parece que flota por el campo”, me apunta un amigo de la tertulia canadiense – el mentalista - que se rinde al chaval desde el primer partido. “Sus compañeros en la selección japonesa no saben jugar, no saben desmarcarse, no saben combinar, pero él juega a otra cosa. Se la dan, la controla como si nada, con la cabeza levantada, la conduce sin bajar la mirada, ve al compañero, la pasa, busca el hueco para que se la devuelvan y esprinta. El compañero es un tarugo y prueba con un tiro lamentable. Si al que se la da es a Benzema, o a Hazard o a Vinicius, la lían gorda.”
Yo, no puedo resistirme y, pese a ser consciente de la dimensión de lo que voy a declarar, le apunto lo que, por otra parte, llevan diciendo, hace una hora, los comentaristas franceses de BeIN: me recuerda muchísimo a Messi. No es una exageración si nos remontamos a Messi con 18 años. No recuerdo a ningún otro jugador de esa edad – del Real Madrid o de otro equipo – capaz de ejecutar con tal precisión y velocidad cualquier acción (control, regate, pase, orientación…) dándole sentido a cada jugada.
Mi amigo, que si por algo destaca es por ser cauto en sus juicios, parece completamente superado con el jugador: “No perdamos de vista que tiene 18 años. Es una cosa de locos. Lo primero que llama la atención es su técnica, que es sensacional, pero tiene varias cualidades que son menos perceptibles y lo convierten en un proyectazo. La primera es el cambio de ritmo y de dirección. Está continuamente acelerando y frenando, amagando, escondiendo la pelota, enseñándola y saliendo para el otro lado, cambiando la orientación de su cuerpo con un control o un toquecito en un instante. Es indescifrable. Otro detalle, relacionado con los anteriores es cómo conduce rapidísimo con la pelota pegada al pie, dando toquecitos cortos.
Además, conduce con la cabeza levantada. Nunca baja la cabeza. Tiene toda la amplitud. Está siempre buscando la jugada, el pase, la pared o el hueco por el que pasar. Anticipa cada jugada, en busca del hueco que nadie ve, porque él tiene esa visión.
Y ojo que cuando tiene que cuerpear, cuerpea. A diferencia de Ødegaard, que tiende a salir por su izquierda, Kubo sale por ambos lados. Además, una de las cosas en las que creo que Ødegaard puede mejorar es el timing para dar el último pase. Y este chico ya lo domina. Tiene una calma alucinante. Espera cuando el resto se precipita, da el pase cuando otros dudan. Además, sabe hacer movimientos “antinaturales” para crear ángulos de pase, con y sin balón, como alejarse de la jugada o ir a por un rival para atraerlo, liberar a un compañero y darle la bola en ventaja.”
Yo permanezco callado y retorno al malestar incomprensible que había detectado en las trincheras azulgranas hace días. Ahora se entiende todo. Y, aun así, no puedo evitar recordar a tantos jóvenes que no han pasado la exigencia de Zinedine Zidane.
“Como debute con el primer equipo no le sacan de ahí ni los geos.”. Remata mi amigo.
Y esa misma impresión me da a mí, porque imaginarlo en Segunda B me parecería un absoluto despropósito.
*Kubismo, término acuñado por @jabrizp00
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Gran jugada del Reial Madrid.
VISCA VISCA VISCA CATALUNYA MADRISTA !!!.
Hombre, tiene buena pinta pero no deja de ser solo una promesa. Ceballos es un fuera de serie y fíjate lo que le esta costando....
Es el Messi con 18 años eso pensé en cuanto lo vi, si zz se lo lleva a la pretemporada se lo quedará en el primer equipo
Para el barsa es como Asensio, pero peor aún. Pero creo q la segunda b no es categoría para un jugador tan técnico. O se hace con el lo q con Vinicious (q lo dudo porq creo q no está nacionalizado y ya están Militao, Rodrygo y Vinicious) o se debería ceder a un club de primera tipo betis o Español.
Joder, no he visto ni un minuto de Kubo, pero leer el artículo ha provocado el mismo efecto en mí que Heidi Klum en picardías
Es impresionante, sencillamente impresionante. Hasta que no le ves jugar, no sabes de lo que estamos hablando. El articulo lo describe a las mil maravillas. Este chico no estará mucho tiempo en el Castilla. Tiene toda la pinta de ser el crack mundial del próximo decenio. Y se lo hemos quitado al Barça de las manos. Chapeau a directiva y cuerpo técnico. De quitarse el sombreo
Como a este le de por ser lo que apunta, Jovic meta todas las que le llegan al primer toque, y a Vinicius se le encienda la luz cuando llegue al área, nos vamos a divertir mucho.