La muerte siempre nos sorprende porque nunca se la espera. Ayer la funesta sorpresa nos la dio Kobe Bryant, fallecido a sus 41 años, en un trágico accidente de helicóptero en el que también perdió la vida, en la ternura de su adolescencia, su inseparable hija Gianna. El dolor, que pronto se extendió por todos los puntos del planeta, estuvo casi a la altura de la estupefacción que todavía nos embarga.
No lo creíamos. No dábamos crédito porque a la muerte nunca se la espera pero en el caso de una leyenda, como Kobe, ni tan siquiera la crees posible. La eternidad es el gran secreto que riega la pasión de los aficionados de cualquier deporte. La estrella deportiva es el héroe del mito antiguo que se eleva, divino, sobre nuestras vidas alcanzando lo imposible. Es la arrancada que deja clavados a los rivales, en la ascensión a un puerto especial, cuando ya a nadie le queda fuerzas; el albatros que te pone en cabeza en la jornada final de un major; ese resto que parecía inalcanzable y que logra impactar en la misma línea salvando un tie break; un gol de cabeza a la salida de un córner en el último minuto de descuento de una final de Champions; o los 81 puntos contra Toronto Raptors, de la 'Mamba Negra' en el Staples Center de Los Ángeles.
Kobe, era un talento generacional del mismo linaje que Wilt Chamberlain, Bill Russell, Kareem Abdul-Jabbar, Larry Bird, Magic Johnson y, el todavía hoy en activo, LeBron James. Un alero de un talento y un espíritu competitivo tan descomunal que dio el salto, directamente, desde el Instituto a la NBA, sin paso previo por la liga universitaria. Sus cinco anillos, sus dos oros olímpicos, su marca de anotación global (la cuarta mejor de la historia), sus dos MVP´s en finales de la NBA, lo sitúan en el olimpo de los que nunca se van.
"Eterno", es la palabra que utilizan el diario AS y Mundo Deportivo, como "Inmortal" es la que usa diario Sport, para suscribir su dimensión. Los dos diarios madrileños y el Sportivo se hacen valer del blanco y negro, para dar cuenta del luto de la vida que se ha apagado y cuya pérdida nos aflige, en contraste con el haz de luz divino que lo reclama o con el oro tipográfico de la gloria que todavía perdura. Como dura es, precisamente, la condena del portanalista, que comprueba que la elegancia y el tino de las portadas, muy a menudo, guardan relación, con la gravedad del asunto tratado. En esta ocasión, en tanto que fúnebres, desprenden una belleza que ojalá nos hubiéramos ahorrado.
Hoy, no abordamos otras temáticas ni ponemos objeciones, que desmerecerían nuestro modesto homenaje a uno de los mas grandes.
Descansen en paz, Kobe y Gianna.
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9 comentarios en: Kobe, in memoriam
D.E.P.
Completamente de acuerdo. DEP
DEP uno de los más importantes deportistas de toda la historia, y a l@s moderador@s de lagalerna.com muchas gracias por moderar hasta por cinco veces y sin ningún motivo primero y censurar y eliminar después mi comentario en la sección de crónicas a la victoria madridista de ayer en Pucela...
D.E.P Kobe. Noticia horrible.
DEP
Aunque parezca mentira, la mejor portada de hoy, la de Sport.
El tamaño sí importa. Y el Sport homenajea como se merece a Kobe Bryant; y destaca, en un tamaño apropiado para la ocasión, el liderazgo del Real Madrid.
Al resto se les ve su esplendoroso plumero cada vez más.
La de Marca y Sport son para guardarlas, a quien le gusten las pompas. Son muy buenas, pero es doloroso recordar que ha fallecido. Mejor pensar que sigue ahí, para quien le guste el baloncesto especialmente. Siempre podrá ver repetidos partidos, finales, jugadas, su corto, anuncios, etc.
Añadir que descanse en paz, junto a su hija. Y que por supuesto, queda que siempre será recordado como una leyenda. Y eso no hay mucha gente que pueda decirlo.
D.E.P.
Tristes nos hemos quedado.